—Señor Law—
—Llámame Will—. El pelinegro me interrumpe mientras lo observo deslizar su ropa interior ajustada hacia sus tobillos, removiéndola de sus piernas debido a que no le serán de utilidad en los próximos minutos.
Plasmo mis ojos sobre él, esperando adivinar el siguiente movimiento en sus acciones.
No voy a mentir, esta riesgosa situación me está matando por el temor de poder ser atrapados, pero al mismo tiempo se está cumpliendo una de mis muchas fantasías respecto a compartir un momento íntimo con alguien en una oficina.
Siempre pensé que esas escenas y sueños despiertos permanecerían en mi mente, pero creo que mis manifestaciones diarias y mis pláticas continúas con el universo finalmente han dado frutos.
Trago saliva a la par que amplío la mirada al apreciar el gran miembro del abogado, una vez que éste sale a luz. ¿Cómo me va a caber todo eso?
Supuse que este hombre se encontraría bien dotado ya que cada partícula de él parece esculpido por el mismo Miguel Ángel, pero nunca creí que me encontraría con tremenda sorpresa frente a mis ojos.
—No te intimides—. Will rompe mis pensamientos tras ver mis ojos sorprendidos e iluminados como la luna al percatarme de lo que lleva colgando entre sus piernas.
—No es nada que no puedas soportar—. Me asegura con media sonrisa llena de confianza, encontrando la situación un tanto cómica.
Manteniendo una actitud relajada, se inclina hacia abajo para tomar un objeto del bolsillo trasero de sus pantalones negros, revelando un preservativo que guardaba dentro de su cartera.
Casual, ¿cómo nunca se me ocurrió llevar condones en mi bolso por si la situación se presenta en mi camino? Ahora comprendo por qué este sujeto es el visionario exitoso y yo una simple recepcionista de oficina.
Will da un paso abrupto hacia mí para comenzar a besarme nuevamente, presionando con pasión sus labios sobre los míos para aprovechar cada minuto de este encuentro.
Nuestros cuerpos desnudos se pegan al tacto con el otro, compartiendo el calor que hay dentro de cada uno y que estamos deseosos por intercambiar.
El abogado baja una de sus manos hacia mi busto, estrujando uno de ellos con gran fuerza entre su palma para ocasionar que un gemido se escape de mis labios.
—Silencio—. Me ordena al separar su boca de la mía.
—¿Acaso quieres que nos descubran, nena?— Me pregunta, pero antes de lograr argumentar a mi favor, cubre mi boca con la palma de su mano a la par que introduce su miembro en mi entrada de una sola estocada.
Una exaltación verbal permanece encerrada en su mano tras sentir mi entrada dándole la bienvenida a su gran longitud, provocando que mi cuerpo brinque por el fuerte impacto.
Mostrando piedad hacia mi esbelta figura, Will se introduce con gentileza hasta llegar al fondo de mi cavidad, provocando una explosión de sensaciones en mi físico.
Gemidos descontrolados de mi parte son absorbidos por la palma del Sr. Lawrence mientras que su aliento a menta deleita mis fosas nasales por la cercanía de nuestros rostros.
Tras moverse con gran control en mi interior, el abogado decide tomar mis muslos entre sus manos para elevarme y rodear mis piernas sobre el contorno de sus caderas. Gira mi silueta hacia atrás para colocarme sobre el escritorio de mi jefa y continuar con sus fuertes embestidas.
Este hombre tenía razón en cuanto a mi temor de no poder sobrellevar el tamaño de su miembro.
Ignoro si mi intimidad ha sido recorrida por una gran cantidad de hombres y por ello ha sido sencillo que ingresara en mí, o tal vez él empleó la manera indicada de introducirse, pero de igual forma, me está proporcionando el placer más grande que he recibido en toda mi vida.
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Eterna Tentación
General FictionEn la vida son numerosas las sensaciones imposibles de evitar. Por más que huyas de ellas, siempre lograrán atraparte para a su estilo y conveniencia amoldarte. Placer, deseo, satisfacción y lujuria son solo algunas de las emociones que todos buscam...