Miraculous: Recreación

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Los hechos se volvieron a repetir, una y otra vez, RabittMoth ganaba la batalla contra los héroes, cada vez que se lo proponía, pero, en estas realidades, Gabriel siempre estaba ahí, presenciando todo, viendo cómo su gran amiga y confidente, tocaba un fondo más profundo que el que él alguna vez llego a tocar.

─Nathalie por favor detente.

Suplico el hombre sosteniendo a Adrien, el cual estaba severamente herido por el combate, Nathalie ignoro la súplica y se concentró en invocar nuevamente a Gimmini.

La súper kwami volvió a aparecer, asombrando a todos los que estaban allí presentes, era inmensa e imponente.

─¡Nathalie!, mí vieja amiga, ¿tan rápido vienes a mí?─ hace una pausa ─¿Cuánto paso?, ¿una vida, un milenio, siglos?─ ríe ─Que tonta soy, ni siquiera tienes la vida para prevalecer tanto, ni que fueras una kwami─ se arrodilla y baja su cabeza hasta quedar frente a la mujer ─¿Que puedo ofrecerte ahora?

─¡Lo que quiero, sin trucos!.

─No tengo trucos, debes ser lo suficientemente específica, si me dejas libertad creativa, suceden estas cosas─ entre cierra sus ojos y mira discretamente a Gabriel

─¡Dame la vida que merezco, devuélveme al tiempo en donde Gabriel y yo nos amamos, y viviremos juntos, sin que Batman, Bruce o cualquiera se interponga entre nosotros!─ grito con lágrimas en sus ojos

─Amaria hacerlo─ rodea sus ojos ─Pero. . .¿tienes idea de cuántas veces hemos hecho esto?, ya se vuelve agotador, incluso para un ser súper poderoso cómo yo.

─Te ordenó que cumplas mí deseo─ la interrumpío de forma prepotente

La kwami se pone tensa, las facciones tranquilas de su rostro se transforman en unas molestas.

─¿¡Perdón!?─ grito y la ciudad se sacudió ─Soy todo lo que fue, es, y será. Tu no puedes ordenarme que hacer

─Poseo los miraculous que te atan a este mundo, soy tu maestra, arrodillarte ante mi─ rápidamente la súper kwami hace caso y queda postrada, con su cabeza mirando al suelo

─¿Pero que es esto?─ intenta levantarse pero no puede ─Jamás había pasado algo así, es imposible que una humana como tu pueda controlarme, soy mucho más que algo tan simple como una conciencia inferior.

─Tal vez lo eres─ la interrumpió ─Pero existes gracias a los kwamis que existen gracias a estás joyas, tienes sus limitaciones, sus debilidades, por lo tanto debes obedecer, ahora harás silencio, destruiras toda esta realidad absurda que inventaste y me enviaras de nuevo a dónde quiero ir, todo deberá ser como era, ningún cambió, si me engañas, nos volveremos a ver, y te aseguro que la próxima vez tu poder no te salvará

Gimmini levanto su mano y chasqueo sus dedos, nuevamente todo quedó en blanco, la kwami y la villana flotaban en una extensión infinita de vacío blanco, nada existía, solo ellas.

─Eres cruel─ llora ─Tu sola decidiste meterte con la realidad, no me puedes culpar─ hace una pausa ─A pesar de que eres malvada, me trajiste pronto de regreso a la realidad, cumpliré tu petición, pero si vuelves a llamarme, voy a destruirte antes de que puedas si quiera volver a darme una orden─ levanta sus manos ─Aprovecha está oportunidad Nathalie Sancoeur, porque no habrá otra