capítulo 2

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Los soldados sacaron a los prisioneros de la mazmorra, llevando les al patio trasero.

-¿Veis esa ventana?,-Dijo el capitán, señalando la tercera planta tras de él.

Los prisioneros miraron arriva.

-Hay, descansa Nuestro príncipe y futuro Rey,¿y veis esas picas?,-Dijo señalando tras ellos,- hay estarán vuestras cabezas, pero debéis sentiros orgullosos, estaréis a los pies de vuestro capitán esta tarde en la plaza.

-Que así sea,-Dijo El Rey, aprobando la decisión de su capitán.

-Señores, preparen el carruaje de estas señoritas,-Dijo a modo de mofa.

Estando en la plaza, ante cientos de aldeanos y ante el Rey, el capitán declaró los delitos por los cuales se les condenaban a los 5 Reos que portaban en el carro.

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                        †††
      *En el nombre del Rey *
      * Y Dios nuestro señor *
se condena a estos 5  Hombres por los siguientes delitos.
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A su capitán Jhonazan smiz.
Por saquear, robar, asesinar. Así como encabezar el secuestro y tortura del príncipe Alonso.
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A su hermano Nathanael smiz, por ser cómplice de dichos delitos.
Al igual que Samuel Márquez, David Montpellier y Antuan Defalla.
                     †††
Por un delito contra la corona.
Además de un delito de piratería con un precio por sus cabezas en más de 5 puertos, hoy son condenados.
                     †††
Se condena a Jhonazan Smiz así como a su hermano Nathanael Smiz, a la orca.
Acompañados a Samuel,David y Antuan.
A la guillotina.
                    †††
Que el señor se apiade de sus almas † .
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Así fue, los hermanos Smiz acabaron en la orca,al mismo tiempo que sus compañeros perdían la cabeza en la guillotina.

Poco a poco Alonso se recuperó, físicamente estaba bien.
Pero en su cabeza, algo no lo estaba.
A causa de su secuestro, este despertaba a media noche en gritos,pues revivía su tortura noche tras noche.
Dedicado a vagar por el castillo como un alma en pena.
Fiona, hizo lo imposible. Incluso llegó a usar la hipnosis.
Pero fue en vano.
Habían pasado dos largos años, Dos años que día a día deterioraron al Príncipe Alonso.

Este se aisló del resto, permaneciendo encerrado durante el día, sin contacto alguno con el exterior, saliendo a recorrer el castillo durante la noche.

Su aspecto pálido y enfermizo  era preocupante mente desesperante.
Por más que intentasen ayudarle, no lograban avanzar.

El capitán había dispuesto una decena de hombres, que se alternaban de dos en dos para custodiar al príncipe día y noche.
Por orden directa del Rey de no dejarle solo,por miedo a que atentase contra su vida.

Una noche, mientras vagaba por el castillo un lamento y breve alborotó.
Rompió el silencio, escuchando la alteración de los caballos pues, lo que fuese que pasaba provenía de los establos.

-Tiene que  acompañarnos, no haga ruido.-Dijo uno de los guardias que le custodiaban.

El otro fue a alertar a los demás guardias junto con el capitán.
El capitán fue directo a por Alonso.
-Principe Alonso¿que ocurre?.

- Pasa algo, los caballos están alterados, parece que estén peleando.

-Vuelva dentro,nosotros nos ocupamos.

-Yo quiero ir.

-Pase lo que pase, quédese tras de mi.

Llegaron al establo un grupo de 15 guardias junto al príncipe y el capitán.
Revisando silenciosamente el establo asta dar con el origen.

Habían tres hombres superando sobre la paja a una chica,tratando de ultrajar la.

Alonso se llenó de ira y se apresuró a enfrentarse a ellos.

-Soltad la,-Grito furioso.

Los guardias apresaron a estos tres individuos antes de que pudiesen escapar.

La chica estaba sobre la paja, se había echado a una esquina rodeando sus piernas ,tratando de cubrirse con la rasgadas telas que le quedaban.

Alonso se agachó junto a ella cubriendo la con su capa.

-Ven con migo, dentro entraras en calor.

La chica se retuvo, temerosa por lo sucedido.

-No temas, Mi nombre es Alonso, Estás a salvó,-Dijo tendiéndole la mano.

Ella le acepto y fue con el sin decir una palabra asta el gran salón,donde pudo calentarse frente a la chimenea.
Mientras el curaba las heridas de esta.

-¿Tienes nombre?.

Ella le miró sin responder.

-Tranquila, ahora nadie puede hacerte daño.

Ella miró a los dos guardias que custodiaban la puerta.

-¿Que hacías en el establo?.

-Acababa de llegar.

-Por fin, pensé que no me ibas a hablar, ¿Como te llamas?.

-Aura.

-¿A que has venido, si puede saberse?.

-Eh venido en busca de mi tía, ella es Fiona, la consejera del Rey Enrique.

-Pues tengo una noticia buena y otra mala.

-¿Que?.

-La buena,es que es la consejera de mi padre.

-¿Tu padre?,-Pregunto sorprendida,-No tienes pinta de príncipe.

-Ya, bueno. Es difícil de explicar.

-Y ¿la mala?.

-Que no llegarán asta dentro de tres días.

-Tras días,-Dijo está un tanto agobiada.

-Puedes esperar la aquí, serías mi invitada.

-No quiero ser una molestia,Además debéis estar agotado.

-No te preocupes por eso, no suelo dormir demasiado.

-Tengo qué ver a mi yegua, llegó con una cojera.

-Eso te iba a preguntar.¿me cuentas qué ha pasado?.

-No me dio tiempo a reaccionar, cuando llegue, estaba mirando le la pata a mí yegua cuando esos hombres se me echaron en cima, si vos no llegáis a aparecer, no se qué habría sido de mi.

-Vamos a dejar de un lado las formalidades, puedo saber ¿qué edad tienes?

-14, ¿y tu?.

-Voy a cumplir 16 en unos meses.

El sol comenzaba a iluminar el cielo.

-Deberíais descansar,te acompaño a tu alcoba.

Estos pasearon por el castillo asta llegar a las habitaciones.

-Esta es tuya,-Dijo abriendo la puerta.-Yo estoy en el fondo, cualquier cosa que necesites pídelo.

Este se dió la vuelta para volver a su alcoba.

-Gracias.

-No tienes por qué darlas, intenta descansar.

-¿Estarás por aquí cuando despierte?.

-Siempre.

Aura cerró la puerta y el capitán aguardaba para hablar con el príncipe.

-Principe Alonso.

-Capitan,¿quiénes eran?.

- Saqueadores, siguieron a la chica, se colaron por las cloacas asta los establos.

-¿Donde están?.

-En las mazmorras.

-Dejalos hay asta que venga mi padre, que él decida su castigo,-Dijo este abriendo la puerta de su alcoba,-si de mi dependiese, ya estarían colgando.

Cerró la puerta y se sentó contra ella.
Mirando a través de la ventana como el sol ascendía sim que los rayos llegasen a rozar le.


La Bruja Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora