CAPÍTULO 31

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- ¿Me podéis explicar porque tenéis la cara como si os hubierais peleado con un equipo entero de fútbol americano?

El comedor estaba abarrotado cuando llegamos, pero por suerte, Tyler y Daniel ya nos esperaban sentados en nuestra mesa de siempre. Ninguno de los dos hizo referencia a lo que había pasado la noche anterior ni a mi intento de huida, pero sabía por su forma de mirarme, que estaban deseando sacar el tema y que no dudarían en hacerlo en cuanto nos quedáramos a solas.

-Ayer por la noche, cuando te fuiste y nos quedamos junto a la hoguera, la fiesta se descontroló. Todos habían bebido mucho y de un segundo a otro se convirtió en un campo de guerra, pero entre todo aquel caos, pude ver cómo Frank salía corriendo detrás de ti- dijo Daniel- así que me levanté para seguirle, pero sus amigos me detuvieron. Estoy seguro de que nos estaban vigilando. Intentamos que nos dejaran pasar, pero cuando Lucy dio un paso para seguiros a ti y a Frank, uno de ellos la tiró al suelo y todo se fue a la mierda.

- ¿Te tiraron al suelo? - le pregunté a mi amiga.

-Sí, después de que le diera un rodillazo en la entrepierna- respondió orgullosa.

Me quedé mirando fijamente a Lucy pensando en lo sorprendente que era que se hubiera enfrentado a un grupo de chicos que le doblaban en peso y que le sacaban quince centímetros de altura, y que no tuviera ni un solo rasguño.

- ¿Me estás diciendo que la pelea la empezaste tú?

-Pues claro. Nadie persigue a mi amiga por un bosque a oscuras y se va de rostias.

No sabía si reír o escandalizarme. Si seguíamos así, alguno de mis amigos iba a acabar con algún hueso roto por defenderme.

-Escuchad- dije - Os agradezco de verdad que queráis dar la cara por mí, pero no quiero que volváis a pelearos con nadie para defenderme ¿está claro? No hace falta que os metáis en ningún lío por mí.

-Claro que hace falta- se quejó Tyler- mira, Vera, sabemos perfectamente que puedes defenderte sola. Eres una tía dura y eso está genial, de verdad. Ojalá yo fuera la mitad de fuerte que tú. Pero lo de ayer no fueron unos insultos sin importancia. Te asaltó en mitad del bosque y luego te dejó tirada, así que si hay un momento en el que se nos permita intervenir es ese. Acepta que somos tus amigos y que vamos a respaldarte siempre que nos necesites- me quedé en silencio sin saber qué responder. Lo último que me había esperado era una charla como aquella. Tyler debió de ver mi incomodidad, porque relajó el tono de la conversación- Además, estoy mucho más guapo así.

-Si tú lo dices- le respondió Lucy riéndose de él.

Me hizo sonreír su comentario y me alivió que la tensión que había aparecido la noche anterior en aquella hoguera hubiera desaparecido. Era extraño verles pelear por cosas que no fueran las tonterías que utilizaban para molestarse.

Seguimos comiendo y bromeando sobre lo favorecedora nueva cara de Tyler. El muy idiota llegó a decir que tendría que buscar alguien más con quien pelearse, cuando se le fueran las heridas que tenía en el rostro.

Era en momentos como aquel en los que sentía que formaban parte de algo y en los que me sentía arropada, cuando me daba cuenta de lo sola que había estado toda mi vida.

Me pasé el resto de la hora de comer esperando a que Frank entrara pavoneándose por la puerta de la cafetería, pero no vi ni rastro de él. A quienes sí pude ver fueron a Alex, Leo y Charles que, como habían prometido, ni siquiera hicieron amago de mirar en nuestra dirección. El mundo parecía seguir funcionando con normalidad, como si tan solo unas horas antes un alumno no hubiera muerto y otro no hubiera desaparecido en aquel mismo lugar.

DESPERTAR (MERAKI I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora