Mike se despertó con el cuerpo entumecido y un dolor de cuello terrible, causantes de haberse dormido en el suelo. Se sentó y se frotó los ojos, al mismo tiempo que estiraba su espalda, la cual tenía acalambrada. Sentía un gran cansancio, como si hubiera corrido una maratón y no hubiese descansado nada. Pero se sentía increíblemente feliz y bendecido. La noche que había pasado junto a Chester había sido mágica. Mucho más hermosa que todas las que él había representado en sus sueños. Giró la cabeza y lo vio dormir, estaba dándole la espalda y un primer plano de ese culo tremendo que la madre naturaleza le había dado. Todavía ambos seguían desnudos, así que Mike aprovechó y se lo acarició con ganas. El rubio ni se inmutó. Así que probó de nuevo, esta vez cambiando su mano por su boca, y haciendo un recorrido con su lengua desde su nuca hasta ahí abajo, que era el punto de su cuerpo que más lo estaba excitando en ese momento. Cuando hizo contacto directo con su entrada y succionó con sus labios, Chester se removió incómodo y se volteó de golpe, causando que se chocaran de frente.
-¿Qué pasó?...- preguntó con voz somnolienta, mientras se masajeaba la zona dolorida en su cabeza.
Mike lo miró y no pudo aguantar la tentación de reírse. Se veía tan tierno todo despeinado, con la cara marcada por haber dormido apoyado contra el suelo y los ojitos semicerrados. Enseguida lo abrazó fuerte y le besó la boca dándole los buenos días.
-Nada pasó, solo que no pude resistirme a ese culazo que dios te dio y tuve que lamertelo.. perdón si te desperté de esa forma tan abrupta- le explicó, no pudiendo disimular la carcajada.
Chester no sabía si seguía dormido o había escuchado bien.. ¿Mike lo había lamido ahí?.. Que manera más sexy de despertar por la mañana, pensó. Pero no le respondió nada, solo lo miró de reojo, con una expresión de incredulidad plasmada en todo su rostro. Mike era un loco atrevido, capaz de llevarlo a la luna ida y vuelta con un solo toque. Y esa sensación de vértigo que le producía por todo el cuerpo le ocasionaba más y más ganas de tenerlo acurrucado en sus brazos para siempre.
Desperezandose estiró toda la columna, la cual le dolía bastante por la mala postura. Se miró a sí mismo y se dio cuenta de que aún estaba desnudo. Se habían dormido enseguida después de haber tenido sexo y ni se habían levantado a buscar alguna almohada o manta para taparse. El cansancio los había fusilado, provocando que ambos se queden dormidos ahí mismo en vez de caminar unos pasos y acomodarse en la cama.
-Me duele todo..- expresó Chaz, haciendo sonar su cuello. -Entre lo que ya me dolía por lo que pasó en mi casa, haber dormido en el piso duro no me ayudó en nada- agregó estirando las piernas y apoyando la espalda en la pared. Mike le agarró la mano y lo miró, mientras le acariciaba la palma suavemente:
-No fue buena idea dormirnos así, pero todo lo que sucedió antes lo compensa gratamente- le susurró con dulzura.
-Sí, en eso estamos de acuerdo, me encantó lo que compartimos.. tanto que tengo deseos de repetirlo- le confesó el rubio, mientras se relamia los labios. Y acto seguido se ubicó sobre el regazo de Mike, ya habiendo logrado que la erección del moreno vaya en aumento.
-Sos tan hermoso...- le dijo mientras le besaba el cuello, y le mordía el lóbulo de la oreja. -Me encantas de un modo que no creo que puedas siquiera imaginártelo-. Mike sí que podía tener una clara idea de eso, porque a él le pasaba lo mismo. Chester lo volvía completamente loco, era capaz de todo por él y por hacerlo feliz.
-Vos también me encantas, y me muero de ganas de probarlo todo a tu lado- le respondió con suma sinceridad. Se estaba sumergiendo de lleno en esa relación, como si se tirara desde un avión en paracaídas. Y con la confianza de que al caer no se haría ningún daño.
Porque sabía que Chester era incapaz de lastimarlo. Tenía un alma tan pura y bondadosa, un corazón tan grande que solo cabía amor verdadero en él. A pesar de todo lo que lo habían herido, de todo lo que había sufrido a lo largo de su corta vida, Chaz no demostraba ningún tipo de rencor o enojo en su interior. Él contagiaba su espíritu aventurero, su alegría desbordante a todo el que lo rodeaba. Era como un niño curioso, hiperactivo, enérgico, que sólo necesitaba ser comprendido y amado.
Y Mike estaba dispuesto a curar cada herida de la cual había sido víctima en el pasado así como también cambiar la realidad de su presente, con la convicción de que sería
gracias a todo el amor que tenía reservado para él.
Se besaron un rato en esa posición, uno sentado sobre el otro. Luego decidieron que ya era tiempo de comer algo, debido a que no habían cenado y sus estómagos les estaban pasando factura.
Mike miró la hora en su teléfono. Eran las 9 de la mañana, un horario perfecto para desayunar. Se levantaron y se vistieron, después de buscar sus prendas por cada rincón de la habitación. Chester optó por dejarse la camisa desprendida, cosa que le encantó a Mike, ya que podía seguir maravillandose con su atractivo físico. Tomados de la mano, se dirigieron a la sala, donde la bandeja de snacks que Mike había preparado anoche seguía intacta. Decidieron que comerían eso más unos cafés, que fueron a prepararse a la cocina.
Mientras Mike buscaba las tazas, ponía a calentar el agua en la caferera y buscaba en la alacena algunas galletas para acompañar el desayuno, Chaz se acomodó en una silla y lo miraba atentamente yendo de un lado a otro con la cara apoyada en ambas manos.
-¿Qué se supone que somos nosotros ahora? ¿Simplemente amigos, amantes, amigos con derechos?- le preguntó de repente, con un tono aniñado.
Mike dejó de hacer lo que hacía y se volteó a verlo fijamente. Era una buena pregunta, pero él no sabía a ciencia cierta qué responder. Todas las opciones eran válidas. Así que después de darle mil vueltas en su cabeza, le contestó:
-Creo que somos las tres cosas.. Amigos principalmente porque nos llevamos bárbaro y confiamos plenamente el uno en el otro más allá del poquito tiempo que nos conocemos.. amantes porque ya nos entregamos en cuerpo y alma, y amigos con derechos porque los amigos que no los tienen no se besan así...- y tomándolo fuerte del cuello de la camisa le dio un beso que lo dejó flotando como un globo de helio. Le pasó la lengua por toda la boca, por esa boca tan sensual que tenía, sintiendo cosquillas de excitación cuando ésta le rozó el piercing. Le mordió el labio inferior con ganas, haciendo que el mismo sangre un poco debido a que todavía lo tenía sensible por la paliza que su papá le había propinado.
Chester enseguida se llevó una mano al labio lastimado, al sentir el gusto a sangre y Mike se disculpó un poco apenado.
-Ay mi amor perdón.. no quise hacerte daño...- le dijo con la voz un tanto quebrada. El rubio lo miró frunciendo el ceño, olvidándose completamente del dolor que la mordida le había ocasionado, él estaba más interesado en esas dos palabras que el moreno había pronunciado seguramente sin darse cuenta.
-¿Cómo me llamaste?- le preguntó totalmente cautivado, mientras le dedicaba una mirada pícara. Mike se puso colorado, al ser consciente de lo que había dicho. Le había salido del alma, sin detenerse a considerar qué tanto esas dos simples palabras podrían significar en el otro. Fue una frase dicha casi por inercia, cuando lo vio con esa expresión tan dolorida al haberlo lastimado. Tenía que aprender a controlarse y ser un poco más cuidadoso, no quería sumarle más maltrato físico del que ya venía soportando hace años. Pero a veces controlarse le era sumamente difícil, Chester lo provocaba muchísimo e incluso en ocasiones no era consciente de ello. Con el solo hecho de sonreír y hablarle, Mike ya estaba sumergido en un océano de placer y vibrantes sensaciones.
-Perdón, lo dije sin pensar- se disculpó bajando la mirada al piso. Chester no pudo evitar enternecerse al notarlo tan vulnerable, creyendo que él se había ofendido por ese mote cariñoso, cuando en realidad había sido todo lo contrario. Se acercó y lo abrazó fuerte, luego le revolvió el pelo mientras le decía entre risas:
-Ay Micky, ¿porqué me pedís perdón? Fue hermoso lo que me dijiste.. me pone muy contento ser tu amor.. vos también sos el mío- y dicho eso le plantó un beso en la nariz, logrando que el corazón de Mike galopara a toda velocidad.
Luego se sentaron en el futon de la sala a desayunar. Saborearon sus bebidas calientes y disfrutaron de los bocadillos.
Chester no dejaba de pensar en el crucial momento en que tendría que regresar a su casa por sus cosas. Le ocasionaba verdadero pánico acercarse siquiera a la puerta. No quería que lo golpearan, no de nuevo. Ya estaba muy cansado de ser sometido a tanta crueldad. No se lo merecía. Él no le hacía daño a nadie, por eso no lograba entender porque tanta zaña. Porque tanta bronca hacia su persona. No comprendía porqué su papá lo odiaba tanto, cuando él jamás había dicho o hecho algo tan grave como para enfadarlo de ese modo. Quizás sí, y eso había sido nacer, pero él no había pedido venir al mundo. Y si hubiera sabido que su vida iba a estar plagada de maldad y sufrimiento, lo mejor para él habría sido morirse apenas salido del vientre. Así no le causaba molestias a nadie. Y todos serían felices.
Un apretón suave en su pierna lo hizo volver a la realidad. Mike tenía la mano apoyada sobre su rodilla y lo estaba mirando con total interés por saber qué lo tenía tan perdido en sus pensamientos.
-¿Estás bien?- le preguntó con evidente preocupación, al notarlo tan callado y con la mirada clavada en un punto fijo de la pared. Chester giró el rostro y lo miró, luego tragó saliva y decidió contarle acerca de sus traumas.
-Toda mi vida me pregunté si algún día sería feliz, si alguna vez el corazón me dejaría de doler.. Estoy cansado de ser víctima de tanto maltrato innecesario, creo que no me lo merezco, pero al mismo tiempo pienso que por algún motivo pasan las cosas..- comenzó diciendo, sintiendo que estaba desnudando su alma con él, con la total seguridad de que Mike juntaría los pedazos y los volvería a unir como si se tratara de un rompecabezas.
-Ser sometido a tantos golpes, a tanta agresión desde muy chiquito te hace crecer de golpe.. te obliga a hacer cosas no acordes a tu edad.. solo para poder evadir tanta violencia física.. Y yo caí en eso, no tuve alternativa, necesitaba algún ansiolitico que me ayudara a sobrellevar tanto sufrimiento y probé marihuana por primera vez a los 12 años, luego le siguieron otras drogas más fuertes como el éxtasis o la cocaína.. todo para que mi cuerpo estuviera anestesiado cuando a mi papá se le ocurriera golpearme.. Aún soy un adicto en recuperación, trato día a día de rehabilitarme pero la abstinencia a veces me pasa factura y tengo mucho miedo de volver a consumir.. La última vez que mi papá casi me rompe todos los huesos estuve a punto de volver a caer.. tenía muchísimas ganas de drogarme tanto hasta morirme de una puta sobredosis y no existir más.. pero tu cara se me vino a la mente en ese momento, no podía dejarte de ese modo tan horrible y no vernos más.. ni en la otra vida iba a poder perdonarmelo..-.
Mike estaba estupefacto, sin poder reaccionar a lo que estaba escuchando. Todo lo que Chester narraba parecía salido de una película de terror. Era inhumano tanto sufrimiento en una sola persona. Tanta violencia, tanto maltrato físico y psicológico. No pudo evitar que las lágrimas empezaran a escurrirse por sus mejillas, y acto seguido lo tomó fuerte de las manos para hacerle saber que ahora lo tenía a él para protegerlo de todo. Que podía refugiarse en sus brazos, que ya nunca más se sentiría solo.
Chester también había empezado a llorar silenciosamente. Sin poder evitarlo al revivir tanta amargura acumulada en su cuerpo. Tantos años sumido en una depresión inmensa, producto de la cantidad de abusos que había recibido.
-Espero que ahora que te conté toda mi historia, que sabes que soy un maldito adicto, no desees abandonarme porque si es así, te juro que me termino de morir- le susurró con la mirada triste, mientras se limpiaba las lágrimas con el dorso de la mano.
Mike no podía soportar escucharlo hablar así. Cómo era capaz de creer que él iba a dejarlo cuando cada minuto que transcurría a su lado se enamoraba más. Le acarició con ternura la cabeza y mirándolo fijo a los ojos, le confesó con la voz más firme que fue capaz de emitir:
-No quiero que pienses nunca más así de mí.. Jamás se me cruzaría dejarte, no te das una idea de todo lo que siento por vos.. No me importa si sos un maldito drogadicto o todo lo que te llevó a serlo, solo me importa verte feliz, hacerte feliz, quiero que confíes en mí, que sepas que deseo cuidarte y verte bien.. No quiero que sufras más, vos no te lo mereces.. sos tan bueno, tan lindo.. No sos ni un poco consciente de lo que provocas en los demás con tan solo sonreír.. De todo lo que provocaste en mí desde que te vi.. De todo lo que me estás provocando ahora mismo.. Te amo Chaz, con cada partícula de mi organismo- y sin dejarlo responder, envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo besó con todas sus ganas. Haciéndole saber que ahora transitarían el camino de la vida juntos.
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Amor incomprendido
RomanceEsta es una historia de superación, amistad, respeto, muchísimos obstáculos para lograr un mismo objetivo.. Pero principalmente amor puro, sincero y verdadero.. Esta es la historia de una banda, formada por seis amigos, y de todo lo que los llevó a...