El domingo amaneció algo nublado y lluvioso, cómo si el clima se hubiera puesto de acuerdo con el estado anímico de Mike. Se levantó muy temprano, después de dar miles de vueltas en la cama sin encontrar una posición cómoda. Su mente estaba siendo amenazada por un montón de pensamientos a la vez que no lo dejaban descansar en paz.
No podía sacarse de la cabeza la conversación que tenía pendiente con Anna ni el hecho de tener que enfrentarse con Dave en algún momento. Eso le daba terror, porque había formado un vínculo de amistad muy sólido con el joven y no le gustaría que todo eso quedara reducido a cenizas sólo porque la relación con su hermana no haya prosperado.
Además estaban iniciando lo de la banda.. ¿Cómo se tomaría Frank que dos de sus miembros se hayan peleado a muerte por una mujer? Eso no se vería nada bien. Se hundirían antes de empezar y él jamás se lo perdonaría.
Chester seguía durmiendo plácidamente en su lugarcito de la cama. Estaba acostado boca arriba con un brazo sobre la cara, tapándose los ojos. Tenía medio cuerpo cubierto con la sábana, dejando a la vista su abdomen marcado, su pecho tatuado y parte del elástico de sus bóxers negros. Mike lo observaba desde la silla de su escritorio mientras disfrutaba de una taza de café.
El rubio también formaba parte de su sinfín de pensamientos alborotados. Haberlo conocido había puesto su mundo patas para arriba. Nunca imaginó que se le iba a meter tan adentro del alma, en tan poco tiempo y de ese modo tan abrupto. Pero ya nada ni nadie iba a poder sacarlo de ahí, estaba clavado a sus huesos y adherido a su sistema como una capa más de piel. Estaba locamente enamorado, de una manera de la que nunca antes había estado de nadie. Ni siquiera de su primera novia, cuando tenía 14 años.
Chester se había convertido en su todo para él y estaba decidido a pelear por ese amor a capa y espada. Sin importarle la opinión ajena. Ni que pensaran sus padres o amigos. Lucharía por hacerlo feliz y ser feliz a su lado. Después de todo ese chico sexy que dormía en su cama le había demostrado cuánto lo quería. Le había abierto su corazón contándole las cosas trágicas de su infancia y había confiado en él para confesarle que su padre lo golpeaba. No podía fallarle. No podía hacerlo sufrir más de lo que ya había sufrido en toda su vida. No se merecía más dolor y soledad, sino todo lo contrario.
En ese momento sintió deseos de acercarse y acostarse a su lado. Su tranquila respiración le transmitió paz. Envolvió su cuerpo con su brazo y lo sintió removerse. Pero Chaz no se despertó, solo giró y se acomodó de costado dándole la espalda. Entonces Mike lo destapó para tener una mejor vista de su hermoso trasero, el cual se marcaba de forma perfecta dentro de esa prenda interior ajustada. Al moreno se le hizo agua la boca, y no tuvo mejor idea que despertarlo para jugar un poco. Estaba excitándose con el solo hecho de rozar su piel y no veía la hora de follárselo de nuevo. Así que sin dilatar más el asunto, empezó a llenarlo de besos húmedos por todos lados: la nuca, el cuello, la espalda... hasta que llegó al borde de sus bóxers. Ahí se detuvo y se concentró en bajarse un poco su propia ropa interior, lo suficiente para que su erección quedara fuera de la prenda. Y luego deslizó el calzoncillo de Chester hacia abajo. El rubio seguía dormido, era sorprendente el sueño pesado que manejaba. Mike le mordió el lóbulo de la oreja y recién ahí hubo reacción.
-¿Mike sos vos?- preguntó sentándose de golpe en la cama, con la voz somnolienta y los pelos apuntando a todas las direcciones. Mike no pudo resistir las ganas de reírse al verlo en ese estado, tan hermoso y tierno, recién levantado. El rubio estaba todavía en el limbo. No sé había despertado del todo. Se refregó los ojos y después lo miró fijo sin entender absolutamente nada. Para empezar porqué tenía el bóxer por las rodillas... -¿Ibas a violarme?- le cuestionó incrédulo, pero a la vez sin evitar esbozar una sonrisa pícara.
-Bueno.. dicho así suena horrible.. Digamos que quería despertarte con un buen orgasmo- le respondió Mike al tiempo que lo tomaba de los cachetes y le encajaba un beso. -¿Te dijeron alguna vez lo precioso que te ves apenas te levantas?-. Chester se rió y le correspondió el beso con ganas.
-No, nunca.. pero me encanta que me lo digas vos.. Te adoro Micky- y acto seguido lo empujó contra el respaldar y se sentó sobre él, habiéndose sacado por completo el bóxer primero.
-Ahora vamos a terminar lo que empezaste Shinoda, no me vas a dejar así- le susurró con una voz exageradamente sensual, mientras le señalaba su erección que ya se había despertado y estaba más que lista para la acción.
Y así arrancaba esa mañana dominguera, con una espectacular sesión de sexo entre los dos. Mike disfrutó al máximo del cuerpo del rubio, sin pensar en nada que no sea dejarse llevar por el placer y la euforia que le producía ese íntimo momento que estaban compartiendo.
Más tarde resolvería esos conflictos que tanto lo atormentaban.
Dos horas después se encontraban los dos en la cocina disfrutando de un sabroso desayuno. Mike tomándose otra taza de café. Chester había preparado unos panqueques, advirtiéndole que serían los mejores que probaría en toda su vida.
-Voy a mandarle un mensaje a Anna para ver si esta tarde podemos juntarnos a conversar- manifestó de repente, haciendo que Chester se ahogara un poco con su café. -En algún momento tengo que hablar con ella, no puedo seguir dilatándolo-. Eso era cierto, cuanto más pronto se aclararan los tantos, más rápido podrían ventilar su relación amorosa con el resto de la banda. A Chester también le preocupaba la reacción de Dave, no quería que el muchacho lo odiara o dejara de hablarle porque se había enamorado de Mike, provocando de esa manera que su relación con Anna terminara. En este conflicto no había culpables, sino sólo personas buenas que se habían equivocado. Pero aunque nadie lo quisiera así, siempre en estos dilemas sale alguien lastimado. Y en este caso esa persona sería Anna.
Mike le mandó un mensaje y coordinaron verse esa tarde a las 18hs en un café cercano a la casa de ella. Chester le deseó mucha suerte, que no se sintiera mal por lo que estaba a punto de hacer. Peor sería engañarla o mentirle con una relación de amor que no existe. Ella debía entender que no estaban destinados a estar juntos, que el futuro de Mike estaba al lado de otra persona y que ya aparecería el hombre indicado que la hiciera feliz.
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Amor incomprendido
RomanceEsta es una historia de superación, amistad, respeto, muchísimos obstáculos para lograr un mismo objetivo.. Pero principalmente amor puro, sincero y verdadero.. Esta es la historia de una banda, formada por seis amigos, y de todo lo que los llevó a...