Capitulo 26

1.8K 214 10
                                    

Después de aquello Hinata no te miraba mucho en casa, estabas ocupada, procurabas llegar para dormir con él, Hinata en cuanto sentía tu calor te pregúntaba si habías cenado.

—Solo quiero dormir aquí, en mi cama y contigo.

Tu mano le toco su panza que ya tenia siete meses.

—¿Cómo están los pollitos? —Le preguntabas a los bebés en el interior de Hinata.

En eso Hinata se sobresaltó.

—¡Ay! —se estaban moviendo.

—No se muevan, a su mamá le duele mucho si lo hacen.

—Solo mira como se ve eso —Hinata te enseño como se estiraba su piel con cada movimiento.

—Después de esto prometo cuidarte mucho, no haré que estés embarazado de nuevo —frotaste tu rostro en su panza con cuidado.

—Esta bien —acarició tu cabeza hasta que te quedaste dormida.

.

.

.

.

Cuando Hinata despertó ya no estabas, te habías ido a trabajar, pero vio una nota, la que siempre dejabas.

“Buenos días, me tuve que ir temprano, lo siento, intentaré venir temprano, te amo, también a los pollitos ”.

En eso la puerta de la habitación se abrio, la enfermera llevaba una silla de ruedas, Hinata no debía esforzarse mucho, porque estaba cerca de dar a luz.

Incluso para bajar las escaleras tuvieron que poner una silla especial.

Estaba en casa todo el tiempo, se sentía aburrido, se distraía cuando los pollitos se movían, también cuando tenía hambre.

—Extraño a la señorita —se quejo Hinata, el lado de la cama donde dormías tenía tu aroma.

Estaba oliendo la manta y en eso comenzó a masturbarse, tenía mucho tiempo sin hacerlo, además sabía que llegarías tarde así que no sé preocupo por eso.

Mientras lo hacía estaba cerca del orgasmo.

—¡_-____! —mencionó tu nombre.

En eso abriste la puerta.

—Que bueno que vine temprano —comenzaste a quitarte la corbata.

Hinata se asusto y se tapo con el edredón.

«Huele muy bien... a placer... »en eso te giraste rápido hacia Hinata.

—¡Hum! —Se escondió más en el edredón.

—Ay... Yo... —respiraste profundo —. Hinata lo siento, yo no lo sabía.

—No sabía que vendrías temprano...

—Es que termine rápido el trabajo.

—Eso es bueno —Sacó su cabeza del edredón.

—Lo siento —te sentaste a la par de él —. Se que es difícil para ti, pero después podrás volver a tu vida normal, incluso tendremos muchas citas.

Hinata se sonrojo, quería pasar de largo el hecho que mojo la cama cuando te vio y te llamó.

—¿Tendremos mucho... S-sexo entonces?...

—Bueno no lo decía de esa forma sino que tendremos momentos románticos —acariciaste su cabeza y él moría de vergüenza —. No te sientas mal por lo de ahora, lo comprendo.

—No lo digas de esa forma me siento peor... Es como lo hiciera desde siempre... Y no es así, ¡es que soy raro como omega! —se volvió a esconder.

—No eres raro, eres omega, te gusta, lo entiendo.

—Mentira, tu no lo haces, nunca te he visto hacerlo.

—Oh sí... lo hago, pero solo cuando estoy en celo.

—Quiero que mi primera vez después del embarazo sea cuando estés en celo, para verlo yo mismo.

—No, no es buena idea, mi celo es muy fuerte, me contuve demasiado la última vez pero realmente quería hacértelo cuando estabas embarazado, no hubiera importado llenarte.

—No me hubiera molestado —admitió.

—A ti no, a los pollitos sí.

—Por cierto cuando nazcan... ¿Cómo les pondremos? —saco su cabeza.

—El nombre que te guste —besaste sus labios.

—El que nazca primero se llamara Umei... El segundo Chibi, el tercero quiero que se llame Vya y el último Hiro.

—Con todo y orden —sonreíste, Hinata eligió uno con las primeras tres letras de tu apellido.

—Se que será importante.

.

.

.

.

Hinata iba ser llevado al hospital con una semana de anticipación, había estado presentado dolores así que se le llevó para prepararlo para su cesárea.

El vientre de Hinata era enorme, ya no podía ir por ahí tranquilo y los bebés eran inquietos en su interior.

—Me quedaré el tiempo que sea necesario —Le dijiste cuando estaban en el hospital.

—Tú quieres ver a los pollitos primero lo entiendo, pero tienes trabajo que hacer no te puedes detener por esto.

—He esperado mucho para verlos, quiero verlos en cuanto salgan de aquí —señalaste su panza.

Hinata entraría al quirofano en uno minutos, estaba preocupado, pero el doctor le había explicado todo el procedimiento.

Entre preguntas privadas le dijo si quería conservar su útero, él respondió que sí quería seguir teniendo su útero.

En ese momento tú no estabas así que no sabías.

〖𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐘𝐎〗 「Mi pequeño omega」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora