Como cualquier otra historia, los villanos no podían faltar para el desarrollo de los héroes, pero ¿Quién se interesa por las historias detrás de estos personajes? En su mayoría, solo eran personas heroicas disfrazadas de villanos por una historia mal contada.
En este caso, no era la excepción.
La masacre que sucedió la noche anterior había alertado a todos, y es que teniendo un rey que gobernaba por la paz y la tranquilidad de todos hacían dudar de su posición si no tenían al responsable de dicho suceso. Así que en ese momento, mientras todos estaban reunidos en una acalorada discusión sin detenerse de señalarse los unos a los otros mientras veías todo a la lejanía de la habitación; no era nada extraño, solo estabas ahí porque tu padre era el mismo rey y quería mantener un ojo en ti por medio de que alguien intentara hacerte algo después de lo de anoche.
Las víctimas de la masacre no habían sido más que caballeros que servían al rey, la forma tan brutal en la que fueron encontrados solo levantaban sospechas de la única persona que poseía un aura despiadada y de la que el rey tenía bajo su resguardo en contra de su voluntad.
Porque, a todo esto, ¿Quién tendría bajo su cuidado a quien todos consideraban el villano de esa historia? Ni siquiera debería de vagar libremente como acostumbraban a verlo, no tendría los derechos que posee como cualquier otro aldeano del lugar y mucho menos debería de ser tan cercano al rey y a su escuadra porque eso traería muchos problemas.
Así como tampoco debería de meterse con la hija del rey, mucho menos tocarla, pero eso era algo que nadie debería de saber más que ustedes dos.
—¿Por qué haces esto tan difícil y solo confiesas que tú fuiste el responsable de sus muertes? Nos ahorrarías mucho tiempo.—Uno de los guardias, y mano derecha del rey, habló con un tono de disgusto.
—Los únicos culpables de esto son ustedes por no creerme, ya les dije que no estaba por aquí cuando sucedieron las cosas.—Contraatacó, gruñendo por lo bajo.
—¿Y tienes alguna forma de comprobarlo? Porque para ti es muy conveniente que te creamos que no estuviste por aquí justo cuando sucedió la masacre. Sabes que todos hemos vivido en paz, no me extrañaría que quisieras revelar tus verdaderas intenciones después de tantos años dándote asilo.
Él te miró sobre el hombro de la persona que lo acusaba frente a todos, ablandando su expresión tan pronto como sus miradas conectaron y disimuló una pequeña sonrisa. No era el momento adecuado para juguetear cuando estaban por cortarle el cuello si no lograba demostrar su inocencia.
—Hay una persona que estuvo conmigo, podría confesar y decirles todo lo que sucedió mientras no estábamos aquí, ¿Eso demostraría mi inocencia?
—¿Y quién se supone que es? Apuesto que es una persona de tu misma calaña.—Los presentes soltaron un par de sonrisas burlonas y comentarios sarcásticos.
—La verdad es que se sorprenderían si se enteraran de quién se trata.—Sonrió con suficiencia, cruzándose de brazos.
Sentiste tensarte cuando soltó esas palabras, las miradas de los presentes se volteaban a ver en busca de alguna persona sospechosa, dudando por un momento en sus palabras. Nadie te tenía en la mira porque siquiera estabas participando en la conversación y sabían muy bien que tan resguardada te tenía tu padre, pero eso no evitaba sentirte entre la espada y la pared, como si trataran de sacarte toda la verdad.
—¿Y de quién se trata? Vamos, dinos quién puede comprobar tu patética historia, a lo mejor nos gustaría degollar a dos personas en lugar de una.—Dió un paso en su dirección, levantando la barbilla en señal de retarlo.
Te pegaste a la pared, apretando tus manos a la altura de tu estómago mientras veías la escena desenvolverse frente tuyo. ¿Diría tu nombre? ¿Él sería capaz de implicarte en toda esa situación? No creías estar preparada para actuar frente a todos de una manera que tomarían como traición, inclusive pensabas que jamás estarías lista para poder confesarle todo a tus padres, revelarte contra ellos.
