Capitulo 22

2.1K 245 11
                                    

Shoyo estaba sentado en la cama, se había bajado los pantalones, pero su panza no dejaba ver.

—¿Qué te parece si mejor te recuesta? —Le decías.

Shoyo se recostó en la cama, estaba tan apenado, tan rojo, con el corazón a mil por segundo.

Cuando viste su entrada comprobaste que era cierto.

—Aquí está muy húmedo —metiste tu dedo índice y Hinata gimió —. Adentro está más mojado.

—Y-Yo no estaba mintiendo —apretó las sábanas cuando tu dedo presionó su próstata —¡Ah!

Se vino más rápido de lo esperado.

—Eso fue muy rápido —tocaste su miembro y comenzaste a masturbarlo.

—Por f-favor espere, es m-m-muy raro.

—No está tan apretado... Creo que podría entrar.

—¿Ah? No no no, no es buena idea —se negaba.

—¿Por qué?

—¡Porque estoy embarazado!

—No creo que sea algo malo, además parece que realmente lo necesitas —agregaste otro dedo.

—¡Puedo vivir con eso! —comenzó a apretar tus dedos.

Escuchó silencio y de repente sintió algo caliente tocar la punta de pene, se comenzó a torcer y pedir que pararas.

Entonces Hinata recordó lo que dijo su obstetras “la felicidad que usted siente la experimentarán sus hijos ”.

—¡No! —comenzó a cerrar sus piernas apretandote el cuello.

Para cuando lo hizo se volvió a venir, tu lengua acariciaba muy bien su miembro aparte esos dedos eran muy hábiles.

—¿No te gusta? —levantaste el rostro y Hinata estaba tocando su vientre, tenía el rostro perdido en el extasis.

—N-no quiero corromper a los pollitos con esta sensación.

Comenzaste a reír.

—Pero ellos no sabrán de qué es...

Hinata se quedó pensando unos segundos, se había prohibido masturbarse por eso y resultaba que no era necesario.

—E-entonces... ¿Podemos tener sexo? —te miró con los ojos vidriosos.

—Claro, si tú quieres yo lo cumplo.

.

.

.

.

Habías estado pensando en una postura para que Hinata no se cansará por el embarazo, así que le propusiste que se acostarás de lado para meterlo detras de él.

Mientras se lo explicaba estabas rojizo, pero una vez acomodado y con un cojines en sus abdomen se sintió cómodo, sentía que podía dormir incluso así.

Le quitaste la ropa, desnudo le hizo estar más avergonzado, una vez atrás de él y sentir la punta de tu pene entre sus glúteos comenzó a agitarse.

—Por favor hágalo lento —Como tu mano estaba en su panza puso la suya sobre la tuya.

—Bien —quitaste tu mano para guiar tu miembro a su entrada.

Cuando el calor de su interior te recibió fue como volverá a nacer, Hinata estaba temblando, alzaste una de sus piernas y éste se preocupó por la rudeza que podías llegar a tener.

Tu miembro al entrar más rápido comenzó a hacer quejidos, pero con cada movimiento era como si se derritiera, estabas a hilos de ir más rápido, pero Hinata no podría soportarlo.

Al entrar y salir un poco más rápido comenzó a hablar.

—¡S-señorita p-por favor hágalo despacio —gimió al final, pero su voz estaba siento tan lasciva que solo te daban ganas de aumentar el ritmo —. ¡Ay! ¡Me gusta mucho!

Se comenzó a masturbar cuando su ano se contraía varias veces por estar cerca del orgasmo.

—¡Dios! ¡C-creo que voy a explotar! —Dijo antes de correrse a chorros.

—Todavía no me he corridos —besaste su cuello.

—E-esta bien —respiró con dificultad.

Con tu movimiento sentía que su trasero estaba a punto de ser grifo.

—¡Me siento tan bien! —busco tu labios por encima de su hombro, lo besaste mientras seguías el movimiento.

Al sentir que te correrías mordidaste su hombro.

—¡Oh... Mis pollitos! —acariciaste su vientre mientras se terminaba de correr él también, por si fuera poco su trasero se corrió con tu semen en él.

Cuando lo sacaste estaba cansado, no podía tener una ronda más, pero su ano estaba estirado y absorbiendo tu semen.

.

.

.

.

Hinata se quedó dormido en tus brazos después de eso, estaba cansado y sobre todo estaba aliviado con tu aroma que ahora con el suyo había borrado otro rastro.

Su panza te rozaba y era increíble que su piel se estirara tanto.

Hinata ya dentro de dos semanas estaría en su quinto mes, cada vez más cerca de dar a luz y ver a sus pollitos, ver su rostro descansando era tan lindo, parecía un niño durmiendo, aunque su comportamiento podía aveces ser el de uno.

〖𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐘𝐎〗 「Mi pequeño omega」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora