capítulo 8

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-¿Cuál es vuestro nombre?.

-Aura de berever eminencia,-Respondió esta ajena al interrogatorio al que estaba a punto de sumergirse.

-¿Que edad tenéis?.

-15, cumpliré 16 en tres meses.

-¿Por qué motivo, llegasteis a este castillo?.

-Mi madre murió y vine en busca de mi tía Fiona.

-¿y por qué seguís aquí?.

Enrique interrumpió.
-Eminencia lamento interrumpir , yo mismo fui quién la invitó a quedarse de forma permanente en el castillo.

-¿Por qué motivo?.

-Su apoyo a mi hijo, el príncipe Alonso. Le ha echo mejorar, con su ayuda salió del profundo tormento que arrastraba y hoy por hoy, vuelve a ser el mismo.

-Me atrevo a preguntar ¿Que brujería estáis usando para ello?.

-Eminencia, Yo no práctico la brujería, ni los hechizos. Nunca me sentí atraída por ese arte.

-¿Entonces que intereses tenéis?.

-Bueno, me llevo bien con los animales y las plantas curativas es mi arte.

-¿Algo más que queráis contarme?.

-No veo nada más su eminencia.

-¿Acaso no es cierto que el joven príncipe Alonso pernocta con vos?.

-Es cierto.

-Es una desfachatez, una barbarie, un pecado.

-Disculpad eminencia, Alonso.
Esta rectifico.-El príncipe Alonso y yo, compartimos la misma cama puesto a que de no ser asi, su Majestad no consigue conciliar el sueño.

-¿Debo dar por echo que no estoy tratando con una doncella?.

-¿Como dice?.

-Doy por echo, que tengo ante mi a la amante del príncipe. Una amante que no llega a 16 años de edad.

-Eminencia, estáis equivocado, entre su Majestad y yo no hay más que una amistad.

-Eso, deberá ser probado.

-No hay por qué,- Agregó Enrique.

-Es una decisión de la santa madre iglesia,Está joven será examinada y si no es doncella,-Este guardo silencio unos segundo y continuo,- Su destino será la horca.

-Me niego rotundamente a ese veredicto eminencia.

-Majestad, no es una pregunta, celebraremos un juicio en este mismo instante, si esta joven dice la verdad no habrá problema alguno, delo contrario hayara remienda a sus pecados en la horca.

Aura estaba abrumada por lo acontecido, sin saber que decir.

-Tranquila,-Dijo en rey Enrique sentado junto a ella,-No voy a permitir bajo ninguna circunstancia que eso pase.

-Majestad, entre Alonso y yo no ha pasado nada.

-Lo se, confío en mi hijo y confío en ti.

-No tengo inconveniente alguno en probar lo que digo, no quiero ocasionar problemas.

-No lo haces, esto no se va a quedar así.

La Reyna Elena, entro en la sala.
Acompañada de.
María, Isabel, Cristina y Amaya.
Seguidas de dos monjas y una madre superiora.

Las monjas al igual que la madre superiora, se pusieron tras el obispo, este se levantó y anunció el motivo de la reunión.

-A llegado a mi conocer, que la joven Aura de berever. A parte de ser descendiente de bruja y no alcanzar sus 16 años de edad, comparte su lecho con nuestro joven príncipe Alonso.

Este dio algunos pasos hacia las doncellas sentadas junto a la Reyna.

-Como pretendientas del príncipe, estoy en la obligación de actuar, no sólo en nombre de la iglesia. si no también en nombre de la corona, que espero alguna de vosotras lleve dentro de poco.
Comunico lo siguiente.
Aura de berever, seréis examinada por la aquí presente madre superiora, en presencia de los que presenciamos este acto, sabiendo que de no ser doncella, a la caída del sol colgareis de una soga.

Fiona al oírle agachó la cabeza.

El rey Enrique sentado en su trono, se llevaba la mano a la cabeza.

Las monjas tendieron varias sábanas al rededor de Aura, frente la atenta mirada todos.

Mientras tanto Alonso en un estado de agobio, ansiaba volver una y otra vez. Mientras Liset se empeñaba en lo contrario.

Estando en la sala, la madre superiora se acerco a Aura y abrió las sábanas para entrar con ella.

Se puso tras ella, desatando el corset que está llevaba, desnudando la por completo, quedando solo cubierta por las sábanas que sostenían las monjas.

Aura tenía la boca seca, aguantando las ganas de llorar.
La vergüenza que sentía por la acusación que tenía en contra era tal, que mantenía la vista fija al frente mientras respiraba hondo.

La madre superiora se agachó delante de esta, forzándola a abrir las piernas.

Las prisas y arrugadas manos de esta, provocaron un escalofrío que recorrió a Aura  arriba a abajo.

Podía notar como le clavan la mirada  Elena y las chicas.

Tras unos minutos Aura no aguanto la presión a la que estaba siendo sometida y sus lágrimas cayeron por su rostro.

La madre superiora salió de entre las sábanas, limpiándose las manos con un trapo.

-Y¿bien?.

-No tiene signos de haber sido forzada. Como tampoco tiene signos de corrupción, Está joven Aura de Berever, Está intacta.

El obispo no esperaba esa respuesta.

-No obstante, no estáis en la edad de compartir vuestro lecho.

-Es suficiente,-Grito El rey Enrique.

Se levantó de su trono y se puso junto a Aura, que seguía desnuda cubierta sólo por las sábanas. Que sujetaban  las monjas.

Alonso entro en la sala mirando de un lado a otro asta encontrarse con los ojos llenos de lágrimas de Aura.

-Doy por terminada está acusación y creo que vos le debéis una disculpa a la joven Aura, que no sólo a demostrado con palabras su pureza. si no que también lo ha echo ante todos y cada uno de nosotros.

-¿Que significa esto?,-Grito Alonso furioso caminando a paso rápido asta Aura.

La arropo con las sábanas y ella le abrazo, resguardando se en el.

-Estoy esperando una explicación.

- Su eminencia a sido informado de que Aura y tu compartís la misma cama.

-Asi es, Como futuro Rey exijo que se respete la integridad de Mi Aura y prohíbo cualquier otra acusación en su contra.-Dijo dando la espalda al rey Enrique, al obispo y a los presentes. Sacando a Aura de la sala.

La llevo directa a su habitación de él.
Ordenando que preparasen un baño en la habitación.

La ayudo a echarse en la cama y se echó junto a ella, sin dejar de abrazarla en ningún momento.

-Perdoname, no debí dejarte sola, esto es culpa mía.-Dijo sacando  las  lágrimas que aún reposaban en sus mejillas.

-No es culpa tuya.

-De haberlo sabido no lo hubiese permitido.

-No hubieses podido evitarlo, Tu padre lo intento, se enfrentó al obispo, pero fue en vano.

-Si yo no me hubiese ido con Liset, esto no habría pasado.

-Fuese sido peor, si ese día no llegas a tiempo y esos hombres hubiesen echo lo que pretendían. Ahora yo estaría esperando la horca.

-Aura,-Dijo abrazándola,-Mi Aura, No pienso volver a dejarte sola.

Las sirvientas entraron con cubos de agua caliente y otros de agua fría  para preparar el baño frente a la chimenea.

La Bruja Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora