DOCE

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Intente ponerme de pie y vi rastros de sangre en el vestido, o lo que quedaba de el, pues también estaba hecho triza, allí caí en cuenta de que todo estaba mal.

—Si no se largan verán como le hago el amor a esta linda palomita, es lo que más quiere, ¿no escuchan? Me lo pide a gritos —de pronto sentí como tomó mi cabello con fuerza — ¿Verdad que sí princesa? Diles que eso es lo que más quieres

Rápidamente sentí como era liberado mi cabello y escuché como se alejaba la voz del infeliz, mientras seguía hablando babosadas

—Amiga ¿estas bien? —escuché mientras sentía las manos de Octavia tomar las mías para ayudar a ponerme de pie

—Sí —afirmé mientras levantaba la cara—, todo en orden

La cara de espanto de Octavia me confirmó lo que temía

—Muéstrame tu rostro Akalena —dijo Gavrel, quien ya se encontraba en mi espalda luego de deshacerse del asqueroso borracho

—Todo está en orden, son un par de rasguños —mentí

—No Akalena, no son simples rasguños, incluso estas sangrando por la nariz —replicó Octavia

Me preocupé al escuchar lo que Octavia dijo. Al pasar mi mano por mi rostro y verlas con sangre, me asusté por lo que pudiese pensar Gina, había sido una semana fatal gracias a mí, así que no podía darme el lujo de hacerme la fuerte y llegar a casa en esas condiciones, así que decidí voltear a ver a Gavrel, antes de dañar la fiesta de Nicolas.

—Tranquila, no te asustes, ya seguridad se encargará de él, pues ese comportamiento esta prohibido ante nuestra presencia —dijo sereno pero no podía esconder su furia— ven, vamos a una de las habitaciones del castillo, Octavia acompáñala a la habitación de huéspedes, las alcanzo en un rato iré a buscar a Luke

—Perfecto, los esperamos arriba —respondió de inmediato Octavia, mientras me guiaba a donde ir

—No, no, no —dije con vergüenza mientras halaba a Octavia por un brazo

—¿Qué ocurre? ¿te sientes mal?

—Siento vergüenza, todos me verán y verán que ando vuelta añicos —respondí

—¿Es enserio amiga? —respondió mientras volteaba los ojos

—No quiero dañarle la fiesta a Nicolás

—Vamos es una fiesta de disfraces, nadie se dará cuenta, pero si gustas toma mi mascará veneciana, cubrirá tus moretones y nariz rota

Acepte la oferta de Octavia y por suerte funcionó, nadie se detuvo más de un segundo en observarme, por suerte para mí.

—Vamos, las escaleras están por acá —dijo Octavia, mientras yo admiraba la belleza de aquel lugar

Las escaleras nos llevaron a un inmenso pasillo, hermosamente decorado, con el techo lleno de una obra maestra en la pintura la cual hacía alusión a un cielo azul, con nubes esponjosas, era tan perfecto que la verdad podría haber pasado horas admirándolo. De pronto veo que se acerca un señor, con taje negro, camisa blanca y guantes, en sus manos traía una tarjeta dorada y se dirigió a nosotras con cordialidad.

—Buenas noches señoritas, estoy a su orden

—Buenas noches —respondí con amabilidad intentando no mostrarme muy sorprendida

—Cuanta formalidad señor Alexey —respondió Octavia riendo, mientras se abalanzaba en un abrazo sobre aquel hombre en gesto de cariño

—Tenía tiempo sin verla por acá —Continuó Alexey

—Ya sabes como es Nicolas, prefiere pasar el día en el gris y oscuro apartamento en el centro de la ciudad, a venir y disfrutar de este hermoso lugar

—Siempre es bienvenida, aun sin el joven Nicolas —agregó entre risas discretas

—Lo sé, me prefieres a mi —respondió Octavia uniéndose a la risa de Alexey

—No estoy acá para abrir un debate —Cortó Alexey con una sonrisa burlona que confirmaba la teoría de que Octavia era su favorita—, el joven Gavrel me ha enviado a entregarles la llave de la habitación y a preguntarles que debo ir a buscar en el botiquín de primeros auxilios

—Gracias Alexey, necesitaremos gasas, guantes, algohol y la verdad no sé que más, Akalena ¿qué más podemos necesitar? —concluyó refiriéndose a mi

—Solución salina, solución yodada, adhesivo y algún analgesico, por favor —respondí dirigiéndome al señor Alexey

—Perfecto, lo ubicare de enseguida, acá tienen las llaves —dijo mientras hacía entrega de las llaves a Octavia y de una vez ella abría la puerta

—Vamos, entra —escuché decir a Octavia mientras ella ya estaba adentro, se movía por la habitación sin impresión alguna, como si conociera ya el lugar

—¡Vaya! —solté mientras quitaba la mascara de mi rostro y miraba cada detalle hermoso de aquella habitación, la cual las luces se encendieron desde el momento en el que entramos

—¿Es hermosa no? Nicolas y yo siempre que podemos, o mejor dicho que lo convenzo, venimos hasta acá, esta es una de las tantas propiedades de sus padres, bueno, ahora es de Gavrel, quien va a tomar las riendas sobre el viñedo y la producción de vino —yo la escuchaba mientras admiraba aquel enorme y lujoso lugar—, a pesar de todo esto, la verdad ellos, me refiero a ellos y su familia, son unos seres humanos hermosos, créeme, todos quizás piensan a la primera que son unos patanes, como aquel baboso alcohólico, pero no, son buenos chicos, así que si esto te ayuda, puedes estar tranquila. Sé que no pediste esta explicación, pero si conoces un poco tu entorno te sentirás un poco más tranquila —concluyó

—La verdad es que sí, gracias, de verdad —respondí mientras un dolor de cabeza comenzó de forma brusca. La adrenalina ya había pasado, por lo que empezaban las secuelas del mal rato

—Vamos, recuéstate un momento en la cama —dijo Octavia mientras era interrumpida por unos golpes a la puerta—, ya voy —respondió de inmediato

—Servicio de primeros auxilios a la habitación —Era Gavrel, junto al chico que me había encontrado allá abajo

—Ja, ja andan de buen humor, que bueno, pero pasen rápido para poder darle los analgésicos a Akalena

—¿Se siente mal? —respondió el acompañante

—Sí, ya su cuerpo comienza a asimilar la golpiza —dijo Octavia mientras los chicos pasaban y cerraban la puerta

—¡Mierda! —exclamó Gavrel con preocupación y asombro al verme

—¡Ey! Amigo, mas tacto —le dijo el otro chico

—¿Esta muy mal? —dije mientras unas lagrimas brotaron de mis ojos sin poder frenarlas

—¡No!¡no! —respondió Gavrel rápidamente— no es por ti, es por la rabia de que nadievio nada a tiempo, de no haber sido por Luke, aquel imbécil ¿qué hubiese hecho?

CIUDAD DE LAS ALMAS | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora