Capítulo 14

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Un par de horas antes, en casa de los Park.

- ¿Qué ha pasado? - le preguntó Minji al verlo entrar en el salón, cabizbajo, sabía que había estado en su habitación, hablando con Jungkook. El castaño suspiró y soltó el móvil sobre la mesita de café.

- El señor Jeon se muere. - le comunicó, sin rodeos, sentándose a su lado en el sofá. - Me lo acaba de contar Jungkook, ¿tú sabías algo de esto? - la rubia negó efusivamente, con un gesto de preocupación.

- No me habían informado, te lo prometo. – Jimin asintió con la cabeza y se frotó los ojos con ambas manos.

- ¿Crees que lo sabían? - Minji tragó saliva y se encogió de hombros.

- El creador lo sabe todo. Así que supongo que… Sí.

- ¿Y por qué nadie nos lo dijo? Se suponía que teníamos que venir aquí, ayudar a Jungkook a encontrar su camino, guiarlo a su destino, sacarlo del bucle en el que estaba metido... ¿¡ Y resulta que ahora tengo que enfrentarme a la pérdida de su padre!? - la rubia palmeó sus propias piernas y, visiblemente molesta, se levantó del sofa.

- Voy a descubrir que está pasando, este no era el trato. - Jimin se levantó tras ella, confundido.

- ¿Qué vas a hacer? - le preguntó, pero Minji ya caminaba decidida hacia su habitación.

- Comunicarme con nuestro viento, necesitamos que nos den una explicación.

- ¿No es peligroso hacer eso aquí? Quiero decir, tendrás que abandonar tu forma humana para poder hacerlo. - la rubia suspiró y asintió con la cabeza, sacando un grueso libro marrón de debajo de su cama.

- No pasará nada, no tardaré demasiado, pero necesito que salgas de la habitación. - el castaño la miró contrariado, ¿no quería que viera su forma de arcángel? ¿forma que había visto cientos de veces?

- ¿Por qué?

- Tienes forma humana ahora, Jimin, nuestra luz absoluta puede ser peligrosa para ti. - Jimin arqueó una ceja.

- ¿Y por qué no puedo hacerlo yo también?

- Porque quizás necesite hablar con el creador directamente, y sabes como debemos hacerlo. - el castaño rodó los ojos. - Además, deberías ir a buscar a Jungkook.

- Quiere estar solo ahora, él mismo me lo dijo. - Minji soltó una irónica carcajada.

- Sabes que eso no es verdad. Ve a buscarlo, Jimin, te necesita. Yo puedo encargarme de esto sola. - guardó silencio durante unos segundos, hasta que un enorme destello iluminó su cabeza. - Ve, está en el parque Banpo Hangang, junto al río. - el castaño suspiró y dándose por vencido, asintió.

Salió de la habitación, dejando a su madre a solas. Iría a buscar a Jungkook pero, primero, necesitaba cambiarse de ropa. Así que volvió a su habitación, buscó algo que ponerse y luego se dirigió al baño. Al cruzar el pasillo, pudo ver la luz de Minji traspasando la puerta y entonces supo que la mujer había abandonado su cuerpo humano por completo. La rubia tenía razón, si esa luz le daba directamente en los ojos, lo dejaría ciego. Minji era el arcángel más brillante de todo su viento.

Se peinó un poco su cabellera castaña, el pelo le había crecido mucho en las semanas que llevaba en la Tierra, luego volvió al salón en busca de su teléfono y por último, cogió sus llaves del cuenquito de la entrada donde siempre las dejaba.

No sabía si se acercaría a Jungkook, pero se aseguraría, aunque fuera de lejos, de que el muchacho estaba bien.

Salió de casa, dispuesto a caminar hasta su encuentro, pero se paró en seco al ver la estación de tren frente a él, ¿por qué no coger uno que lo dejase allí en vez de caminar tanto? El parque no quedaba precisamente cerca y si tenía que ir hasta allí andando, cabía la posibilidad de que cuando llegase, Jungkook ya se hubiera marchado.

Como caído del cielo [JIKOOK/KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora