Capitulo 10

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EUNOIA

Mierda y mil veces mierda.

Bese a Aries

Acabo de besar a mi maldito jefe de seguridad.

Ya esta, no hay más remedio, lo hice y no me arrepiento ni por un segundo.

Solamente diré que lo disfrute y bastante, el corto tiempo en el que sus labios estuvieron sobre los mios, y demonios tengo el maldito deseo de que pase de nuevo.

Porque si admito tener un deseo por Aries, pero no entiendo por que mierda no se me quita, pensé que al besarlo podría matar las ganas pero no.

Siento como me carga en sus brazos y lo odio, odio que me tenga que cargar por que estoy vuelta nada con tanto trago.

Escucho como subimos ambos por el elevador e intento moverme y bajarme de sus brazos lo mas rápido posible.

Entre mas rápido lo haga mejor me sentiré.

—Mi señorita Fénix no creo que sea buena idea…—intenta decir cuando me bajo de sus brazos.

Me estabilizo, estoy bien, unos malditos tragos no me van a derrumbar y menos en los brazos de Black.

Del sexy jefe de seguridad.

—Callate que yo puedo—lo silencio con un tono desagradable.

Si soy una mierda cuando estoy cuerda sin ningún rastro de licor en mi sistema, soy peor cuando estoy sumergida por el esquisto sabor que te lleva a la locura.

El silencio entre nosotros es incomodo, lo sé, pero mantengo mi rostro firme como si no estuviera apunto de vomitarme encima.

Lo intenso e incomodo no es el que ambos estemos solos en un elevador y ebrios, no já, la cosa aquí es sobre el beso.

Un beso que me dejo con ganas de mas, un beso que me dejo insaciable.

Un beso que me grita: ¡Ve por ese sexy hombre y hazlo tuyo!

Lo reparo disimuladamente y esta muy bueno, pero no, ya no es correcto de mi parte.

El elevador se detiene y las puertas se abren para nosotros.

Estoy a punto de dar un paso adelante cuando…

—¿Esta segura de que puede caminar?—pregunta Aries y la idea de mandarlo al demonio me nubla la mente—no tengo problema en ayudarla…

—Caminé cuando tenia dos años, no necesito que tu vengas y me enseñes como hacerlo—respondo ardida

No comprendo de donde viene tanto odio, tanto rencor pero así es, lo digo como si verlo me repugnara pero la verdad su presencia lo único que hace es reafirmarme que lo quiero para mi en estos momentos y que eso no es bueno ni para él ni para mi, o para nadie.

Avanzó mientras él deja la cabeza gacha, sabe cual es su lugar y debe mantenerce ahí.

Busco en mi cartera las llaves del pent-house y con un éxito inimaginable las consigo.

Introduzco la llave en la cerradura pero no llego a dar paso alguno.

Mis alarmas se dispersan en mi mente.

La puerta esta abierta, alguien entró, alguien esta en mi casa.

Doy un paso atras incrédula.

—Hijos de puta—murmuro para mi cuando saco mi pistola y la recargo.

Aries se posiciona a mi lado mira la puerta y entiende de una vez lo que pasa cuando veo que también saca su arma.

A la mierda el licor o estar ebria.

Mi Mafia InterrumpidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora