DESPERTAR (MERAKI I)

CAPÍTULO 18

¡AQUÍ LO TENÉIS! DISFRUTADLO MUCHO!

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Aquel día me levanté con una sensación extraña en el cuerpo. La conversación que habíamos tenido con los chicos la tarde anterior me había dejado paranoica y no podía dejar de sentir que alguien me estaba vigilando todo el rato.

Cuando salimos de nuestra habitación, solo podía pensar en que alguien de aquel pasillo nos había vendido, sin importarle las consecuencias y con la esperanza de hacerme la estancia allí todavía más complicada de lo que ya lo estaba siendo.

El acoso no paró en todo el día, porque mientras los más cobardes se limitaban a dejarme algún mensaje por redes sociales, cosa que había hecho que comenzara a arrepentirme de la decisión de haberme abierto una cuenta de Instagram, los demás se habían dedicado a susurrarme insultos ya fuera en el comedor o en los pasillos de la academia.

Pero para mi sorpresa, las únicas que me habían ignorado aquel día habían sido Amberly, Jessica y Karen, que me habían ignorado sin ningún tipo de esfuerzo cuando me las había cruzado por el pasillo. Aunque, lejos de relajarme, eso todavía me hizo estar más alerta de lo que ya lo estaba, porque si algo sabía de aquellas chicas, era que no se olvidaban fácilmente de las personas que no acataban sus órdenes sin rechistar

Alex, Leo y Charles tampoco nos prestaron ni la más mínima atención. Era increíble cómo tenían la capacidad de borrarnos de su radar sin ningún tipo de esfuerzo. En aquellos momentos era cuando se hacía más evidente el poder que tenían sobre el resto de la élite, porque cuando ellos nos ignoraban, los demás también lo hacían. No fui la única en darse cuenta de que algo extraño estaba sucediendo, porque incluso el resto de alumnos parecían estar esperando a que aquella tensión estallara por algún lado.

Durante la comida, Daniel y Tyler, trataron de preguntarnos sobre la fotografía de los chicos, pero, tal y como acordamos Lucy y yo la noche anterior, nos ceñimos a la historia de que era un montaje. Lo último que queríamos era meterles en más líos de los que ya teníamos encima por ser la diana de más de la mitad del alumnado.

Eran las tres de la tarde cuando nos dirigíamos a la clase de defensa. Nos habíamos cambiado después de comer e íbamos vestidos con la ropa de entrenar, que consistía en unas mayas, una camiseta ajustada de manga larga y unas botas militares. Era casi como llevar una segunda piel, pero de color negro y si hubiera sido de noche, hubiera sido casi imposible reconocernos. Al ver el uniforme de los chicos, no pude evitar recordar el que llevaban Leo y Alex el día que habían ido a visitarme a la enfermería.

- ¿Algún consejo de último momento? - pregunté a mis amigos mientras entrábamos en el gimnasio. Algunos alumnos ya habían llegado y se estaban sentando en las gradas.

-Sí, céntrate en nuestro entrenamiento y no en el público- dijo Daniel.

- ¿Qué público? - pregunté.

-Esta es una clase abierta- continuó Tyler- por lo que cualquiera puede venir a verla.

Un sudor frío me recorrió el cuerpo mientras comencé a mirar a mi alrededor esperando errar en mis sospechas. No era muy difícil distinguir a los alumnos que venían a observar de los que teníamos que participar en la clase. Maldije mi intuición cuando mis ojos comenzaron a ver destellos verdes entre los alumnos que había entre las gradas

-Genial- suspiré- ¿Siempre viene tanta gente a veros?

- ¿Quieres que te responda con sinceridad?

-No, la verdad es que no- me lamenté.