Capitulo 3

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Mientras esperabas a que se bajará solo tu entretenido amigo, te buscó uno de los encargados del estadio.

—La señorita Vyache... —no pudo pronunciar el resto y mejor se acercó.

—Sí, ¿sucede algo? —Te giraste, gracias a Dios ya se te había pasado.

—El director me ha dicho que debería presentarle a los chicos, ya que no los ha visto personalmente, hace un rato han terminado, pudieron ganar sin problemas —te siguió hablando el sujeto.

—Bien...

—La guiare a los vestidores —caminó y le seguiste, esperando no recibir una revelación de tu amigo.

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Los chicos al escuchar la puerta abrirse cambiaron su expresión a una seria, sabían que verían a su patrocinadora, de la cual no conocían en persona.

—Chicos la patrocinadora ha venido a ver su juego, así que quería que al menos una vez la vieran —entró el encargado, dejó en manos de Ukai el resto para irse.

Te quedaste afuera esperando el permiso para pasar.

—A ver... —se cruzó de brazos Ukai —. La señorita que verán es quien ha sido su fan número uno, ella patrocina el noventa y cinco por ciento de todo.

—Debe ser muy importante —habló Nishinoya.

—Lo es —le hizo saber Ukai.

—Puede pasar señorita... —arrugó el puente de sus cejas intentando recordar el apellido.

—No hace falta que lo intente —pasaste a la sala con una amplia sonrisa.

Ahí fue donde una enorme presencia se les hizo a los jóvenes, una presencia que estaba por encima, Ukai como alfa sintió unas feromonas superiores a las que producían los alfas comunes, claro si se trataba de un alfa dominante.

Shoyo se ocultó detrás de Kageyama, apenas asomó su cabeza, esas feromonas le provocaban estremecimientos en su cuerpo, era el único afectado ya que el resto del grupo eran betas.

«Ese olor... Lirios » fue lo primero que reconoció el chico, comenzó a oler en el aire para averiguar que más se mezclaba con ese olor.

Tu vista se dirigió a él y llegó a sentirse intimidado, puesto que esos ojos eran grises y profundos, se sentía como una presa.

—Y es el es nuestro bloqueador central —Ukai le presentaba a Hinata, que no se había dado cuenta que Kageyama se había quitado para que le pudieran ver.

Alzó su cabeza para verte, la diferencia de altura era bastante, claro, el media un metro setenta y dos, por otro lado medias un metro noventa y cinco.

Le extendiste la mano, Shoyo apretó con sus manos la tualla que tenía en los hombros, estaba asombrado.

—Hinata —le despertó Ukai y éste nervioso tomó tu mano.

Algo que no se esperaba le sucedió, un choque eléctrico que iba desde su trasero hasta su cabeza, tal vez habían sido las feromonas, pero estaba enrojecido a tope, era la primera vez que le pasaba algo así.

—¿Se encuentra bien? —Le preguntaste a Shoyo, a él le fallaron las piernas y le agarraste antes de que pudiera caerse.

Ukai de inmediato supo lo que pasaba, Hinata había entrado en celo por la presencia de una alfa dominante.

—¡Las medicinas de Hinata! —elevó su tono, preocupados empezaron a buscar su bolso, pero había desaparecido —. No creo que sea buena idea que este cerca de él, señorita —Ukai tocó tu hombro y le miraste por encima de el, con un luminoso brillo en tus ojos.

—Estoy bien... Tomó supresores para estos casos —respondiste, pero Shoyo era otro caso, su respiración era inestable, se miraba subir y bajar su pecho porque el aire no parecía llegar bien a sus pulmones, desprendía unas enormes cantidades de feromonas, pero a nadie le podían afectar —. Deberíamos llevar al joven a la enfermería.

—Es raro, Hinata tomó sus medicinas —para Kageyama era casi imposible que le afectará algo si él tomaba sus medicamentos, bueno, era la primera vez que miraba a un alfa dominante y ese era el caso, pero no había nada que probara por qué no le sirvieron las medicinas.

—Supongo que la medicina perdió el efecto —míraste a Shoyo que estaba vulnerable, sus ojos ansiosos se posaron en ti y tomó fuerzas de quién sabe dónde para robarte un beso, el más extraño beso de tu vida.

El resto de los integrantes dejó de buscar al ver esa escena, Ukai sentía que se le caía el mundo, podías demandar a Hinata por eso, pero no lo harías obviamente.

Fue un beso entre labios sin movimiento, porque el chico solo se había dedicado al vóleibol y estudios, los ojos de Daichi se abrieron tanto que creyó que rompería sus párpados.

—¡Lo encontré! —alzo el kit de Hinata; Nishinoya, lo abrió y encontró una jeringuilla preparada que a la par tenían los medicamentos orales, en este caso debía ser la jeringuilla.

Te apartaste de Shoyo al escuchar que habían encontrado su medicamento, Shoyo extendió su brazo queriendo alcanzarte fue como un “no me dejes”, pero en lo que lo extendió Ukai le puso el supresor.

—Disculpe este inconveniente, lo sentimos mucho, lo siento mucho —se disculpaba Daichi.

—No se preocupen, le pudo ocurrir a cualquiera —sonreíste intentando aliviar el ambiente.

—Espero esto no afecte la participación de Hinata en el equipo.

—No, fue un accidente —Daichi vio como lentamente el brillo de tus ojos se apagaba y volvía a la normalidad —. Ha sido un placer conocerlos, espero verlos en los próximos juegos, sigan así. No se sientan mal por lo que corrió, fue un accidente.

Miraste a Shoyo que se había desmayado después del supresor.

—Veré la forma de la disculpa —habló Ukai.

—No hace falta.

—No quiero que piense que nuestro equipo es descuidado con el bloqueador central.

—He dicho que no hace falta, no me molesta —repetiste para luego irte.

〖𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐘𝐎〗 「Mi pequeño omega」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora