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Faltando media hora para que Bruce pase por ella, Nathalie dejo el atelier para subir a su habitación y prepararse. Una vez lista bajo a la hora pautada, estando nuevamente en la planta baja sintió el timbre, dando la señal de que su cita había llegado.

Ella tenía un conjunto Gabriel completamente negro, un talla menos de la que suele usar, haciendo que su esbelta y bien trabajada figura quedará marcada por la prenda.

Ante el sonido del timbre Gabriel dejo el atelier enojado para buscar a Nathalie y fingir enojo, retandola por no estar en su puesto para contestar, al cruzarla se quedó estático observando la belleza de la susodicha

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Ante el sonido del timbre Gabriel dejo el atelier enojado para buscar a Nathalie y fingir enojo, retandola por no estar en su puesto para contestar, al cruzarla se quedó estático observando la belleza de la susodicha.

─Nathalie. . .

Mencionó obnubilado, ella quien estaba acomodando algo en su cartera, levanto la mirada y la fijo en el hombre, los dos se quedan así durante unos segundos hasta que el carraspera.

─Olvide que salías, entonces debe ser Bruce quien toca─ rasca su nuca

─Si, es el. . .olvidé dejarle comida lista, debera arreglarse solo.

─¿Que come mí hijo?.

─El tiene un evento, vendrá luego de la cena.

─¿Que clase de evento?.

─Sus compañeros de clase tenían una cena. . .autorice su presencia, creí que sería conveniente que tenga más actividades con chicos de su edad.

─Estare solo entonces.

─Asi es─ se siente el timbre nuevamente ─Lo lamento, debo irme

Ella lo sobre pasa, toma el picaporte, abre la puerta y sale; Gabriel por unos instantes puede ver a lo lejos el lujoso auto deportivo color negro de Bruce, eso le hace hervir la sangre por un extraño motivo.

El sentimiento le duro el mismo tiempo que duro el abrir y cerrar de la puerta, luego se calmo, el no entendía porque se enojaba con su amigo, después de todo. . .Nathalie era una mujer libre y si quería pasar tiempo con el, estaba en su derecho.

Gabriel suspiro, y regreso al atelier, intentando continuar con sus asuntos, pero no podía sacar a Nathalie de su mente, lucia hermosa, más de lo habitual, aquel traje que tenía puesto era uno de su invención, y jamás pensó en lo bien que le podría quedar algo así a ella; la siguiente hora se la paso pensando a Nathalie dentro de varios de los conjuntos de su autoría, quedando maravillado, sin darse cuenta, por primera vez en mucho tiempo, dejo de trabajar

A todo esto, Nathalie y Bruce iban camino a la morada Wayne en París, los dos absolutamente callados, ella estaba intranquila, todavía no se sentía a gusto con esto que estaban haciendo, y el tenía unas ganas tremendas de piropearla, pero sabía que no era adecuado hacerlo, al fin había logrado el perdón de la fémina, y sobrepasarse volvería a enfurecerla.

─¿Sabes que puedo sentir cada vez que me miras de reojo?─ mencionó ella sin despegar la vista de su ventana

─Lo siento, no quería incomodarte. . .estás hermosa─ se animó a decir y mantuvo la vista al frente

Miraculous: RecreaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora