Capitulo 9

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ARIES

Las caricias de las chicas a mi alrededor​ son esquisitas, no disfrutaba de esto desde hace bastante tiempo, estaría feliz recibiendo con gusto estas muestras eróticas pero me jode el hecho de que no sea por diversión si no por ella.

Por mi jefa, por mi blanco, por mi misión.

Se supone que e venido a buscar pruebas, a ganar su confianza, e infiltrarme en su casa y encerrarla tras las rejas.

Y lo que realmente estoy haciendo, es estar en su nuevo prostíbulo con tres prostitutas sobre mi, regalo de Eunoia Fénix por supuesto.

No niego que me gusta cada parte que tocan y besan estas chicas con sus pezones y abdomen expuestos para mi, me encantan de hecho.

Pero no puedo evitar darle miradas recelosas a los que la tocan.

Si, los malditos que tocan cada centímetro de su cuerpo, no puedo evitar ver las muestras de placer que ella expresa al ser tocada, besada o mordida.

Quiero estar ahí, quiero ser yo quien provoque cada sensación, quiero ser la persona que escuche sus gemidos…

No, no y no.

Esto no esta bien, esto es en lo que ella me esta transformando, me esta convirtiendo en alguien que no debo ser, no quiero salir de mi papel.

Pero es que ella, ella lo es todo, es mi tortura viviente, no puedo verla, no puedo tocarla ella es mi maldito karma.

Pero que hermoso karma, si lo admito soy un maldito masoquista que le gusta ir detrás de lo rudo, de lo insano, de lo imposible, de lo violento.

Fijo mi vista en ella cuando arquea la espalda en señal de placer.

Quiero quiero quiero

Sus dos ojos distintos me atrapan mirándola y ojalá fuera una mirada normal pero se refleja el odio, el rencor, un deseo y pasión al mismo tiempo.

Ella es todo un caos diferente a cada minuto.

De lo que si estoy seguro es de cuanto a tomado, porque todos hemos tomado igual.

No despegamos la vista del uno y del otro en ningún momento, solo nos miramos.

Algo escuche sobre "una mirada dice mas que mil palabras".

Bueno aquí ya no es solo una mirada y mil palabras aquí hay mas de un millón.

—¿Le esta gustando señor?—pregunta una de ellas haciendo que reaccione por fin.

—Claro que si, haces un excelente trabajo—contesto mientras deslizo mis manos desde sus hombros a su abdomen.

La acerco hasta que queda sobre mis piernas, si me toca matara estas malditas ganas que tengo por ella lo haré con la que ahora me mira encantada trazando movimientos circulares sobre mi erección.

Me gustaría decir que mi erección es por la rubia que tengo encima pero no, es por Eunoia, por ella.

¡Maldita sea ahora no puedo tener o pensar en nada que no sea ella!

Vacío aquellos pensamientos, no, hoy no, hoy yo Aries Black tendré una maldita noche de sexo con esta chica que no conozco de nada y así podré aunque sea bajar la tentación que tengo de ir por mi jefa.

Termino de bajar mi mano alrededor de su cintura, siento sus curvas, su piel suave, acaricio su espalda mientras la invito a besarme.

Solo con eso, solo con un maldito beso me olvidare de ella.

Su cara es de placer y va acercándose a mi poco a poco mientras yo la empujo contra mi con suavidad pero sensualidad al mismo tiempo.

Acerca su rostro al mío, lo suficiente para dejar su frente sobre la mía.

Mi Mafia InterrumpidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora