Te comiste la torta antes del recreo.

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Para la bienvenida a su nueva casa, la pareja había cenado mole con arroz y una coca bien helada, después se pusieron a ver la televisión una vez que terminaron, ya cuando hizo digestión la comida fueron a la cama y como ambos no traían sueño y estaban por fin solos, pues que se arma la machaca, quién diría que apartir de ahí las cosas cambiarían luego de varias semanas.

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Tiempo después..

Kun entró a la casa, Lionel se encontraba sentado con cara de emoción y preocupación.

- ¿Qué era lo importante que tenías que contarme? - preguntó apurado - Una disculpa, es que andaba comiendome un elote con chile del que no pica.

- No te preocupes. ¿Qué me notas de diferente?

- ¿Apoco te estás dejando crecer el bigote?

- ¡No!, en mis ojos, menso, ¿qué no notas el tierno mirar de mi mirada?

A Lionel ya se le estaba pegando las frases matonas de su amado Guillermo, pues ya llevaba algunas semanas viviendo con él.

- Más bien parece que te enchilaste el ojo. - lo miró extraño.

- ¿Qué nunca puedes decir algo bonito, Kun? - pregunto molesto.

- Ay Leo estás bien raro, ¿que te tragaste media vaca o que? - lo miró de arriba hacia abajo.

- Precisamente de eso quiero hablarte, si mis cálculos no fallan, voy a tener un becerrito... Creo que estoy embarazado.

- ¡Ay!, ¡No lo puedo creer!, pero dime, ¿cómo pasó?... ¡Ay no!, mejor no me digas como, ¡ay!, ¿pero que te dijo el doctor?

- No he ido al doctor.

- ¿Entonces como sabes?

- Pues uno sabe cuándo está esperando un bebé. - dijo posando su mano en su vientre.

- ¿No estarás empachado? - Kun rascó su nuca - Bueno, ¿ya le dijiste al Memo?, porque esto va a cambiar sus vidas para siempre.

- No, es que tengo miedo.

- Pues sí el te hizo el chamaco, ¿Cómo te va a dar miedo decirle? - Kun tomó el teléfono y se lo dió a Leo, era ahora o nunca.

Lionel tragó saliva y llamó a Guillermo.

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"Se vende hielo bien frío"

- No pos que bueno, porque luego uno anda batallando cuando hay puro hielo tibio. - se burló Diego al ver el anuncio que su tío Javier había puesto.

- Respeta a tu tío, chamaco, ¿No ves que está bien pendejo? - habló Hirving.

- Hablando de pendejos, hola Chucky.

- Chinga tu cola, Javi.

Y mientras esos dos se peleaban, pues los demás le estaban chingado a la chamba.

El teléfono de Memo sonó y al ver que era Leo, contestó de inmediato.

- ¿Qué paso, flaco?

- Tengo que decirte algo que va a cambiar nuestras vidas para siempre.

Guillermo notó la emoción de Leo.

- Pues dime flaco, ¿Apoco ya te divorciaste?

- No, pero es algo mejor.

- Ah pues dime, soy todo oídos.

- Es que preferíria decírtelo frente a frente.

- Dime de una vez, flaco, ¿que pasa, porque tanto misterio?

- Estoy embarazado... - y al decir eso, Guillermo desapareció de la línea -¿Memo?

Del otro lado de la línea no más se escuchó tremendo golpe.

- ¡Azotó la res! - dijo Javier.

- Levantalo, Chícharo, no no más te burles, pendejo. - dijo Henry quién con ayuda de Miguel y Andrés lo levantaron.

Diego levantó el teléfono de su tío. - ¿Hola?, Ah, Lionel, ¿cómo estás?, Si también, no es que se desmayó, ¿Pues que le dijiste?, Está bien, yo le aviso.

- ¿Qué pasó? - preguntó Memo recuperando el conocimiento.

- Dice Leo que te espera en el parque para hablar contigo. - respondió Diego.

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Al ver a su chaparrito, se abalanzó hacia él llenándolo de besos, pues no podía creer que sería papá y pues como no, si le daban bien duro al atole.

- ¿Es neta que vamos a ser papás?

- Sí, es neta, Memo. - rió - No pensé que fuera tan rápido.

- Pues sí nos agarró en curva, pero me alegra que vamos a tener un chamaquito.

- ¿Deberás?

- Sí, mi Leo. Ahora solamente nos faltan las gallinitas y nuestro perro el cuál se va a llamar "Ingeniero".

- Y el divorcio. - dijo triste, pues según a los ojos de Cristiano, él seguía en Miami con Rodrigo y Dybala.

- Y también eso. ¿Has hablado de eso con tu marido?

- No, es que me da miedo, Memo. Y ahora más con éste bebito que tengo aquí. - colocó su mano sobre su vientre.

- Flaco, no llores, házlo por nuestro niño o niña, ya lo que sea que nos quiera mandar diosito. Lo más probable es que encontraré un trabajo más estable por nuestro bebito, las gallinitas y las croquetas del ingeniero y tú podrás afrontar a Cristiano, es más, lo haremos juntos a su debido tiempo.

- ¿Cuándo?, ¿En cuánto me crezca la panzota? - preguntó triste.

- Vas a ser el güerito embarazado más chulo que mis ojos verán. - Memo colocó su mano sobre el vientre de Leo - Te seguiré amando con tu panzota, Leo.

Lionel rió y Memo limpió aquellas lágrimas.

- Pero ya no llores porque eso le hace daño al bebé.

- ¿Enserio?

- Sí, a mí.

- No seas bobo, Memo. - le dió un leve golpe en el pecho, Guillermo había logrado su cometido, había hecho reír a Lionel, ya que un hombresito cómo él jamás debía llorar y menos por tonterías.

Faltaba menos para el cumpleaños de Guillermo y su regalo llegó por adelantado, que bendición, ¿No?

Oye mi Amor || mechoa | ship FIFA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora