Kageyama Tobio se encontraba en la nueva plaza de la ciudad, había escuchado que en aquel lugar abrieron una tienda de deportes con equipo importado de Estados Unidos y necesitaba ver aquello con sus ojos.
Sin embargo, entre su mala forma de leer mapas y su mal sentido de dirección terminó perdido en una sección que definitivamente solo era para mujeres.
Maquillaje, vestidos y lencería lo rodeaba. Aún así decidió sentarse en una banca debido al cansancio, hacía una hora que estaba buscando aquel lugar.
Volvió a sacar el mapa que le habían dado para tratar de encontrarse y ver que tan lejos estaba del lugar. Pero algo lo distrajo...
Un aroma frutal... Tal vez era durazno... Olía muy bien, alzó la cabeza para encontrarse con una chica a unos cuantos pasos de él.
Su cabellera naranja estaba atada en una coleta y aún así algunos cabellos se salían de su lugar. Vestía un short deportivo, una playera blanca con una chamarra deportiva verde y unos tenis lilas.
Se acercó a él con una sonrisa que hizo que su estomago diera un vuelco y su corazón se saltara un latido.
¿Qué demonios? Tobio hacía mucho tiempo que sabía sobre su homosexualidad ¿Por qué carajos su corazón estaba yendo tan rápido?
— Disculpa, creo que estoy perdida... – dijo con una voz dulce — Estoy buscando la tienda deportiva... ¿Sabes cómo llegar?
Volvió a revisarla de arriba a abajo... Su ropa no combinaba para nada y solo hacía que su cabello y ojos naranjas resaltaran aún más. Fue entonces que notó lo bajita que era...
— No... Yo también estoy perdido – respondió parandose.
Se sonrojó al pensar lo linda que se veía a su lado debido a la diferencia de estatura.
— ¿Podríamos buscarla juntos? ¡Tal vez será más fácil encontrarla! – sugirió ella.
— Um, como quieras – respondió intentando no darle importancia, como si no le llamara la atención sus labios color durazno que hacía juego con sus ojos y cabello.
— ¡Genial! – gritó emocionada — Me llamo Hinata, por cierto.
— Kageyama
Salir de aquella sección había sido un poco difícil pues Hinata parecía distraerse cada dos segundos viendo maquillajes y ropa. Pero al ver que Kageyama no le esperaba decidió apurarse.
Intentaron encontrar la tienda por media hora más hasta que finalmente dieron con ella.
— ¡Genial! – dijo ella asombrada al entrar.
Él no dijo nada solo veía impresionado la tienda, parecía que tenía todo.
Hinata corrió hacia la sección de voleibol y eso hizo que se sorprendiera más.
— ¿También juegas voleibol? – le preguntó.
— ¡Claro! – contestó ella para después pararse en una posición que demostraba orgullo y se señaló a sí misma — ¡Podrás pensar que no puedo por mi estatura pero puedo saltar!
Kageyama rió. No era que no le creyera pero se veía muy seria diciendo eso.
— ¡Oy! ¡Aunque te rías un día te lo demostraré! ¡Seré un pequeño gigante! – dijo molesta.
— Si tanto presumes espero un día verte en las nacionales – le retó Kageyama.
— ¡Te lo demostraré! – aseguró Hinata.
Después de aquello siguieron viendo la tienda y compraron un par de cosas, entre ellos un balón.
— Am... ¿Quieres un helado? – dijo Kageyama un poco apenado ante la invitación.
— ¡De acuerdo! ¡Pero sólo si después colocas para mí! – aceptó ella.
Así fue como pasaron toda la tarde juntos, Kageyama pudo ver un poco las habilidades de Hinata y disfrutar del día.
Al final se separaron con solo la esperanza de verse algún día.
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Secreto | Terminada |
FanfictionHinata Shoyo es un chico que acaba de entrar a la preparatoria, lo cual significa un nuevo comienzo donde nadie conoce su pasado. Por primera vez utilizaría el uniforme que lo representaba y entraría al equipo de voleibol, rezaría porque nadie desc...