El brujo hada malvado tenía muchas cualidades, la paciencia estaba lejos de ser una de ellas.
El príncipe judío le confesó donde vivía y por eso esta noche le haría una visita. El brujo hada malvado ya sabía desde mucho antes dónde residía, en realidad sabía tantas cosas de acerca de Kyle; menos dónde escondió aquella espeluznante espada encantada. Pero gracias a esa confesión tenía la excusa perfecta para visitarlo antes de que se ausentara por tres días.
Hoy ese malvado humano le tendió una trampa, le hizo confesar "sus sentimientos", sin darle una respuesta después. Él jamás volvería ser el juguete de nadie, esta misma noche tendría una respuesta y dependiendo de ésta es como actuaría.
Fue a la cabaña, escaló hasta la ventana (la que correspondía a la habitación del judío) y se coló. Era una sensación muy extraña estar dentro de esa cabaña, donde todos lo que habitaban en ella le guardaban un profundo repudio. Pero como fuera, estando en la habitación de ese insoportable príncipe, sin su ausencia, pensó que sería bueno de una vez buscar esa maldita espada. Si la encontraba antes de que volviera su dueño podría ahorrarse muchos problemas e irse temprano.
Pero no la encontró. Revisó hasta debajo del colchón y su armario, procurando no hacer ningún desorden que lo delatara. Tomó asiento en la cama cruzando sus brazos con molestia por no hallar esa maldita arma, pensando en que otro sitio pudo haberla ocultado, cuando la puerta se abrió y dejó pasar al pelirrojo, quien se detuvo estático al verle.
El pelirrojo parpadeó repetidas veces, sorprendido y queriendo confirmar que no estaba imaginándolo. Se apresuró a entrar y cerrar la puerta con miedo de que alguien más fuera verle.
— ¿Se puede saber qué carajos haces en mi cuarto? —Kyle trató de contener el tono de su voz, pero era evidente que esa pregunta en otras circunstancias hubiese sido un grito.
— ¿Tú qué crees, judío tramposo? Vengo por mi respuesta —señaló Eric con una expresión indignada y fastidiada, mientras admiraba sus uñas.
—Creo que Stan tiene razón, no debí decirte donde vivía—suspiró Kyle con molestia y arrepentimiento —. No tienes ningún derecho de entrar a mi habitación. Por Abraham ¿De verdad no puedes esperar tres días?
—No. La paciencia no es mi mayor virtud —disintió el castaño con una sonrisa soberbia.
—Dudo que tengas alguna virtud —puso los ojos en blanco y peinó hacia atrás sus rizos húmedos —. Bien, es hora de que te largues —abrió la ventana.
—Kahl~ —se quejó dejándose caer a la cama por completo —. No puedo soportar tres días, es injusto.
—Yo soporté un mes. Ya vete, que mañana me levanto temprano —el pelirrojo comenzó a tirar de su brazo para arrastrarlo hasta la ventana, aunque ese era un trabajo bastante pesado.
—Pero es injusto, yo tenía otros asuntos que atender; en cambio tú me haces esperar por mero capricho —señaló Eric con fastidio y hundiéndose más en la cama para que el pelirrojo no pudiera arrastrarlo.
—Te haría bien bajar algunos kilos... —se quejaba Kyle tirando con más fuerza, consiguiendo moverlo muy ligeramente — ¡Y no lo hago por capricho! De verdad necesito tiempo para pensar...
Eric bostezó aburrido de los pretextos del otro, pero entonces sonrió maliciosamente y tiró de su propio brazo de imprevisto, haciendo que Kyle se resbalara y cayera hacia adelante por inercia, justo encima de él. Su expresión de sorpresa y quejido lo hicieron reír inevitablemente. Molestarlo le generaba un buen humor instantáneo, olvidando que hace unos momentos estaba molesto por no hallar esa maldita espada encantada.
ESTÁS LEYENDO
El Bello Durmiente
Фанфикшн[Los personajes no me pertenecen, este solo es un Fanfic de fan para fans con fines de entretenimiento] [El fanart de la portada esta vez si me pertenece, lo pueden encontrar en mi FB o Twitter, mis redes sociales están en mi perfil] Había una vez d...
