El güerito y su palta.

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La canción "Llorar" de los socios del ritmo sonaba en ese instante en aquel puesto de fruta y verdura.

- A $20 el kilo, doñita. - dijo un joven de rizos que masticaba chicle - ¿Se la cobro?, Yasta, muchas gracias.

- Pasele güerito, ¿Qué le damos? - habló el otro joven, el cuál se encargaba del puesto de golosinas

- No, gracias, sólo estoy viendo. - respondió Lionel amable, pero aquel vendedor insistía en que comprara algo, incluso hasta llegó a alburearlo.

- Mire, güero, está todo a cinco pesitos, bara bara Pal pueblo, ¿Qué quiere?, ¿Unos cacahuates, chicles, unas gomitas?, Escojale, ¿Si sabe que es-cojer?

- No quiero nada, gracias.

- Pinche güero cara de mi nalga, tons saquese de aquí que me espanta al cliente. - respondió enojado y Lionel se asustó.

- Ya bajale, Andrés, por tu pinche genio de perro vas a espantar al güerito.

- Pues éste que no compra nada y no más se queda ahí paradote. - miró a Lionel - Mira, última oferta porque se ve que le echaste ojitos acá al Memorras. Unas semillitas y un paquete de chicles por la mitad del precio y una foto con el frutero éste. - señaló a Guillermo.

- ¿Qué? - lo miró confundido.

- No le hagas caso, está jugando, así es de pendejo éste güey. ¿Buscabas algo en especial?, Te noto algo perdido.

- Eh sí, bueno solo paseaba por aquí, pero ahora que lo dice sí necesito algunas cosas para la casa. - sonrió tímido.

- Por favor, háblame de 'tú', no soy un don amargado como éste. - dijo dándole un zape a Andrés - Soy Guillermo.

- ¡Ah pos ora!

- Pero aquí me conocen como el Memorras. Ahora bien, ¿Que necesita el güerito chulo?, No eres de aquí, ¿Va?

Lionel negó con la cabeza - No, pero no creo que sea adecuado hablar sobre mi vida privada contigo.

- Eres bravo, chaparrito. Bueno ya, ahora sí dime qué es lo que buscas.

Lionel pensaba hacer una cena sorpresa para su marido por su aniversario de bodas, así que le prepararía un delicioso postre y alguna comida gourmet, cómo le gustaban a Cristiano.

- Mira pásale güero, tenemos fruta y verdura de la mejor calidad, pruébalo sin compromiso.

- ¿Enserio puedo probar? - preguntó Lionel a punto de tomar una "medio luna" de naranja.

- Simón, con confianza. - sonrió Guillermo.

Y bien, ahí fue cuando Lionel pudo comprobar que si era de buena calidad, una naranja muy jugosa y fresca, adecuada para hacer un delicioso jugo.

- ¿Eh, que rollo contigo, Memorras?, Ya se te juntó acá la cola. - decía Henry quién seguía sacando cajas de verdura para vaciarlas sobre la mesa.

- Aguanta bara, ahí va el Chucky, ¿No ves que ando atendiendo al güero?

- El enamorado te dicen, no llenas, cabrón.

Guillermo ignoró el comentario de Henry para volver con aquel güero que lo había cautivado.

- ¿Ahora sí, que me dijiste?

- No he dicho nada. - respondió el argentino quién seguía comiendo naranja, y con su mano libre escogía algunos aguacates.

- ¡Agarrelo está bien duro!, como para comérselo ahorita...El aguacate lo traigo bien barato para tí, reinito, para que hagas un rico guacamole para unas flautas con rete harta crema y salsa. 

- ¿Aguacate?, Querrás decir "palta". - corrigió el menor.

- ¿Cuál "Palta"?, Ésto es aguacate aquí y en China, güero.

- En Argentina lo llamamos palta.

- Ya decía yo que no eras de aquí, chulo. Pues Bienvenido a México Mágico.

- ¿Siempre eres así de servicial con tus clientes o solo conmigo?, Tranquilo que no voy a robarte nada. - bromeó, echando un último aguacate para dirigirse a la caja a pagar.

- Yo le cobro. - le dijo Guillermo a Hirving, quién se había encargado casi de todo mientras él seguía de galán.

- Entonces, dime, ¿Eres así con todos?

- Sólo con güeritos chulos como tú y dudo mucho que exista otro de ese calibre.

Lionel rió y le entregó lo del precio exacto.

- Entonces eres como todos, un coqueto. - tomó la bolsa - Adiós, Guillermo. - le sonrío.

El argentino se retiró del puesto para seguir su camino y Guillermo se quedó ahí recargado con su mano sobre su mejilla mientras soltaba suspiros enamorados.

- ¡Órale!, ¡A chingarle que de amor no se vive, Memorras! - dijo Hirving tronando sus dedos frente al rizado.

Mientras Guillermo echaba corazones y amor hasta por los codos, sus amigos hacían chistes sobre él y su "ser amado".

Oye mi Amor || mechoa | ship FIFA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora