Capitulo 46

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Llegaste a casa y Hinata te esperaba bien contento, acariciaste su cabeza y él sonrió como si le hubieras elogiado alguna buena acción.

Su mirada parecía que te quería decir algo, como pedir algo mejor dicho.

—¿Qué pasa? —le preguntaste para aliviarle.

—Nada —respondió en voz baja.

«Quiero un beso »te miró a los labios.

—Iré a ducharme, para que cenemos luego...

Hinata te agarro de la mano aún con ganas de besarte.

—¿Qué pasa?

—B-beso —su voz era aun más baja.

—¿Qué? —no le escuchaste

—¡Quiero un beso! —apretó tu mano con su rostro enrojecido.

Sonreíste y te acercaste, lo tomaste de la barbilla para besarlo, de inmediato fue como si su cuerpo lo necesitara, se aferro con mas fuerza hasta separarse de ti.

—Gracias —dijo entre jadeos.

—Si quieres algo, siempre me lo puedes pedir.

Hinata comprendió que su alfa, era maravillosa, obviando la parte donde te fugaste cuando estaba embarazado.

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—Mílyî debo viajar un tiempo por el trabajo, serán tres días —Le dabas la noticia a Hinata mientras cenaban.

Hinata no quería que te fueras de casa, quería tenerte todo el día en la habitación, quería muchos abrazos tuyos y sin ti, no habían abrazos.

—No quiero —fue sincero.

—Yo tampoco —hiciste un puchero a pesar de que Hinata sufriría más.

—¿No hay una forma?

—No... Pero sera muy poco tiempo, prometo estar aquí y hacerte lo que quieras.

Hinata se sonrojó.

—Eso es algo pervertido.

—Depende, si quieres un masaje lo haré, pero si quieres que te abracé y te bese, hagamos un par de cositas esta bien.

En la noche como ambos no se querían separar Hinata se quedó pegado a ti como un chicle, besaste a Hinata, casi terminaste arriba de él, noto que querías hacerle algo más que besos.

—Shoyo... Creo que estoy en celo.

Hinata abrió tanto sus ojos por la sorpresa, las feromonas se intensificaron.

—Te ayudare —sonó decidido.

—¿Qué? —pegaste tu frente a la de él —. Dormiré en otra habitación así que será el último beso.

—Déjame ayudar —tomo tu rostro entre sus manos.

Negaste con la cabeza.

—No, estas embarazado.

Te levantaste para irte y Hinata no pudo hacer nada para detenerte.

Se quedó entre las sábanas con ganas, en la mañana, paso por la puerta de la habitación, olió las feromonas intensas, le hizo humedecerse en un instante.

Quizo abrir la puerta entre jadeos desesperados por que se sentía excitado, la puerta tenía seguro.

Tocó su entre pierna, con más deseo.

—_____ —Tocó la puerta mientras se llevaba la mano a su trasero.

Tus ojos se dirigieron a la puerta, te levantaste de la cama y te acercaste a la puerta, podías sentir sus feromonas.

«Creí que durante el embarazo no les afectaban las feromonas »pensaste.

Sus feromonas tenían un aroma dulce.

—Shoyo —casi abrías la puerta.

Él estaba gimiendo, te preocupaba que alguien lo viera en el pasillo tocandose.

—_-_____... Abre la puerta —sonaba la perilla como intentaba abrirla.

Un quejido salio de tu boca por el dolor.

—Esto es peligroso...

Hinata con las piernas temblorosas termino en el suelo con el pantalón abajo, su respiración era cansada de tanto tocarse.

En su extasis la puerta se abrió, miró la habitación embelesado.

—_-____ —sonrió con pocas fuerzas.

En eso lo recogiste del suelo y te lo llevaste adentro de la habitacion que era una tormenta de feromonas.

El trasero de Hinata se comenzó a mojar aún más de lo que estaba, el deseo de quererte a dentro le costaba con dolor, lo dejaste en la cama y éste se abrazo a si mismo por aire acondicionado del lugar que era elevado, dado que tu calor era peor que el del verano.

De inmediato vio tu cuerpo sobre él, acompañado de tu calor más de una enorme y dura ereccion.

—Duele mucho —guiaste su mano a tu miembro que lo cubría aún la tela de tu pijama.

—Entonces ponlo adentro —Tocó con su otra mano su entrada.

Desesperada dejaste salir tu miembro, era lo que esperabas y que sabías que Hinata dejaría que lo hicieras, pero al menos querías verte complicada.

Fue más brusco de lo que pensó, una sola estocada le hizo gritar, pero para calmarse te beso y a pesar de eso, tomaste sus trasero para empujar en él las veces que quisieras.

Sus piernas abrazaron tus caderas.

—Puedes seguir todo lo que quieras —acarició tu cabeza.

Más te había encendido aquel permiso, Hinata vio como desgarraste su camisa, para chupar sus pezones y más que eso morderlos.

—duele _____ —quiso seguir tocando tu cabeza en señal de que debías calmarte, pero siendo tan tierno solo querías saborearlo más que a besos y estocadas profundas en su adentro.

Chupar sus pezones con fuerza solo lo hizo creer que le ibas a sacar la leche que todavía no estaba produciendo.

Verte ser tan salvaje, no era parte de lo que creyó que soportaría, no era como cuando estaba en celo, esto era más claro que aquella vez.

〖𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐘𝐎〗 「Mi pequeño omega」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora