Capitulo 10

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Desde hace unos días Hinata no iba a entrenar, quería guardar la dosis para cuando tuviera un juego, así que solo practicaba en casa, aunque aveces lloraba por ser omega, no se odiaba, sólo no creyó que se complicaría.

Suspiró y se quedó de rodillas una vez terminó de practicar.

«No me gusta esto »

El efecto de la medicina dura un día, lo mismo que un supresor, solo tenia permitido consumir esto durante tres meses, hacía cálculos que en un año tenía como seis juegos, podía tomar la dosis ese día solamente pero el efecto secundario era demasi...

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El efecto de la medicina dura un día, lo mismo que un supresor, solo tenia permitido consumir esto durante tres meses, hacía cálculos que en un año tenía como seis juegos, podía tomar la dosis ese día solamente pero el efecto secundario era demasiado fuerte, le provocaba algo peor que un colico en una mujer durante su ciclo menstrual, especialmente en su trasero y nuca.

Eso lo agotaba pero no se dejaría, él intentaba animarse, para no asustar a los chicos les dijo que el tratamiento era pesado y por eso debía aislarse.

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Al tener juego apareció después de un mes, un tanto descuidado, supusieron que debía estar batallando mucho, a pesar de decir que estaba bien participo, Kageyama le hizo una advertencia de que si miraba que se encontraba mal no dejaría que tocará el balón.

Durante el juego sus cuerpo estaba adolorido, pero actuaba normal, no podía concentrarse pero se forzaba.

En el descanso se miraba más molido de lo normal, pero continuó, Kageyama al verlo fallar una vez dejó de pasarle la pelota, luego lo enviaron a la banca por que se había sentido mal.

Ya terminado el juego se fueron a los vestidores, satisfechos del resultado entonces Kageyama se dirigió a él.

—Si no estás bien de salud y abusas de tu rendimiento será mejor que te retires Hinata —fue directo él sabía que no estaba bien.

Hinata se quedó inmóvil eso de “será mejor que te retires” le había llegado, terminó de vestirse sin decir nada y salió.

—No debiste haberle dicho eso Kageyama —Sawamura había visto a Hinata esforzarse tanto para llegar a donde estaba y que simplemente se retirará no era algo que le debieran de decir así.

Justo cuando iba saliendo un hombre le entregó el ramo de flores habitual y una canasta de frutas.

—Disculpe ¿Quién envía esto? —Hinata ya había preguntado anteriormente pero la respuesta era la misma, esperaba que al menos le dijeran algo bueno.

—No lo sé —contestó el hombre para retirarse.

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En casa cambió las flores marchitas anteriores por las nuevas, desde que le daban flores se puso a comprar floreros para esos regalos, aveces el ramo era muy grande y debía ponerlo en dos floreros.

Se sentó admirar las flores cuando vio que la cesta de frutas tenía una tarjetita blanca, tomó la tarjeta y estaba escrito en letra cursiva “felicidades por ganar, sigue así ”.

Sus lágrimas salieron, aunque quisiera seguir no podía.

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Te habías dado cuenta de lo mal que la pasó Hinata en el juego, así que por primera vez le escribiste algo para animarle.

«¿Estará enfermo? » tenías los ojos clavados en tu techo de habitación, estabas a punto de dormir cuando recordaste que él no se miraba bien «Tal vez mañana debería ir a sus entrenamientos » aunque no sabías si podrías por que tenias que ordenar unos asuntos.

Te dormiste y al día siguiente estabas terrible, últimamente Hinata aparecía en tus sueños, eso no era bueno, entonces eso quería decir que Tekeo tenía razón con la falta de sexo.

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En la oficina estabas distraída viendo la ciudad a través de los cristales, hasta que sonó el teléfono y te sacó de tus pensamientos, tomaste el teléfono, Takeo estaba en su oficina junto a Hinata.

—Señorita Vyacheslavovna, tiene una visita de Hinata Shoyo —te avisó Takeo que vio a Hinata angustiado, con ojeras y un aura triste.

—Dile que pase —le contestaste.

En eso corto la llamada y llevo a Hinata hasta la puerta de tu oficina, Hinata había llevado un bolso que tenia la rienda apretada entre sus manos.

Takeo espero a que Hinata abriera la puerta para irse pero este dudaba, hasta que respiró profundo y la abrió.

Paso la puerta y la cerró, Takeo se retiró, Hinata tomó sus medicamentos anteriores porque no quería gastar las dosis nuevas, pero sentía las feromonas por todas partes.

—Puedes sentarte Hinata —señalaste la silla que estaba a delante del escritorio.

Hinata se acercó pero sin sentarse, no le dijiste nada, tal vez solo sería rápido.

Antes de que pudieras decir algo habló.

—Necesito ayuda —mencionó.

—Ya veo... —fue un “solo vine por eso” directo a tu corazón —. ¿Qué necesitas? —seguías neutra.

—Se que es muy desvergonzado de mi parte pedirle tal cosa —se arrodilló y eso hizo que tu rostro se tensara —. Necesito que por favor me marque —Pego sus frente al suelo deseando que no fuera impedimento.

—Hinata... —ese tono de voz hizo que se sintiera rechazado, era su última opción y estaba desesperado.

 —ese tono de voz hizo que se sintiera rechazado, era su última opción y estaba desesperado

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Escuchaste un escaso llanto de él y te acercaste.

〖𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐘𝐎〗 「Mi pequeño omega」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora