15.1 Dame Una Oportunidad

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Tomo asiento, con mis piernas extendidas, sobre la silla de playa una vez que me sirvo una limonada que me refrescará de este caluroso día de verano.

Paseo mi vista por mi patio trasero, apreciando la enorme piscina que tengo frente a mí, así como el cantar de los diversos pajarillos que posan sobre las ramas de los árboles al fondo del jardín.

Mi piel ha tomado un par de tonos más oscuros las últimas semanas debido a que paso la mayor parte de mis vacaciones de verano aquí afuera, disfrutando del agradable clima mientras descanso de la presión escolar.

Ladeo mi rostro para observar la pantalla de mi celular, sobre la mesa junto a mí, y percatarme que es momento de reaplicar mi bronceador.

Exprimo un poco de la sustancia cafesosa para comenzar a esparcirla sobre mis brazos, brindándoles un hermoso brillo.

Mi mejor amiga, Kelly, quien se encuentra recostada sobre su abdomen en la silla a mi costado, dirige su atención hacia mí cuando escucha movimiento de mi parte, el cual la ha despertado de su siesta vespertina.

—¿Me aplicas un poco en la espalda?— Solicita con una voz somnolienta, pues lo único que hemos hecho desde que iniciaron las vacaciones es relajarnos y gozar de la vida.

Tomo asiento en posición de loto sobre mi espacio para extender mis brazos hacia Kelly y comenzar a masajear el bronceador por toda su espalda, aplicándola de manera equitativa sobre su piel.

Al cabo de unos segundos, la vibración de mi celular roba mi interés, pues deben ser nuevos mensajes de texto que mi novio me ha enviado.

Alejo mis manos de mi amiga para limpiarlas sobre la toalla debajo de mi cuerpo, tomando mi celular al instante para evitar que mi novio espere un largo periodo de tiempo sin haber obtenido una respuesta de mi parte.

Pero, exhalo un suspiro al momento en que leo los mensajes de Dan, exhausta por su actitud narcisista y controladora.

Una presión se forma en mi pecho por las palabras desagradables que expresa en sus textos.

Pareciese como si a Dan le gustase crear problemas, conflictos y tensión entre nosotros, puesto que siempre busca destacar cualquier error de mi parte, por más pequeño e insignificante que sea, para formar toda una escena dramática.

Usualmente destino mis esfuerzos para mostrarme comprensiva, con el fin de solucionar nuestras diferencias, pero en ocasiones, es tan alto su nivel de egoísmo y orgullo que simplemente arrojo la toalla, debido a que nada de lo que diga mejorará la situación.

Sueño con el día en que mi novio despierte con una actitud amigable y serena, en la cual se disculpe tras cometer un error y me escuche antes de juzgar mis acciones, pero la realidad es que ese suceso nunca ocurrirá.

Su mal temperamento ha estado presente en su persona desde el primer día en que nos conocimos, y permanecerá así hasta su último día de vida.

—¿Qué ocurre?— Kelly se percata de mi semblante cabizbajo al observarme atenta en mi celular.

Abandona su silla para brincar hacia la mía y tomar asiento a mi lado, acompañándome en otro de mis episodios de tristeza.

Me encojo de hombros, intentando restarle importancia al asunto para convencerme que esto es pasajero y todo mejorará.

—Dan se ha vuelto a molestar—. Le respondo con honestidad.

Son numerosas las quejas que Dan desarrolla hacia mí en un día, tantas que pareciesen interminables.

Debido a los comentarios de Dan, todos deben pensar que soy la peor novia del mundo, pero si conocieran la dedicación que le destino a mi relación, comprenderían que no soy yo la problemática y conflictiva, sino él.

Eterna TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora