Capitulo 41

1.2K 145 9
                                    

Hinata disfruto de toda tu presencia en la luna de miel, no sabía que surfeabas, ya había pasando mucho tiempo desde que lo hiciste.

Incluso después de surfear te acostaste en la arena y al despertar Hinata te tenía enterrada.

—Carajo...

No podías creer que te tuviera enterrada hasta el cuello.

Viste a Hinata de pie encima tuyo.

«Se ve tan sexy ».

—Shoyo, ¿podrías avanzar un poco?

Él lo hizo inocente.

—Sip, no hay ropa interior —afirmaste para ti misma.

Habias logrado ver por su short que le quedaba flojo.

—¡____! —se movió apenado.

Te levantaste sin problema y Hinata vio su hora de esfuerzo espumarse.

Después de eso fueron a almorzar, luego vieron una película para terminar en la cama.

—Shoyo —cantabas su nombre.

Él sintió un escalofrío enorme.

—¿si? —dudó.

—Quítate la ropa —le bajaste de un tiron su short —. Perfecto —sonreíste.

—Dijiste que no lo haríamos hoy, ¿no estas cansada?

—Siempre hay un poco de fuerzas —bromeaste, si estabas cansada.

—¿Qué me harás? —se tapo su miembro.

—Solo quiero chupartela un rato.

Hinata se asombro con esas palabras.

—¡Espera!

Cuando vio tenias su miembro en tu boca y tus manos en su trasero.

Se estaba humedeciendo apenas, su pequeño hoyo estaba comenzando a prepararse, todavía estaba suave por que lo hicieron en la mañana.

Hinata jadeo varias veces y sus piernas se querían aflojar.

—¡Ay! ¡Oh! —apretó tus hombros y se apretó en el interior.

Se corrió en tu boca y escucho como lo tragaste, en eso se fue de rodillas al suelo débil de sus piernas.

—Ya no puedo... —dijo en un hilo.

—Iré al baño, así que puedes irte acomodando para descansar.

Hinata asintió y te vio irte al baño, cuando regresaste ya estaba dormido, al día siguiente tendría que regresar a casa, continuar con el trabajo y así.

Hinata se miraba tan cómodo durmiendo que pensabas que estas fueron unas buenas vacaciones y también luna de miel.

.

.

.

.

.

Tres meses después

.

.

.

.

.

La vida de esposos no iba ser divertida siempre, sexo y vaciones, Hinata solo pasaba el rato contigo cuando llegabas a casa a dormir.

Tenía más tiempo libre que tú, así que pasaba rato con sus pollitos, podía darles comida, cargarlos, ir de paseo con ellos, dormirlos, entre otras cosas.

A Hinata no le parecía real que hace cuatro meses dio a luz a cuatro niños.

Hinata estaba acumulando una tensión sexual, pero no podría admitirlo, porque le daba pena, podía decirte lo que verdaderamente le pasaba en su interior, pero no lo haría, no diría que con cada toque se mojaba y su interior temblaba hasta doler, que solo faltaba que gritara y dijera que necesitaba con urgencia tu largo y grueso pene.

Aveces intentaba animarte, por ejemplo una vez llegaste del trabajo a eso de las once de la noche, te empujó a la cama y se subió arriba tuyo, dispuesto a tener sexo hasta quedar lleno, pero en medio de eso...

—____... ____ —te llamó varía veces.

Te habías quedado dormida, no le dio tiempo ni de besarte, te habías dormido.

Así que desde ese día no probó hacer más.

Al menos su tensión podía ser calmada, había escuchado por ahí que aveces un juguete podía arreglarlo, pero no podía comprar uno eso sería estar en el limite.

«Obviamente puedo resistir, el sexo no lo es todo, además debo comprender que ella esta cansada... »

Te vio dormida en la cama, recién habías llegado, te tiraste a la cama y dormiste.

Claro eso fue lo que pensó en un inicio, hasta que tomo el teléfono y pidió un vibrador, uno pequeño por que temía que el grande destacará mucho, además pensó que si mirabas aquel huevo vibrador no creerías que era.

Tampoco lo iba tener al aire libre ahí, por todos lados, lo iba a guardar también.

.

.

.

Cuando se despidió de ti lo viste inquieto.

—¿pasa algo? —Le preguntaste.

—Nada —volvió a darte otro beso.

—Sí tu dices...

Te fuiste y él se quedó esperando el paquete, ansiosos, nunca habia sentido ese deseo, de encerrarse en el baño y meterse algo.

El paquete llego como lo tenia previsto, ese día pleneo todo para no ser descubrierto.

Fue discretamente al baño de la habitación, saco su objeto.

—Es pequeño como decía —miro el objeto qué tenía una pequeña extensión que quedaba fuera una vez el huevo entraba.

Con las instrucciones lo vinculo a su teléfono y se volvió asegurar que la puerta tenía seguro.

Comenzó a probar los modos y esa cosa vibraba con fuerza, esperaban que no hiciera ruido, para no ser descubierto nunca.

Sonrió una vez comprobó el estado de su juguete.

—Como deportista debo llevar una vida saludable —se decía a él mismo para sentirse menos culpable.

Hinata se comenzó a preparar para meterse ese objeto, al deslozarlo gimió por accidente tu nombre, pero el tamaño de eso no se comparaba a lo tuyo.

Se miro al espejo y la verdad es que era discreto, podía llevarlo puesto y nadie lo notaria.

Tomó su teléfono y vio las opciones.

—Veamos...

Una de las opciones tenía un icono de corazón que en el centro tenía una especie de tornado pequeño toco de inmediato.

Ahí pudo visualizar las modulaciones, todas eran altas así que decidió ponerlo en marcha.

—¡Oh! —la fuerte sensación le hizo soltar el teléfono y sostenerse del lavamanos —. ¡Aaah! ¡Es mucho! —temblaba.

Sentir el movimiento brusco le hacía flexionar las piernas, se estaba mojando como lo hacía contigo, llago a llenar el suelo, su teléfono estaba en el suelo, no le daba un tiempo para tomarlo.

—Me siento bien —torció los ojos hasta venirse en menos tiempo de lo esperado, pero la vibracion no pararía así que sería un orgasmos intenso.

〖𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐘𝐎〗 「Mi pequeño omega」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora