Capítulo 15

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Aunque había vuelto a casa tan fuera de sí y tan preocupado por sus propios sentimientos, que se había olvidado por completo de que dejó a Minji comunicandose con su viento, en ese momento, que se sentía más tranquilo y en calma, la curiosidad por saber qué le habían dicho, se lo comía por dentro.

Pero no podía hacer nada, no podía preguntarle sin levantar las sospechas de Taehyung que, sentado junto a él en el sofá, disfrutaba de unos bollos que le había ofrecido Minji.

Sentía mucha confianza con él, a pesar de conocerlo de tan poco tiempo. El muchacho era un libro abierto y no había que ser un ángel para darse cuenta de que su corazón era tan inmenso como sus manos.

Taehyung tenía su misma edad, la humana, al menos, y un hermano tres años menor. Vivía a las afueras, aunque adoraba Seúl y solía pasearse por sus calles con frecuencia, y se dedicaba, junto con su familia, al cultivo de frutas y verduras. Por su estatus, Taehyung era lo que los humanos describían como “clase baja” pero, para Jimin, nada más alejado de la realidad.

No habían pasado demasiado tiempo juntos, pero ese tiempo fue de una calidad exquisita. Taehyung era inteligente, divertido y muy creativo, había aprendido por sí mismo a pintar y, según Jimin, que había podido ver algunas fotos, hacía unos cuadros de lo más extraños e hipnotizantes.

- Tenías hambre, ¿eh? - le preguntó Minji, con un tono cariñoso, tratando de que no se sintiera juzgado. El muchacho asintió, meneando sus bucles de color castaño oscuro, al ritmo de su cabeza.

- Es que… -  Taehyung hizo una pausa para tragar la masa que se había formado en su garganta. - No he tenido tiempo de comer hoy, tenía mucho trabajo. - las miradas de Minji y Jimin se cruzaron, sabían que la vida de aquel chico no era fácil en absoluto.

Jimin se dio cuenta el primer día que él apareció en la tienda, su ropa algo vieja y gastada y sus uñas, siempre con algún resto de tierra, lo delataban. Luego, fue el propio chico quien le contó sobre su vida. No se escondía, estaba orgulloso de quien era, de lo que hacía y de dónde venía.

- Min…¡Mamá! - se corrigió el castaño con rapidez. - ¿Quedan más bollos de esos? Me ha dado hambre ver a Taehyung comer.

- En la despensa hay más, coge lo que… - el ceño de Minji se frucnció al ver los ojos de Jimin abiertos como platos. ¿Qué le pasaba?

- ¿Me acompañas? - le preguntó Jimin, abriendo de nuevo los ojos con mucha fuerza. La mujer asintió con la cabeza, entendiendo que el castaño necesitaba hablar con ella a solas, y ambos se levantaron para salir de la habitación.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué haces eso con los ojos? - le susurró Minji, confundida, cuando estuvieron a solas en la cocina.

- Era una señal. - reprochó el castaño, bajo la incrédula mirada de su madre.

- Si tú lo dices. - Jimin suspiró y, evitando la absurda discusión, le preguntó sin rodeos lo que necesitaba saber.

- ¿Te has comunicado con nuestro viento? - Minji asintió, apoyándose en la encimera de la cocina.

- ¿Crees que es buen momento para...?

- ¿Puedes decirme de una vez lo que te han dicho y así volvemos ya, sin levantar sospechas? - la rubia bufó molesta y, tras unos segundos en silencio, cruzada de brazos, su semblante cambió a uno de preocupación.

- El creador lo sabía. - los ojos de Jimin se abrieron sorprendidos. ¿Y por qué no los había advertido? - No he podido hablar con él directamente... Pero sí con alguien cercano. No nos lo quisieron decir para que no nos negasemos a bajar.

Como caído del cielo [JIKOOK/KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora