Si alguien preguntara desde cuando supo que estaba en el cuerpo equivocado, Hinata Shoyo podría contestar que desde que nació.
Mientras era pequeño no dijo nada a su madre por miedo, veía que ella disfrutaba de peinar su largo cabello y le decía que era hermosa.
Pudo aguantar los vestidos, los peinados, el maquillaje... Por unos años más hasta aquel día en el que su periodo llegó.
Fue entonces que Hinata supo que no habría vuelta más... Que solo iba a parecer aún más una mujer, que su busto crecería y lo haría sentir peor.
Ese día lloró como nunca y cada vez que su madre le preguntaba qué pasaba lloraba más. Una vez calmado le explicó que él era realmente un chico, que no había querido decirle por miedo a hacerla sentir mal.
Su madre no podría decir que eso no le dolió, pero le dolía ver más a Shoyo tan triste.
— Shoyo... Estoy aquí para ti, si es lo que quieres te ayudaré. No te preocupes, puedo seguir peinando y vistiendo ahora a Natsu.
Fue así que Hinata decidió seguir viendose así hasta cambiar de escuela. No quería que nadie hablara de él o de su familia por apoyarlo.
Así que ahora que sería su primer día de preparatoria en Karasuno podía ser él mismo, su cabello corto le gustaba más y su madre le había comprado su primer binder para disimular su busto.
Su género estaba cambiado oficialmente en papel, pero podría comenzar con el tratamiento de remplazo de hormonas a los 16 años...
Eso significaba que seguiría con aquella voz chillona y sus periodos por otro año más, pero si había esperado tanto tiempo podía esperar un poco más.
Utilizar finalmente pantalón en lugar de falda era lo mejor del mundo, se sintió como un chico por primera vez.
Tomó su bicicleta y comenzó su viaje a Karasuno.
Había estado muy feliz de que pudo presentarse como chico, no podía con la felicidad que siguió sonriendo todo el día.
Corrió inmediatamente al club de voleibol después de clases ¡Ya quería estar donde el pequeño gigante había practicado!
Entró solo para encontrarse con una gran sorpresa... ¡¿No era ese el chico de la plaza?!
— ¡¿Qué haces tú aquí?! – gritó él.
— ¿Disculpa? ¿Te conozco? – preguntó Kageyama confundido.
Hinata giró su cabeza a un lado aún más confundido.
— ¿No me reconoces? – preguntó.
— Lo siento, no reconozco a todo aquel a quien gané.
¡¿Eh?! No había dado un cambio tan rápido... Seguía viendose igual... Sólo había recortado su cabello.
Los de tercero habían llegado para confirmar sus aplicaciones para el club.
— ¿Hinata Shoyo? – preguntó un chico alto de cabello negro y corto.
— ¡Si, señor! – gritó él dando un paso al frente.
Kageyama volteó a verlo... ¿Podría...? No, para nada...
— ¿Eh? Eres tan pequeño... ¿Cómo será bueno eso para el equipo? – preguntó aquel chico rapado.
— ¡Podrás verme pequeño! ¡Pero puedo saltar! – contestó.
¡Aquello definitivamente no podía ser una coincidencia!
Tobio no pudo evitarlo, ni siquiera lo pensó pero caminó hacia Hinata y se puso frente a él haciendo a un lado a los de tercero.
Tomó a Shoyo por la playera y lo vió fijamente a los ojos.
No había duda... Aquellos ojos... Y sobretodo... Aquel aroma a durazno...
— ¡Te dije que quería verte en las nacionales, no que quería jugar en el mismo equipo! – le gritó repentinamente.
No eso no era lo que quería decirle... Quería decirle que estaba feliz de verlo.
— ¿Eh? ¿Tanto dudas de tu talento? – dijo Hinata.
Kageyama chasqueó la lengua.
— ¿Por qué debería de dudar de mí? ¡Tú eres el que no tiene las habilidades para jugar conmigo! Lo dejaste muy en claro ese día – respondió Tobio.
— ¡No soy el mismo de hace un año!
— ¡Yo tampoco!
— ¡CHICOS! ¡ESCUCHENME SI NO QUIEREN QUE RECONCIDERE SU ESTANCIA EN EL EQUIPO! – gritó finalmente el capitán.
Ambos se acomodaron de inmediato callandose.
No había sido el reencuentro que ambos esperaban.
![](https://img.wattpad.com/cover/336910104-288-k798120.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Secreto | Terminada |
FanfictionHinata Shoyo es un chico que acaba de entrar a la preparatoria, lo cual significa un nuevo comienzo donde nadie conoce su pasado. Por primera vez utilizaría el uniforme que lo representaba y entraría al equipo de voleibol, rezaría porque nadie desc...