CAPÍTULO 9

20 6 0
                                    

Hola, hola! 

Aquí os traigo el nuevo capítulo y con él, os digo también que, a partir de ahora subiré capítulo los martes y los jueves. 

¡Espero que lo disfrutéis!

PD: Hay una personita que lee siempre la primera el capítulo en cuanto lo subo y me gustaría que, si quiere, se pronuncie, porque me hace muchísima ilusión ver su lectura jeje <3.

------------------------------------------

Salí del despacho de la directora mentalmente exhausta. Mi cerebro estaba tan embotado que ni siquiera era capaz de pensar con claridad. Los secretos y las normas de aquel lugar habían acabado con toda la energía que me quedaba en el cuerpo y eso que solo eran las cinco de la tarde.

A pesar de que mi padre había desaparecido hacía dieciocho años, la idea de que pudiera estar vivo en algún lugar no abandonaba mi cabeza, por mucho que intentara olvidarla. Y cada vez que aquel pensamiento aparecía en mi mente, una punzada de dolor me atravesaba el corazón, porque si seguía vivo en alguna parte, significaba que había pasado de mí desde la primera bocanada de aire que había entrado en mis pulmones, dejándome sola en un mundo en el que había tenido que luchar con uñas y dientes por sobrevivir y en el que la única persona que iba a echarme de menos, tras esfumarme sin dejar rastro, era Chuck y el motivo era el dinero que iba a perder.

Estaba tan centrada en la fiesta de autocompasión que me había montado, que no me fijé en que alguien venía en mi dirección hasta que me choqué con él. El golpe me aturdió momentáneamente, pero la voz que oí me devolvió a la realidad en un instante.

- ¿Nos estás acosando, rubia? - preguntó Alex mientras me sujetaba para que no cayera al suelo. A su lado Leo y el chico que había identificado como Charles, me miraban atentamente. El primero con una de sus típicas sonrisas mientras que el segundo me analizaba de arriba abajo, del mismo modo en que lo había hecho aquella mañana.

Cuando las manos de Alex dejaron de sujetarme por los brazos, me di cuenta de que entre los tres me habían acorralado, sin dejar un solo hueco libre por el que pudiera huir. Desviando la mirada hacia el despacho de la directora me di cuenta de que, si gritaba, podría oírme. Aquello me hubiera tranquilizado si no hubiera sido porque nada ni nadie me aseguraba que Fontaine se fuera a poner de mi parte si aquellos tres chicos estaban involucrados.

- Me parece que alguien está un poquito estresado- se burló Leo- ¿Qué pasa, Vera? ¿Nos tienes miedo? No te preocupes, no solemos morder muy fuerte...a no ser que nos provoquen- la sonrisa lobuna que se dibujó en su cara me puso los pelos de punta, pero enterré aquella respuesta en lo más profundo de mí y le mantuve la mirada para demostrarle que yo no era como los demás alumnos a los que estaban acostumbrados a torturar. Yo no iba a salir corriendo con el rabo entre las piernas.

-Esas miradas te van a traer más de un problema, novata- me dijo. El gris de sus ojos era como el de las tormentas y parecían estar atravesando mi alma en aquel mismo instante. No dejaba de sorprenderme la capacidad que tenía aquel chico de reírse de mí con tal solo una sonrisa.

- ¿Qué pasa, Rubia? No me parecías de las que se acobardan a la primera de cambio. ¿Tan rápido ha podido la academia contigo?

El pecho de Alex se quedó a unos pocos centímetros de mi espalda. Estaba tan cerca que podía sentir el calor que desprendía y tuve que cerrar los ojos para poder controlarme y no responder. Tenía la esperanza de que, si no respondía a sus provocaciones, sus ganas de provocarme disminuyeran, pero lejos de lo que esperaba, mi silencio solo sirvió para aumentarlas.

Una alarma se encendió en mi interior, haciéndome abrir los ojos de golpe, cuando la mano de Alex rozó mi cuello al apartarme el pelo hacia un lado y dejarme la piel descubierta.

DESPERTAR (MERAKI I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora