Capítulo 22

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Advertencia: este capítulo trata temas que pueden herir la sensibilidad de algunas personas (enfermedad/muerte de un ser querido) por favor, no lo leáis si sentís que será demasiado, os lo puedo resumir si es necesario.

•••

Desde que tenía uso de razón, Jeon Jungkook no había pasado más que las horas que estaba durmiendo, sin separarse de sus auriculares.

Jamás se había despegado de ellos. Hasta ese momento.

Su padre había sufrido un infarto cerebral a causa de la enfermedad que lo consumía, y eso significaba que su tiempo en la Tierra, por desgracia para los Jeon, estaba llegando a su final.

Jungkook no había escuchado música en los tres días que su padre llevaba en el hospital. No tenía ganas, ni fuerzas, y no era capaz de encontrar en ella un consuelo, como tantas otras veces.

Se había preparado durante todo ese tiempo para perder a su padre, o eso pensaba él, porque... ¿cómo se prepara alguien para eso?

El señor Jeon estaba muy débil, había pasado más de un día en coma y, cuando se despertó, tenía un lado de su cara semi paralizado y también ambas piernas. No podía levantarse de la cama y, aunque era capaz de hablar, le costaba sangre, sudor y lágrimas.

Los médicos les habían advertido que su momento estaba llegando y que, mientras tanto, tratarían de mantenerlo lo más tranquilo posible, para que no sufriera.

Verlo así, postrado en una cama, era duro para Jungkook. Su padre, que había sido uno de los mejores abogados de Seúl, querido y admirado por todo el que lo conocía. Deportista, sano, un ejemplo de hombre. Al final esa maldita enfermedad lo había consumido, sin importarle lo más mínimo quién era.

Del bufete de sus padres habían llegado decenas de ramos de flores y buenos deseos, también Jin y Hoseok les habían hecho llegar los suyos, aunque sabían que la situación era complicada.

Jungkook no había ido a clases de guitarra, tampoco había seguido asistiendo a las clases preparatorias de la nueva carrera. En un momento así, nada le importaba más que la tranquilidad de su familia.

- No hace falta que estés todo el día aquí. - le dijo su padre, tratando de esbozar una sonrisa.

- No quiero que mamá y Yongsun carguen con todo. - ambos hermanos pasaban el día acompañando a sus padres y, por la noche, se iban a dormir a casa, dejando a la senora Jeon dormir en el hospital con su marido.

- Eres un buen chico. - le respondió su padre. Jungkook se encogió de hombros y se sentó en la silla que había junto a su cama.

- Lo intento, papá. - la mirada de su padre le hizo sentir que, el momento de mantener aquella conversación había llegado. Yongsun y su madre habían bajado a la cafetería, así que tenían un rato a solas para poder hablar.

- Dime lo que tengas que decirme, hijo. - le pidió el señor Jeon, consciente de lo que pasaba por su cabeza.

- Siento mucho si te decepcionó saber que quiero dedicarme a la música, pero es mi vocación y no puedo negarlo. - soltó sin pensar. - Entiendo que querías algo diferente para mí, pero no es lo que yo quiero.

- Me gustaría que tuvieras una vida tranquila, cómoda. Que no tuvieras que pasar apuros económicos, ni momentos duros... Y sabes que eso es lo que pasará si te dedicas a la música. - Jungkook asintió con la cabeza, era consciente de que no había elegido la carrera más fácil del mundo.

- Lo sé pero aún así... Estoy dispuesto a hacer los sacrificios que sean necesarios. - el señor Jeon asintió con la cabeza.

- ¿Sabes? Ahora que me veo en esta situación no puedo evitar pensar en qué habría pasado si yo me hubiera arriesgado a vivir mis sueños también. - el pelinegro arqueó una ceja con curiosidad.

Como caído del cielo [JIKOOK/KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora