CAPÍTULO 5

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La tensión en el ambiente era tan densa que casi podía sentirla con las manos mientras seguíamos caminando bajo la atenta mirada de todo el mundo. A mi lado, Lucy seguía caminando como si no le afectara. O eso, o fingía estupendamente mientras que yo, por mi parte, me encontraba al borde de un ataque de nervios

Para distraerme, comencé a fijarme en las taquillas que decoraban los laterales de los pasillos. Los únicos espacios libres estaban ocupados por puertas que seguramente daban a las clases. 

-Este es el pasillo principal- me dijo- si te fijas, sobre cada puerta hay un número. Cada aula tiene uno asignado. Eso es lo que Julia te ha apuntado en el horario, pero de todas formas, estaremos juntas en todas las clases así que no te preocupes, poco a poco te iré enseñando dónde está todo.

Asentí ausente. Agradecía que siguiera hablándome como si nada, pero no podía dejar de sentir como toda mi piel picaba al estar bajo la atenta mirada de todos porque, a pesar de que la gente comenzaba a regresar a sus conversaciones, tenía la impresión de que todo el mundo estaba hablando de mí.

-No te agobies, dentro de dos días alguien se meterá en algún lío y tu dejarás de ser el centro de atención. Siempre pasa lo mismo. Muy a mi pesar aquí no hay mucho más que hacer a parte de hablar sobre los demás... Pero, por suerte para ti, "la élite" siempre se encarga de proporcionar buenos cotilleos para mantenernos ocupados a todos.

- ¿La élite?

Lucy echó un vistazo a nuestro alrededor para asegurarse que nadie pudiera oírnos.

-La élite no es más que un grupito de niños pijos que van por este lugar como si fueran los dueños.

- ¿Son los chicos que llevan la corbata verde? - pregunté atando cabos.

-Chica lista- dijo parándose junto a una taquilla a nuestra derecha- Mira, esta de aquí es la mía y esa, la tuya. Toma- me dijo mientras me tendía un libro pequeño- me he tomado la libertad de cogerlo de la habitación. Espero que no te importe, es la guía de bienvenida. Dentro tienes la combinación.

-Vaya, gracias- dije con una sonrisa mientras comenzaba a buscar la contraseña- ¿Y qué pasa con eso de la élite?

-Verás- dijo poniéndose seria – las normas de este sitio no son como las de cualquier otro lugar. Como ya te he dicho, personas realmente importantes han pasado por aquí y muchos de ellos son padres de los alumnos que hoy pisan estos mismos pasillos. Se rumorea, que el pase de oro para pertenecer a la élite es ser el sucesor de uno de esos peces gordos ya que son sus cheques los que mantienen este lugar en pie.

- ¿Y por eso pueden hacer lo que quieran? - pregunté comenzando a girar la ruedecita de mi taquilla.

-No solo eso. Supongo que te habrás dado cuenta de que ninguno de nosotros se acerca a un alumno de le élite por voluntad propia. Son ellos los que vienen a nosotros y solo lo hacen para molestarnos- Asentí mientras forcejeaba con la puerta de la taquilla, que no parecía dispuesta a ceder- Pues bien, eso es porque la normativa de este lugar establece que no podemos relacionarnos con ningún alumno de la élite.

- ¿Qué? ¿Por qué? - dije dejando de tirar de la puerta de mi taquilla. Lucy me apartó con un pequeño empujón y se puso a forcejear con ella también.

-Esa es la gran pregunta ¿no? He barajado todas las opciones posibles: elitismo, estupidez, secta. Todo. Pero por más vueltas que le doy, no consigo entender por qué se nos encierra a todos en la misma academia, si se nos prohíbe interactuar los unos con los otros.

- ¿Y qué pasa si incumples esa norma?

-Estás fuera.

- ¿Fuera?

DESPERTAR (MERAKI I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora