16.3 Experiencia Religiosa

210 18 4
                                    

La cera cae sobre la parte superior de mi busto con gran rapidez. Una sensación de ardor invade la totalidad de mi cuerpo al momento en que Hunter comienza a esparcir el líquido caliente a lo largo de mi piel.

Mi espalda se curva hacia arriba a la par que un gemido se escapa de mis labios por el placer que siento de tener a Hunter revelando su lado oscuro conmigo.

El cantante continúa vertiendo la cera por mi abdomen y por la parte superior de mi intimidad.

Mis manos toman las sábanas debajo de mí con gran fuerza para soportar el dolor que está llegando a mi sistema nervioso.

Pero, poco a poco la incómoda sensación comienza a desvanecerse, hasta que, lo único que comienzo a percibir es goce absoluto.

—Inténtalo—. Hunter extiende su brazo para intercambiar la vela conmigo.

Tomo el pequeño artefacto de sus manos y, procedo a alzar mi postura hacia adelante para tomar asiento sobre mis piernas, nivelando mi altura con la suya.

Me aproximo al físico de Hunter mientras él mantiene sus ojos azules sobre mi silueta. Acaricio sus tonificados pectorales antes de iniciar a chorrear la cera caliente sobre ellos, ésta resbalando rápidamente sobre su pecho y sus pezones, hasta llegar a sus abdominales de acero.

El cantante gime debido a la ardiente sensación sobre su torso, mientras que su excitación se torna cada vez más notoria en su longitud.

Tiro un poco de la cera sobre su hombro y, posteriormente, intercambio mi atención para vertir más sobre mis clavículas, provocando que nuestras voces se mezclen en el aire para denotar el gran encuentro que estamos compartiendo.

La mirada de Hunter luce hipnotizada mientras me observa con alto enfoque y deseo.

El artista toma la vela de mis manos para regresarla a su lugar de origen, retomando así nuestros besos al momento en que toma mi cintura para atraerme a su cuerpo y devorar mi rostro con sus jugosos labios con sabor a whiskey.

Rodeo mis manos sobre sus hombros al momento en que un mareo se apodera de mi cuerpo, desequilibrándome aún más que todo el alcohol que estuve consumiendo esta noche.

Comienzo a reír como niña pequeña tras abrir la mirada para encontrar colores pintando las paredes de la habitación, decorándolas con tonos llamativos y escandalosos, tanto que me encandilan por tanta luminosidad.

Hunter ríe conmigo, pero ignoro si comprende el motivo por el cual muestro una actitud divertida.

Dirijo mi visión hacia el suelo al momento en que me percato de flores brotando de la superficie de madera, bailando de un lado a otro para acompañar las caritas felices que mantienen en el centro de sus pétalos.

Qué bonito.

Regreso mi mirada hacia el cantante, quien mantiene sus manos sobre mi cintura desnuda mientras me observa con curiosidad en sus hermosos ojos azulados.

Egues preciotso—. Me esfuerzo por hablar, pero las palabras no salen de mi boca tal y como las planeo en mi mente.

Hunter corre sus manos por los costados de mi cabeza para despejar mi rostro del cabello que lo cubre. Una sonrisa encantadora se pinta en sus labios de tinte rojizo, cortesía de mi labial.

—Tu más, nena—. Mi corazón se llena de amor al regresarme el cumplido.

Me siento como la persona más feliz del mundo.

Quien diga que el alcohol y las drogas solo te dañan, es porque nunca las han probado, pues en este instante me percibo como la más afortunada de este maldito planeta.

Eterna TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora