–Lo siento Arataka, cerraré la oficina por un par de días.
Las palabras de su maestro sorprendieron al estudiante de secundaria quien se congeló por el anuncio tan repentino. Detuvo su andar y cuestionó.
–¿Acaso pasó algo malo?
Shigeo suspiro y también se detuvo, acomodó sus cabellos de la mejor forma posible y miró a su joven discípulo con una intensidad misteriosa antes de responder.
–Nada de eso, tengo unos asuntos pendientes que debo arreglar en una ciudad vecina. Nadie podrá atender el negocio apropiadamente.
–¿Puedo ir contigo? –preguntó el rubio con cierta timidez, Shigeo negó.
–Será un viaje largo y faltarías a clases, tienes que quedarte.
Arataka bajo la mirada, sabía que no había una solución viable pues, haciendo recuento de los daños que había provocado por su propia cuenta en los exorcismos sabía que su maestro no confiaba del todo en sus habilidades, así que no lo culpaba por no querer dejarlo a cargo ni llevarlo con él. Por otro lado pensó en mayores posibilidades para que el negocio siguiera funcionando aún con la ausencia de su maestro.
–¿Estás seguro de tener que cerrar? ¿No conoces a otras personas con poderes como los tuyos?
La pregunta llamó la atención de Shigeo quien miró fijamente a su alumno.
–Y-Yo solo pensaba en que podrían suplirte por estos dias –explicó Arataka moviendo las manos rápidamente–. Ademas, ¿no sería bueno para mi aprender de más psíquicos? Quizás así mis poderes podrían manifestarse mejor.
El azabache lo miró como un gato amargado mirando a un punto muerto en la pared, luego le dio la espalda con aparente desinterés. Arataka tenia aun muchos argumentos por dar, pero ninguno salió cuando escuchó a su maestro hablar.
–Dejame pensarlo.
Y el rubio sonrió satisfecho.
Pensó en la gran variedad de gente interesante con la que su maestro seguramente se había relacionado durante toda su vida, aunque la vida de su maestro parecía ser un gran misterio para Arataka y en realidad eso no le molestaba del todo, a veces su curiosidad era demasiado grande como para no imaginar mil escenarios ficticios de su maestro a su misma edad, creciendo alrededor de gente extraordinaria.
Por supuesto que Arataka estaría complacido de conocer y aprender más de ellos, quizás si jugaba bien sus cartas lograra que alguno de ellos le enseñara sus poderes.
Pero cuando el ansiado día en que conocería a esta extraordinaria persona que reemplazará temporalmente a su maestro llegó, se encontró con un simplón azabache con cara de culo.
–¿Quién carajos eres? –preguntó con clara molestia. Más que una simple grosería, fue el puro instinto de supervivencia el que lo dictó a actuar de aquella manera en primer lugar.
Si continuo con esa actitud, fue por puro capricho personal.
Frente a él, un hombre de traje azul oscuro le devolvió una fría mirada, casi despectiva si se unía a la muñeca que hizo su boca cuando apenas abrió la puerta de la oficina sin llamar antes.
El hombre frente a él no parecía ni un poco perturbado por la forma en la que le hablo y a Arataka no pudo molestarle más.
–¿Eres el discípulo de mi hermano? –pregunto sin responder antes a la pregunta de Arataka.
El muchacho no le dio importancia a eso y se concentró únicamente en la revelación que le hicieron.
–¡¿El maestro Kageyama tiene hermano?!
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Seré yo (Mobrei)
FanfictionCuando el mundo cambie y todos también lo hagan Cuando yo cambie y tú también lo hagas No dudes que contigo, siempre seré yo Age swap AU Etiquetas añadidas con el paso de los capítulos