Capítulo 2

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Aclaración: este capítulo está escrito desde el punto de vista de Jimin. Esta historia tendrá un narrador omnisciente, por lo tanto, los puntos de vista irán cambiando. Os avisaré antes de cada capítulo si es necesario, pero es importante que no os saltéis ninguno, pues los capítulos son correlativos.

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Llegó a su nuevo hogar, temblando, con el cuerpo derrochando adrenalina por la tensión. Casi pierde a Jungkook en su propia cara, apenas un par de semanas después de que el creador lo enviase a la Tierra a cuidarlo.


¿Cómo podía ser tan pésimo ángel de la guarda?

- ¿Qué sucede? - le preguntó Minji al verlo en esa tesitura, de pie junto a la puerta.

- Casi lo estropeo todo. - la mujer se acercó a él, preocupada.

- ¿Qué ha ocurrido? - le insistió, levantando su barbilla con delicadeza para hacer contacto visual con él.

- ¡No leas mis ojos! - le pidió Jimin, molesto, desviando de nuevo la mirada. Odiaba cuando Minji utilizaba sus poderes de arcángel para resolver sus dudas, en vez de esperar a que él quisiera contárselo.

- Perdón... - se disculpó su madre. - ¿Me contarás qué ha ocurrido?

- Casi atropellan a Jungkook frente a mis propios ojos. Estaba demasiado lejos, así que tuve que aparecerme a su lado y poner en riesgo todo, para salvar su vida. - le explicó, con la barbilla temblorosa. - He estado a punto de perderlo y no llevamos aquí casi nada.

- Ese chico es complicado, Jimin, sabes que tiene una vida difícil, has hecho bien. - lo consoló Minji, acercándose a él y abrazándolo con ternura. - ¿Qué tal reaccionó?

- Por suerte, bien. - le respondió él, aliviado. - No sé si pensará que soy un bicho raro...

- ¿Por qué?

- Me pidió mi número de teléfono y le dije que no tengo móvil. - Minji no pudo evitar soltar una carcajada.

- Supongo que tendremos que adaptarnos mejor a esto de la vida humana... - el castaño asintió repetidas veces con la cabeza.

- Llevo un rato sintiendo una especie de dolor aquí. - le comentó a la rubia, preocupado, posando la mano sobre su estómago.

- ¡Eso es hambre! - exclamó Minji, saliendo del pasillo a toda velocidad en dirección a la cocina. - ¡Los humanos sienten hambre, recuerda!

No sabía si conseguiría adaptarse del todo a la Tierra, pues desde que habían salido de su morada todo había sido un auténtico calvario.

Los humanos sentían muchas cosas, tantas que, a pesar de saber cómo funcionaban, no era capaz de gestionarlas.

Hambre, sed, sueño, cansancio, eran cosas a las que él no estaba acostumbrado. Tampoco a sentir dolores físicos, como el que sintió cuando se lanzó encima de Jungkook para salvarlo de aquel coche.

Le sorprendió la manera en que los humanos lo sentían absolutamente todo, tanto en su piel, como en sus huesos, músculos y cerebro. Sin duda, eran una creación maravillosa.

Jungkook. - pensó, dirigiéndose a su habitación. No sabía si conseguiría cumplir con su tarea. Sabía que aquel chico llevaba una vida solitaria y difícil. Conocía a sus padres, a sus amigos e incluso conocía algunos de sus pensamientos, pero estaba tan perdido... que no sabía si sería capaz de llegar a su corazón y ayudarlo a sanar.

Como caído del cielo [JIKOOK/KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora