Off Jumpol, es el tercer hijo de un jefe de la mafia y también el más curioso y misterioso de los tres hermanos.
En busca de la verdadera razón, de que su padre haya contratado a un simple camarero para proteger a su hermano mediano, el cual está al...
Off salió como alma que lleva el diablo y tras llegar a su coche, se subió y comenzó a golpear el volante con fustracion.
...-¡Maldita sea!, ¡maldita sea!
Gun estaba muy lindo y más mayor, por lo que parecía haber pasado un siglo, desde que no lo había visto.
-¿Por qué?, ¿Por qué?
El músico muy afligido se dió con la cabeza en el reposacabezas del asiento un par de veces también pues había sido muy duro el lograr contenerse las ganas de acercarse y besarlo.
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En ese momento odió mucho más a su padre y su manera de hacer las cosas pues no saber la verdad, le estaba consumiendo cada día más y por ello necesitaba darle un ultimátum.
Estaba harto de ayudarlo, de ser su esbirro en las sombras y un traidor para sus hermanos, quiénes en definitiva a parte de Gun, eran lo más importante para él.
Incluso había cooperado para que Tay y New tuvieran una gran pelea, luego de que había ido a la empresa para hablar con él sobre irse a la casa de la segunda familia.
No sabía cómo pero había logrado convencer a su hermano de permanecer en la casa grande pero en ese momento había llegado el moreno y los había escuchado, montándose entonces un gran lío.
Afortunadamente había sabido por Chan, uno de los guardaespaldas de su padre, que finalmente estos habían llegado a un acuerdo y New había desistido de mudarse y permanecer al lado de su novio, dejando la casa de Kan nuevamente a Vegas y Macau.
Al recordar a su primo menor, Off apretó los puños con fuerza pues lo vio junto a Gun, tan sonrientes y cómplices le había revuelto las entrañas.
Por eso necesitaba saber de una vez por todas la verdad y por ello debía presionar a su padre para que le dijese por fin, si el menor era su hijo o no.
No podía negarlo más y tampoco podría soportarlo por más tiempo pues estaba volviéndose cada vez más loco.
Amaba a Gun de una forma en la que nunca había amado a nadie más y eso lo había estado atormentando día y noche, prácticamente desde que lo había conocido, tan tierno y lindo.
Era cierto que en un principio se había acercado a él con el solo propósito de averiguar sobre New y sus intenciones con su familia pero poco a poco y a pesar de sus esfuerzos por evitarlo, este se había metido en su pensamiento y en su corazón.
Con sus ojos humedecidos, este metió la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó su cartera, entonces la abrió y acarició la foto que llevaba siempre con él desde que se había alejado de Gun.
Una amarga sonrisa se dibujó en sus labios pues se arrepentía mucho por ser tan estúpido y no recordar cada detalle de todo ese día.
Esa foto en concreto era la última que se habían hecho juntos, en una tarde en la que habían accedido a ir al cine tras la insistencia del moreno.
Off se había negado hasta hartarse pero finalmente sin saber cómo había sucumbido a la linda sonrisa del menor y había accedido.
Ni siquiera recordaba la película que habían visto, ni tampoco lo que habían hablado tras salir de allí pues este había estado maquinando la mejor forma de dejarlo.
Gun había sacado su inseparable Polaroid de su mochila y lo había hecho posar para inmortalizar el momento.
Días después la había encontrado en la guantera de su coche, mientras buscaba la documentación para enseñarle a un policía que lo había parado por saltarse un semáforo.
Eso le había costado una reprimenda de su padre, quién estaba molesto porque no estaba usando a los guardaespaldas y chóferes de la familia, poniendo su vida en riesgo.
-Aaaaaaaaawwww- gruñó mientras guardó nuevamente la cartera en su bolsillo.
Finalmente, el músico encendió el motor y se fue de allí, ya que debía alejarse o no resistiría por más tiempo, las ganas de entrar de nuevo, agarrar a Gun y llevárselo con él.
(...)
Ya de regreso en el aula, Gun estaba sentado en su pupitre en silencio y mirando a la nada, mientras que a su alrededor, Macau y el resto de sus compañeros hablaban entusiasmos sobre las actuaciones.
Debía ser buen hermano, centrarse y estudiar para sacar buenas notas, se lo había prometido a New y por ello no debía dejar que sus emociones lo dominaran.
Sin embargo, eso era demasiado difícil pues a pesar de que había cambiado su color de pelo, se había unido a gente no muy sana, tratando de evadirse de su dolor y había bloqueado a Off para no saber más de él, no podía negar lo evidente.
Le había dicho al músico que había pasado página, que estaba bien pero se estaba dando cuenta de que había sido una mentira que se había creído él mismo.
De repente toda esa seguridad que había tenido, se había ido por la borda en cuanto el mayor le había hablado frente a frente.
Era cierto que lo había pasado muy mal y había llorado mares por el engaño de Off, su primer y quizás su único amor pues aunque no sabía lo que el futuro le deparaba pero en un segundo todo se había ido a la mierda.
En ese mismo momento que lo había tenido cara a cara después de meses, se había dado cuenta que podría amar a otro jamás, como lo amaba a él.
¿Y ahora que haré?, Se preguntó mentalmente.
Era duro darse cuenta de que a pesar de todo lo que había pasado, su amor por Off no había desaparecido, sino que estaba intacto y latente dentro él.
Todo el enfado y la tristeza habían desaparecido y no por el paso del tiempo, sino porque había madurado y el amor y el sufrimiento casi siempre iban unidos de la mano.
También se había dado cuenta que los cuentos de hadas solo ocurren en las series de televisión y debía vivir su realidad.
Ver a Off e intercambiar unas palabras con él, le habían valido para entender que todos esos pensamientos adolescentes que tuvo hasta conocerlo, se habían ido de un solo plumazo y ahora tras reencontrarse, había derribado la muralla que se había construido.
Por ello se había mordido las ansias de correr hasta él y abrazarlo, ya que no se podía negar que a pesar de ser un mafioso de lo peor, Off seguía siendo el hombre más guapo para él.
-Hey, oye ¿por qué estás tan callado?- escuchó que preguntar a Macau.
Él más bajo negó con la cabeza.
-Solo estoy cansado
-Mi primo ha estado genial ¿verdad?, debo reconocer que es el mejor, ¿Tú no lo crees?
El más joven se encogió de hombros, simulando pasividad pues no podía mostrar su verdadera emoción, ya que en definitiva lo suyo con Off había sido secreto y se había terminado.
-Si, supongo.
Tras llegar el profesor, este les mandó hacer el trabajo por parejas como había anunciado anteriormente y por proximidad, Macau fue el seleccionado para ser la suya.
No le hacía ninguna gracia y hubiera preferido hacerlo solo pues desde ya, sabía que investigar y escribir sobre Off junto con el primo de este, sería muy pero que muy incómodo.
Le preocupaba no poder aguantarse las lágrimas, ni su nerviosismo por mucho tiempo y que Macau terminase por darse cuenta, poniéndolo así en un aprieto.
No quería pasar la vergüenza de que todos se enterase que se había enamorado de un imposible y mucho menos que su hermano supiera todo y golpeara a Off, formándose un revuelo en la casa grande.
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