Oye mi Amor || mechoa | ship FIFA

Ni modo, tocó boda.

"A 1km es el BODORRIO
del Memorras y el Lionel"

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- ¡Ay ya Memo, estás hasta temblando! - lo regañó Andrés.

- Si, es que si estoy bien nervioso, ¿y sí Leo no llega?, Es la primera vez que me caso.

- También es mi primera vez que vengo a una boda en la calle, ¿y apoco me vez muy nervioso?, pues no mira. - respondió Andrés, eso no hacia que Memo se sintiera mejor.

- Pero no llega, ¿y si se arrepintió?

- No, no, yo lo acabo de ver y se veía súper emocionado y se veía espectacular. - le dijo Agüero y eso ayudó a que Memo sí se calmara, sólo un poco - Oye, ¿y sí, si se arrepintió? - le pregunto a Andrés, pero éste le dió un codazo.

Henry era el "wedding planner", así que tomó el micrófono para dar anuncio a los invitados.

Natalia, había entregado a su hijo y el padrino tan adorado por éste grupito, o sea, Gignac, había entregado a Leo a manos de Guillermo.

- Muy bien caballeros, mi extinguida concurrencia, vagabundos, colados y dos perritos que están allá atrás, ¡favor de no agarrar la comida antes de tiempo!... Ahora sí, ¡Les pido un aplauso para el novio!.

¡Gracias a Dios! - pensó Memo al ver que Leo se dirigía hacia él.

- Hace dos días que no te veía, Leo. Te ves hermoso.

- Gracias, Memo. Tu también te vez muy bien. - sonrió y le dió un beso en la mejilla.

- ¡Dejen que los case el padre, ustedes ya comen ansias pillos! - dijo Javier.

- ¡Javi, comportate! - lo regañó Andrés.

La ceremonia transcurrió lo más rápido de lo normal, y la pregunta tan más esperada casi llegaba.

- Lionel, ¿has venido aquí por tu propia voluntad a contraer matrimonio con Guillermo? - preguntó el padre y Lionel estaba más que seguro que ésta vez si era por su propia voluntad, por que amaba con su vida a Guillermo.

- Si, padre, ¿pero podemos ir más al grano? - preguntó ansioso el argentino.

- Si hay alguien que tenga un impedimento para que ésta boda se realice, que hablé ahora o calle para siempre.

Memo soltó un suspiro relajado, puesto que no había alguien que se interpusiera en ese sagrado matrimonio.

- Guillermo, ¿aceptas por esposo a Lionel?

- Si padre, acepto.

- Lionel, ¿aceptas por esposo a Guillermo?

- Sí, acepto. - respondió mirando alegre a Guillermo mientras sus manos seguían unidas.

- Entonces, los declaro marido y marido, Guillermo puedes besar al novio.

Y la fiesta comenzó, la cuál estaba siendo amenizada por el grupo Cañaveral, sí señores, una boda de ensueño, tal y como la escritora quisiese, pero aún no pudiese.

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- Viene, viene, quebrandose ahí, quebrandose ahí, si ahí déjelo en el sillón, gracias. - dijo Henry dándole unos 500 varos al chófer, quién le hizo el favor de cargar a Javier.

- ¡Mañana te hablo! - dijo riéndose Javi, estaba ultra borracho, no era nada raro para los demás, siempre se ponía así.

- Tenga para que reponga usted la guacareada que le pegó en la alfombra el Javier, gracias otra vez. - le sonrió y el chófer salió de la casa.

Ahora el bello y feliz Henry cambiaría a ser un enojón y perfeccionista.

- ¡Diego, ven acá! - gritó - Mira todo chamagoso, pareces niño de la calle.

Diego puso su carita de perrito regañado, pero pues las risas no faltaron y eso lo mantenía valiente ante el regaño de su tío Henry.

- ¿Me puedes explicar, porque le pusiste vodka al agua de limón que estaba tomando el tío Javier? - preguntó molesto y de brazos cruzados.

- Es que no te diste cuenta que la fiesta se puso media aburrida después del vals de los novios. - respondió Diego.

- ¡Ah!, ¿y te pareció muy divertido que está vaca borracha de Javier se le abalanzara al don Miguel Herrera enfrente de mil invitados, lo cargará y lo pusiera a bailar la quebradita y le terminara haciendo la quebradora?

Diego no aguantó la risa, al igual que sus demás tíos, pues sí había sido divertido.

- Su espalda sonó como matraca, ¡y por si fuera poco! - Henry señaló a Lozano quién iba entrando a la casa con la cara manchada - ... ¡A Hirving se le ocurrió subirse a la mesa para revisar si los monitos del pastel se parecían a los novios y se cayó encima del pastel!

- Bueno, tío Henry, lo bueno es que mi tío Memo y ahora mi tío Lionel se la pasaron muy bien, se veían muy contentos. - sonrió el pequeño diablillo de Dieguito.

- Ay sí, Henry, ¡La boda fue todo un éxito! - dijo Andrés feliz.

- ¡Ay, Andrés!, por favor, ¡está familia es una vergüenza, somos peor que los Simpsons, dios mío! - se quejó Martin.

Quizá la familia si sea una vergüenza, pero después de todo eran eso.

UNA FAMILIA, en dónde no importaba lo que cada uno hacía o decía, siempre estaba ahí para apoyarse, tal y cómo Memo cuando vió a aquel argentino en su puesto de Frutas y Verduras explorando la ciudad, decidido a conquistar a aquel güerito y lo hicieron realidad, ahora aquel matrimonio estaban en camino a una playita más cercana para su luna de miel.

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Caminaron sobre la arena y Memo dibujó un corazón sobre ella con sus iniciales, incluso pusieron una hamaca para acostarse juntos y ver el atardecer.

Guillermo no sabía nadar, tenía miedo, pero por su güerito haría lo que fuera, se lanzaron al agua y Lionel lo cuidó en todo momento. Lo que sí sabía Guillermo y muy bien, era tocar la guitarra.

Luego de ese remojón, Lionel estaba de nuevo en la hamaca, mientras Guillermo estaba sentado frente a él tocando y cantando para él, lo mejor para el argentino ver a su esposo dedicándole una canción muy linda y pegadiza.

No estoy entre los más bellos
De People en Español
Pero tu mirada me dice
Que soy el Brad Pitt de tu corazón

- Brad Pitt se quedaría pendejo a lado mío. - dijo Guillermo detuviendose, Lionel se levantó de la hamaca y se acercó a su marido.

- Habría que descubrir que tan buen actor eres, Guille. - responder riéndose y Guillermo fingió enojarse - Ay, amor, era broma, yo te amo a tí y no al tal Brad Pitt.

Guillermo lo miró y se abalanzó a él para besarlo haciendo que cayeran a la arena de la playa. Tremendo chingazo que se dieron, pero valió la pena.

Se levantaron manteniendo sus bocas fusionadas.

- Espérame, Leo. - se separó haciendo que Lionel lo mirara confundido, finalmente Guillermo lo tomó en sus brazos, lo cargó hasta su choza como en las películas.

El mexicano recostó con delicadeza a su amado esposo sobre la cama, sus ojos se encontraron y el amor y deseo estaban en su máxima expresión.

Se inclinó para besarlo, las manos de Lionel se clavaron en la piel del contrario, las manos de Guillermo se deslizaron desde su espalda hasta su ropa interior, besó la piel desnuda haciendo que el argentino cerrará sus ojos al sentir esa calidez.

Guillermo volvió hacia él presionando contra Lionel, un silencioso gemido escapó del argentino, el deseo los inundó, la luna de miel no duraría para siempre, solamente se tomaría un par de semanas y después regresarían a casa, pero viendolo por el lado positivo, tendrían mucho tiempo para eso, ya que gracias a tantos sacrificios tenían su nidito de amor.

El cuál, debido al ritmo que iban pronto se llenaría de polluelos.