Elegancia la de Francia.

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- ¿Y a dónde tan elegante, mi Memo? - preguntó Andrés, quién estaba sentado en la sala al ver a Guillermo con su playera de las Águilas

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- ¿Y a dónde tan elegante, mi Memo? - preguntó Andrés, quién estaba sentado en la sala al ver a Guillermo con su playera de las Águilas.

- El que viste de amarillo en su belleza confía. ¿Qué no?, A parte juegan mis águilas.

- ¡América, águilas!, ¡América..! - cantaba Henry con la bandera de su equipo amarrada a su cuello.

- ¿Pues que no ibas a salir con el Leo?

- Por eso, uno siempre tiene que andar fino y que mejor que ésto. - señaló su outfit.

- Solamente espero que al menos Leo le vaya al América. - habló Diego - ¿Ya nos vamos?

- ¿Pues cuál es la prisa?

- Tienes una cita y un caballero siempre debe llegar temprano, tío Memo.

- Ah sí verdad. Bueno, camara, ¡Ay los vidrios!, Abusados con mi encargo, ¿eh?

- Sí, tu vete tranquilo, el Chícharo y el Chucky se están encargado, claro, con la supervisión del jefe experto en citas, yo mero.

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Un lindo sábado por la tarde, ahí iban Memo y Lionel como los padres postizos del Dieguito, pero éste no importaba mucho, de hecho ni se acordaban que llevaban a tal chamaco, pues el amor estaba en el aire.

Memo le invitó ese elote con chile de la otra vez, el cuál le gustó mucho a Leo, era una feria, así que subieron a varias atracciones como la rueda de la fortuna, a los carritos chocones, e incluso a las canicas, en dónde el rizado ganó una alcancía de Minion para su chaparrito.

Se detuvieron en el puesto de tortas y comieron los tres juntos, Leo aprovechó para tomarle una foto degustando aquella deliciosa torta. Al terminar vieron al señor de los algodones, Diego quería uno morado, claro que su tío se lo compro, y también compro uno para él y su conquista Leo, rosa y azul. Se tomaron un par de fotos con la cámara que el argentino traía y fue de lo mejor.

La mejor cita que cualquier persona quisiera tener.

- Que bonito es Chapultepec, ¿No? - miró a Lionel, quién seguía fotografiando cada paisaje.

- Sí, gracias por éste lindo paseo, Guille, me he divertido mucho. - le sonrió

- Al contrario nunca voy a olvidar ésta maravillosa tarde, tus ojos opacaron al mismísimo lago de Chapultepec.

Lionel se sonrojó.

- Oye, ¿Te puedo hacer una pregunta algo indiscreta? - dijo acercándose más a él.

- Sí, ¿Cuál es? - guardó su cámara.

- Para tí.. ¿qué es el amor?

- Para mí es el sentimiento más hermoso que existe.

- ¿Sí, verdad?, Oye, ¿a ti no te daría miedo enamorarte?

- ¿De quién?, No hay nadie por aquí. - dijo Leo tratando de hacerse el tonto.

- De mí. - dijo Memo con voz temblorosa tomando la mano del argentino y éste lo miró.

Leo no dijo nada, solamente esperaba dar el siguiente paso, del cuál estaba algo inseguro, no quería verse muy ofrecido, pero tampoco muy santurron.

Guillermo inclinó lentamente su cara para poder besar los labios manchados de rosa por aquel algodón de azúcar de Leo, pero éste se desvió.

- Oye, no, tu sobrino Diego está aquí, ¿que ejemplo le estaríamos dando? - limpio su boca con la servilleta.

- Por Diego no te preocupes. - carraspeó.

- ¿Seguro?

- Sí el está acá entretenido con los patitos.. ¿verdad Diego?... No manches, ¡Diego! - gritó al no ver a su sobrino, mendigo chamaco, ¿En dónde estaría?, Nadie se lo pudo haber robado y si lo hacían, entonces debían de regresarlo de inmediato porque a veces es bien insoportable, bueno, casi siempre.

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- ¿Entonces si vas a ir a mis quince como mi chambelán principal? - preguntó Diego emocionado.

- Claro que sí, bonito. - apretó la mejilla de Lainez - Yo por tí hago lo que sea, no importa que corra riesgo, si eres tú eso lo vale todo, ahí estaré.

- Bueno. - sonrió tímido - Ya es algo tarde y mi tío se ha de ver dado cuenta por fin que m escape de él y su cita romántica. - rió.

- ¿Te veré luego, Dieguito? - lo detuvo de la mano.

- Ah, sí. - asintió - Nos veremos pronto, Edson. - suspiró nervioso, pero se atrevió, le dió un beso a su crush de manera sorpresiva - Adiós. - dijo y se fue corriendo para buscar a su tío y a Lionel.

No obstante (¡uy!), Por ir de babotas mirando hacia atrás por Edson, chocó con su tío Guillermo.

- ¡Chamaco baboso, ya estábamos hasta llamando a la policía! - lo tomó de la oreja, y Diego se quejaba.

- No me regañes, tío. - se alejó de Memo.

- ¿Cómo que no?, ¿Te imaginas si te me pierdes y tu mamá me pregunta por tí?, ¿Que le voy a decir?

- Es que quería hacer del baño y como estaban tan ocupados, pues decidí ir solito.

- Ya no lo regañes, Guille, es un adolescente, está bien y se sabe cuidar.

- Hazle caso a Leo, duh. - le sacó la lengua.

- Mira chamaco pedorro, no me faltes al respeto...¡Mejor ya vámonos, antes de que te agarre a tamborazos, niño!, Ándale, camina y ponte en dónde te vea.

Diego le sacó un pedote a Guillermo, puesto que luego de arruinar lo que hubiera sido un gran beso, todavía se perdía y se ponía rejego. ¡Pos ora!, Éstos chamacos ya no respetan nada, ni a su propio tío guapetón buena onda.





























































Oye mi Amor || mechoa | ship FIFA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora