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Bruce se despertó temprano en la mañana, se vistió con el mejor traje que tenía, salió de la mansión antes que sus convivientes se despierten y condujo hacia el centro de la ciudad, en su camino se detuvo dos veces, en la primera compro una caja de arándanos bañados en licor y chocolate; en la segunda compro un ramo de rosas rojas.

Siendo ya una hora prudente, el hombre arribo a la mansión Agreste, con el telecomando que Gabriel le suministró en caso de emergencia, abrió la reja a distancia, estaciono frente a la puerta principal, y golpeó la enorme puerta de madera para aguardar que alguien lo atienda, espero unos minutos, y nadie se acercó, ancioso, manoteo el picaporte, lo giro y se dio cuenta que la puerta no tenía seguro.

─Hola─ dijo en voz alta pero nadie respondió, la casa parecía vacía ─¡Soy yo, su buen amigo Bruce!

En eso se sienten unos pasos, desde el costado derecho de la escalera pareció Nathalie, la cual apenas hizo contactó visual con el se sorprendió.

─¿Señor Wayne que lo trae por aquí tan temprano?─ pregunto y al terminar de bajar las escaleras miro fijamente al hombre, esperando respuesta, este se quedó en silencio y le extendió el ramo y la caja con los dulces ─¿Para mí?─ los toma ─No se hubiera molestado─ se gira y emprende camino a la cocina, el la sigue, ella entra, toma un jarrón, le pone agua y deposita el ramo, luego se sienta y destapa la caja, viendo el manjar que la esperaba ─Veo que recibió ayuda

─Para nada, recuerdo bien tus gustos─ mintió astutamente

─Sere informal─ toma un arándano y lo come, saboreando bien el dulce, al terminar clava su azulada vista en el contrario ─Cada vez que estás tan callado, hay una mentira detrás de ti─ alza una ceja ─Y seguramente recordaras mis gustos, pero hay una sola persona que me regala esto en particular─ la puerta se abre, como si los dichos de Nathalie hayan sido un ritual de invocación para el

─Esta bien, me atrapaste─ se rindió Bruce y miro a Gabriel ─Buen día

Los tres se quedan en silencio, a Gabriel se le había ocurrido un plan, pero con Bruce ahí no sabía que decir, el ambiente se estaba poniendo incómodo, pero nadie reaccionaba.

─Buen dia─ repitió el estadounidense

─¡Bruce!─ replicó este saliendo de su trance ─¿Que haces aquí?

─Queria invitar a Nathalie a almorzar, pero creo que metí la pata nuevamente─ mira a la mujer ─Y te delate, tal vez este enojada contigo también

─Esta vez no me enojo, recibí arándanos extra─ acotó ella feliz, sin dejar de comer

─Olvide que soy el único que le da esos arándanos en particular─ rodea sus ojos ─¿Entonces saldrán?

─Me encantaría─ mencionó Bruce entusiasmado

─Si me das una opción que me guste, acepto.

─Comida China─ respondió tan rápido como pudo, ella alza una ceja

─Ves, no necesitas ayuda─ se levanta ─Debo acompañar a Adrien al instituto. . .luego vere si tengo tiempo para usted señor Wayne─ se levanta con la caja en la mano y sale rápidamente por un costado evitando acercarse a los hombres 

─¿Querías sabotearme?─ Bruce golpea el hombro de Gabriel, este se queja

─Te ayude cómo me pediste.

─Compartiendo tus trucos, los que solo funcionan contigo, aveces me preguntó cómo lograste gobernar el mundo de la moda─ se cruza de brazos

─Soy más inteligente que tu─ sonríe con superioridad

─Ya veremos eso mí amigo─ hace una pausa ─Bueno, debo ir a prepararme, se que Nathalie va aceptar, quiero sorprenderla─ sonríe y se va

Gabriel se mostró tranquilo y alegre, pero cuando Bruce lo dejo solo borro su sonrisa y cambio las facciones de su rostro por unas de seriedad, lentamente la idea de que su amigo y su asistente pasen tiempo juntos le estaba desagradando, ahora se arrepentía de haberse metido con Bruce Wayne, debió haber hecho tratos solo con Madam Tsurugi y nadie más.

─Maestro siento rabia emanar de usted, ¿se encuentran bien?─ Nooroo sale del bolsillo de la chaqueta del hombre y se posa delante suyo

─Tengo una gran idea─ sonríe, Duusu aparece y mira a ambos sin entender nada ─Bruce Wayne, cabaras tu propia tumba

Sale del lugar, camina hacia el atelier, baja a la guarida y estando allí se transforma, siendo el poderoso Shadow Moth, toma su abanico, prepara una pluma y la carga con su energía, luego la deposita sobre el mismo abanico y comienza a moldear un sentímonstruo.

─SentiBruce, soy Shadow Moth, tu misión es lograr que Nathalie Sancoeur te odie todavía aún más, no me falles.

─Tus deseos son órdenes, Shadow Moth.

El sentímonstruo se para en la trampilla, y usando el ascensor regresa a superficie, todo para lograr con éxito, la misión que su amo le había encomendado.

Miraculous: RecreaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora