Capítulo 17

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La adrenalina inundaba su cuerpo mientras se colocaba la ropa. Ni siquiera sabía cómo iba a salir de su casa sin ser visto, pero Jimin lo esperaba fuera y nada más le importaba en ese momento.

Se puso lo primero que encontró, recogió su pelo negro en una pequeña coletita y volvió a asomarse por la ventana: allí seguía él, apoyado en un árbol, esperándolo.

Abrió la puerta de su habitación y escuchó con atención: su madre y Yongsun charlaban en el salón y su padre, probablemente, ya se había ido a dormir.

No había podido hablar con él hasta el momento y Jungkook tenía claro que lo estaba evitando, pero no lo culpaba, simplemente esperaría a que él estuviera listo para mantener esa conversación.

- No puedo salir por ahí... - se dijo a sí mismo, viendo las puertas del salón abiertas de par en par. - Pero tampoco voy a quedarme aquí.

Volvió a encerrarse en su habitación, con cuidado de no hacer ruido y abrió la ventana.

- ¡Pssst! - chistó, llamando la atención del castaño que lo esperaba fuera.

- ¿Qué pasa? - le preguntó Jimin, levantándose del césped.

- No puedo salir por la puerta, hyung, ¿me ayudas? - el castaño asintió con la cabeza y se acercó más.

- ¿Qué vas a hacer?

- Saltar.

- ¿¡Estás loco!? Te puedes hacer daño. - le gritó Jimin en voz baja.

- He saltado muchas veces, es solo un piso, puedo apoyarme en esas tejas. - le explicó, señalando el semi tejado frente a él.

- Jungkook, te vas a lastimar. - le reprochó Jimin. - Déjalo, vendré mañana a una hora prudente.

- ¡No! - exclamó Jungkook. - Por favor. - el  castaño asintió, entendiendo que le apetecía estar con él y se situó junto a las tejas que le había señalado

- Espera, ¡se me olvidaba! - corrió hacia dentro de su habitación de nuevo y apareció, ni medio minuto después, con su guitarra en las manos. - ¿La coges?

Jimin abrió los brazos, esperando el instrumento, y se aferró a él tan pronto como lo tuvo encima. No quería romper el bien más preciado de Jungkook.

Se quedó mirando al pelinegro deslizarse, como si fuera lo más fácil del mundo. Aunque, a decir verdad, no era una gran altura.

- Hola. - lo saludó Jimin, con una estúpida sonrisa, cuando aterrizó a escasos centímetros de él. Jungkook sonrió y, sin decir una palabra, lo abrazó.

- Quería estar contigo, hyung. - se atrevió a confesarle en un susurro, haciendo que el corazón del castaño comenzase a latir con fuerza.

- Yo también.

Se separaron despacio, sin ganas de soltarse, pero siendo consciente de que, si se quedaban parados ahí en medio, los terminarían pillando. Las mejillas de ambos ardían con fuerza, estaban sintiendo la misma vergüenza.

- ¿A dónde vamos? - le preguntó Jimin, tirando de su brazo con suavidad, el pelinegro cogió su guitarra y echó a andar.

- Hay un parque que me gusta mucho, se llama Banpo Hangang, ¿lo conoces? - Jimin negó con la cabeza, a pesar de que había estado ahí ese mismo día. Ni en sueños le diría que había ido a buscarlo y lo había visto con esa chica de pelo rojo.

- No, ¿está muy lejos?

- Para nada, podemos ir dando  un paseo si quieres. - el castaño asintió de acuerdo. - ¿O prefieres ir en bici? - la ceja izquierda de Jimin se arqueó al escuchar su pregunta, intuía, por el tono que había usado, que algo sucedía.

Como caído del cielo [JIKOOK/KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora