CIUDAD DE LAS ALMAS | TERMINADA

TRECE

—Vamos, ya todo está bien, quizás no como queremos, pero no pasó a mayores —cortó Octavia

—Un placer, Luke —se acercó mientras tomo mi mano para presentarse— y descuida, ya todo esta bajo control, solo necesitas tus analgésicos y un par de curas para que estés bien

De pronto sonó un celular en la habitación, Luke lo sacó de su bolsillo y se lo entregó a Octavia, debido a que en la fiesta ella no quería perderlo, le pidió a él que lo cuidara.

—Es Nicolás, debe estar buscándonos —dijo con tan solo ver la pantalla de su teléfono celular

—Vayan, yo estaré bien, no quiero que Nicolás me vea así, ya basta con todo lo que ha ocurrido, por favor —supliqué

—Pero no puedes quedarte sola, además hay que limpiar las heridas y el resto de sangre —agregó Octavia

—Ok, hagamos algo, Octavia ve con Luke, distráiganlo lo más que pueda, si los ve a ustedes no querrá buscarme —ordenó Gavrel

—Sí, es cierto —dije

—Está bien, pero cuando pueda volveré a subir —dijo Octavia mientras se dirigía a la puerta

—Vale, cualquier cosa me envías un texto Gav, estaré pendiente —dijo Luke, mientras seguía a Octavia

El dolor de cabeza se fue intensificando poco a poco, me sentía asqueada, recordaba la baba del imbécil llena de alcohol en mi cuello y solo quería tener la fuerza física suficiente para haberle partido la cara al infeliz.

—Ven, toma el analgésico —dijo Gavrel mientras en una mano sostenía un vaso con agua y en la otra un par de tabletas

—Gracias —me limite a decir, pues ya me sentía muy mal

—Vamos, recuéstate, te ayudaré con las heridas —dijo mientras acomodaba todas las cosas cerca para facilitarle el trabajo

—Por favor, con cuidado, ya creo que tuve suficiente dolor por hoy —supliqué

—Lo siento, no puedo prometer nada, pero haré mi mejor intento —dijo en voz baja con una pequeña sonrisa en sus labios

En todo el rato que llevaba, estaba tan aturdida con lo que había pasado que no tenía en cuenta que no sabía cómo me encontraba realmente. Pero cuando cobré razón, sentí mucho miedo de cuan mal me encontraba en cuanto a moretones y daños.

—Tengo una pregunta —Rompí el silencio luego de unos minutos de queja por dolor mientras Gavrel limpiaba primero la sangre que estaba en mis manos

—Ok, te escucho

—¿Qué tan mal está mi rostro? —pregunté mientras intentaba hacer contacto visual, pues su mirada no me mentiría

Guardó un minuto de silencio y allí no pude resistir más sin poder verme, aun con dolor me puse de pie

—Por favor, ¿podrías indicarme donde está el baño? —dije de forma amable

—No es necesario, al menos no por hoy, estas un poco inflamada —No lo deje terminar de hablar

—Necesito que me indiques donde esta el baño —repetí esta vez tajante

Bajo su cabeza en señal de resignación

—La puerta blanca que ves cerca del mini bar —respondió

—Gracias

Sentía mucho dolor a pesar de los analgésicos, así que tuve que disimular muy bien para no causarle lastima a Gavrel, que la verdad ya bastante apenada me encontraba con la situación. Una vez dentro del baño, pasé el seguro y conté hasta tres lentamente para voltearme ante cualquier espejo que estuviese en esa habitación y enfrentarme a la realidad inminente.

—No puede ser —dije mientras recordaba que no debía hacer mucho ruido

Tenía restos de sangre seca en la nariz, la cual estaba inflamada, un corte en la mejilla donde me abofeteó el desgraciado, que aún se veía algo fresco, herida que asumo fueron consecuencia de sus anillos extraños. Tenía moretones en el cuello y brazos por los múltiples forcejeos. El vestido estaba vuelto nada, con restos de sangre, al intentar escapar había perdido mis zapatos por lo que en los pies también habían heridas y sangre. Al hacer una segunda pasada con mi mirada, me fije bien en una de las manchas mas grandes en el vestido, recordé el momento en el que me zafe la primera vez y sentí un ardor incomodo a nivel del muslo, al levantar la falda del vestido me tope con la herida más grande y por la poca experiencia que he tenido gracias a Gina, sabía que necesitaría sutura, analgésicos más fuertes e incluso anestesia en algunas otras heridas.

Mensajes de Whatsapp

—¿Estas libre?

—¿Estas bien? ¿Qué paso?

—Necesito tu ayuda, pero no le digas nada a Gina, por favor

—Pero ¿estas bien?

—Digamos que necesito unas curas y una sutura

—Envíame la ubicación, llego en 15 minutos

—Una cosa más

—¿Qué ocurre?

—No puedo subirme en la moto

—Llego en 10 minutos