Capitulo 32

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Un grito resonó en casi toda la mansión, era obvio de quien venía esa voz.

—¡_____ me vas a matar! —siguió gritando Hinata, su boca abierta llena de muchas súplicas y sus ojos goteando solo te hacían sentir más placer —. ¡Noooo!

Con sus caderas levantadas y tu boca en su ano, más la lengua que le curiosiaba en el interior, escuchaba el sonido de como sorbias su interior jugoso.

—_-____ n-no puedo —se contraia una y otra vez, su hoyito se pretaba mientras disfrutabas de su increíble sabor, con un toque salado.

Al hundirte más en entre sus nalgas más pedía que pararas.

—¡A-algo! ¡A-algo! —decía entre cortado —. ¡Va s-salir! —cerró sus ojos y su interior empujaba tu lengua, se corrió tanto que su mismo semen le llegó hasta el rostro.

—¡Aaah! —siguió gimiendo apesar de parecer acabar, pero su pene expulsaba pequeños chorros, su trasero goteaba más que antes, por si fuera demasiado placentero seguías besando su ano con tus labios —. ¡Nooo!

—Mmm —hacías ese sonido por disfrutar de su interior con tus labios y lengua.

—_-_-____ —sus ojos se cruzaban y retorcían por cada vez que sentía el indicio del orgasmos, pujaba esperando sacar tu lengua y parar aquella ola, por que su pene parecía querer expulsar más que semen y su trasero más libricacion —. ¡V-va salir! —de nuevo ese extasis que le recorría el trasero hasta el cerebro, le hacía correrse en cantidad y su entrada que ponía estrecha se terminaba corriendo de una forma que le parecía rara.

Tragaste lo que salió de ahí y dejaste caer sus caderas a la cama, su respiración entrecortada y su rostro lleno de su semen era una obra de arte, sus boca incluso estaba llena de semen, pero no le importó quería recuperar el aliento.

Su trasero le daba palpitaciones exageradas, te logró ver rendido en su última aliento, en ese momento solo se fijo en que tu lengua recorría tus labios, esos ojos que mostraban deseo, él no sabía que estaba pasando.

Desde la propuesta y que llegarán a casa no le dio tiempo para bañarse, fue tomado sin algún previo aviso, no pudo sentir la tela de la ropa de los pollito en sus brazos, ya que al parecer su padre estaba ansioso por chuparle el trasero.

«No tuvo alguna paciencia, me arrastro a la cama y me sacó los pantalones, no me dejo tomar una ducha, técnicamente se quedó mis últimas fuerzas »te miró esperando que le dijeras “por hoy esta bien ”.

—Ugh —la punta estaba a punto de entrar en su resbaladizo hoyo, podría entrar con tanta facilidad —¡Ah!...

A continuación escuchó el choque de sus pieles, apretó con fuerza los dedos de los pies y mordió su labio inferior.

—A dentro se siente tan bien —tus labios se juntaron con los de él, comenzaste a jugar con los suyos, y su saliva estaba fuera control, tu lengua al encontrarse con la suya provocaron que su trasero se volviera a contraer.

—Sabe horrible —se quejo del gusto de su trasero.

—Es delicioso, me gustaría hacer esto todos los días —te comenzaste a mover y él gemia al compás de tus estocadas.

—_-____ más rápido —movió su trasero ansioso por más —. ¡Más, dame más!

—¿Qué lo saque? —bromeaste un poco mientras los penetrabas varias veces.

—¡No no no no! ¡Quiero más! —Te tomó desprevenida cuando sus labios volvieron a los tuyos.

Hizo un quejido con el chorro caliente en su interior.

—¡Quiero más! —se seguía moviendo, su rostro rojizo era hermosos, esos ojos que te pedían te hacían crecer el pene.

—Shoyo... Mi Shoyo —le besaste y su cuerpo cálido te recibió.

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—¿P-por qué tenemos que usar esta posición? —fruncio el ceño como si se viera forzado a hacer algo difícil.

—Porqué es perfecta para ti —sonreíste, el estaba apoyando su mano sobre tu rodilla, mientras se encontraba sentado sobre tu miembro, con la duda de si realmente seguir —. Además... Siempre hago yo todo el trabajo, también quiero que me hagas sentir bien.

-Ugh... —se quejó —. No es eso, a ti te gusta verme de esta forma y es embarazoso.

—¿Por qué? Te viene bien, puedes moverte como quieras, puedo ver como te tragas mi pene y semen, al montarme de una forma que no sabía que podías, así que mueve ese trasero lindo —sonreíste para tocar sus posaderas.

—No puedo —decía, pero se movia —. ¡Oh que difícil! —ese movimiento era tan bueno, porque tu pene parecía más que satisfecho con el tacto de su húmedo interior.

〖𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐘𝐎〗 「Mi pequeño omega」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora