Cap. 10: El cumple de Chaz🎂 (primera parte)

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La semana se pasó rapidísimo. Entre ensayos, trabajo y juntadas de amigos cuando se quisieron acordar el bendito viernes había llegado.
Mike estaba ansioso por poder celebrar junto a Chester su cumpleaños. Tenía muchas ideas en mente para sorprenderlo en su día especial. Quería hacerle un regalo que le hiciera saber cuánto lo amaba. Algo que lo dejara con la boca abierta. Pensó en comprar unos anillos para simbolizar su relación, o alguna medallita con sus iniciales. También en escribirle una carta donde le declarara con lujo de detalles todo lo que sentia por él. Quería darle su obsequio a solas, aunque también la idea de entregárselo en el festejo de esa noche frente a todos los chicos lo seducía bastante. Le había dado tantas vueltas en su cabeza a cómo iría a confesarles a sus amigos lo suyo con el rubio que ya nada le parecía del todo correcto. Tenía miedo de hacer el ridículo, quedarse afónico de los nervios o no saber cómo expresarlo de un modo sencillo y poco vergonzoso para que todos lo pudieran entender. Y además teniendo en cuenta que al hacer público su amor, Dave iba a enterarse que ya no salía con su hermana. Pero sea como sea, esa noche todos se iban a enterar de que amaba a Chester y que estaban juntos.
Aprovechando que el rubio dormía hasta tarde, fue hasta la panadería más cercana y compró un pastel. Además encargó unos bocadillos dulces y salados y varias bebidas. También compró un montón de globos de colores, serpentinas, unas velas con el número 20 y un champán para hacer un brindis. Estaba sumamente entusiasmado, quería estar en cada detalle, que todo saliera perfecto y no dejar nada librado al azar. Éste tenía que ser el mejor cumpleaños de toda su vida. Tenía que recordarlo por siempre, no sólo por ser el primero que festejaban juntos sino porque sería el primero de miles que Chaz lo pasaría feliz y acompañado. Ya todos esos cumpleaños tristes y solitarios formarían parte de un pasado bien lejano.
Al final se decidió por ambos regalos, creyó que uno solo no sería suficiente, que su adorado Chazy se merecía más. Fue hasta una joyería del centro y compró un par de anillos, los cuales hizo grabar con sus nombres y la fecha (tomarían como fecha oficial del inicio de su romance ese sábado 20 de marzo ya que sería el día en que compartirían su historia de amor con sus seres queridos). Y además adquirió una cadenita cuyo dije eran sus iniciales entrelazadas. Le pidió al joyero que metiera todo dentro de una cajita aterciopelada y le escribió una dedicatoria en la tarjeta. Sabía que al rubio le iba a encantar todo eso, porque él es una personita muy romántica y sensible, típico del signo de Piscis... sentimental al extremo y Mike amaba todas esas facetas de su personalidad. Así que salió de la joyería sumamente contento, pensando en cuál sería su reacción al momento de hacerle entrega de su regalo.
Una vez que volvió a su casa, dejó todo listo y escondido para que Chester no lo viera hasta la noche. Y luego se dirigió a la cocina a preparar un rico desayuno para cuando su amigo se despertara.
Había organizado con los chicos para que lo pasaran a buscar a la tarde con la excusa de ir de compras cumpleañeras, mientras él se quedaba en casa preparándole la sorpresa.
Al final todos habían llegado a la conclusión de que era mejor juntarse en la casa de Mike para festejar el cumple de Chester y después sí salir a bailar y tomar algo por ahí con motivo de celebrar que ya eran una banda con nombre, contrato firmado y lista oficial de canciones.
Chester asomó la nariz por la puerta de la cocina una vez que Mike había preparado todo sobre la mesa. Entró refregándose los ojos y en estado de zombie debido a que todavía seguía medio dormido.
Tambaleándose se acercó a una silla y se sentó, a la vez que manoteaba una tostada de la bandeja. Mike lo miró con una media sonrisa y le alcanzó una taza de café.
-Buenos días dormilón- le dijo al tiempo que le daba un besito en la cabeza. -Espero que hayas descansado bien porque hoy tenemos joda con los chicos y además hay que celebrar tu cumpleaños-. Chaz le dirigió una mirada cansada, todavía tenía sueño pero a la vez muchas ganas de salir a divertirse con sus amigos. Éste sería un cumple sumamente especial, ya que era el primero con Mike y eso lo traía algo ansioso y con el corazón un poco alborotado.
-Gracias por el desayuno Micky, gracias por preparar todo esto para mí- le respondió sonriéndole con calidez. Mike dentro suyo pensaba: "Si te pones contento con un simple desayuno, te vas a morir de amor cuando veas todo lo que te tengo preparado", pero en cambio le dijo:
-De nada Chaz, vos te mereces todo, espero que esta noche pasemos un momento increíble-. Chester no dudaba de eso, sabía que su vida poco a poco había empezado a cambiar, que ahora tenía a su alrededor personas buenas que lo querían sanamente, que se había alejado de los vicios y que su padre ya no iba a volver a lastimarlo. Nada podía salir mejor. Aunque no pudo evitar pensar en su madre, como estaría ella ahora, como sobrellevaría su ausencia, como habría reaccionado su papá cuando descubrió que él se había ido de la casa. Todos esos pensamientos lo marearon un poco, así que prefirió no seguir atormentándose y decidió que llamaría a su mamá al día siguiente. No estaba seguro si se acordaría de escribirle por su cumpleaños, pero de todas formas vería el modo de comunicarse con ella para conversar un rato. Realmente la extrañaba.
Un chasquido frente a sus ojos lo hizo volver a la realidad. Mike lo estaba mirando con suma atención, preguntándose en que se había quedado pensando tanto. Chester sacudió la cabeza y le dedicó una sonrisa atrevida, como haciéndole creer que se estaba imaginando cosas sucias. De repente se había logrado despabilar por completo.
-¿De verdad queres saber en que estaba pensando?- le preguntó, a la vez que lo tomaba con fuerza del brazo y lo sentaba sobre sus piernas. Mike se mordió los labios, sumamente excitado por esa reacción imprevista de su amigo. Lo abrazó por el cuello y lo miró fijo a los ojos, mientras asentía lentamente. Entonces Chester le pasó la lengua por la boca, haciéndolo vibrar encima suyo. Ya se estaba empezando a calentar, tener a Mike en esa posición lo encendía muchísimo.
-Pensaba en las millones de maneras en las que te voy a follar esta noche.. como regalo de cumpleaños te deseo a vos desnudo y atado a la cama, dispuesto a que te haga de todo- le respondió en un jadeo, logrando que el moreno se refregara sobre su erección de forma lenta y pausada.
-No sé si voy a poder esperar hasta la noche.. me estás volviendo loco ahora mismo..- le susurró con la voz un poco agitada. -Podemos tener un rapidito ahora, en la ducha si te parece.. mi pene te lo va a agradecer- agregó mientras lo besaba con desesperación. Chester no puso ninguna clase de resistencia, así que ambos se levantaron y se encaminaron hacia el baño, dispuestos a comenzar el día con una sesión de sexo renovador.
Entraron a la habitación a los besos, llevándose todo por delante. Mike lo sujetó fuerte por la cintura y lo volteó, poniéndolo de espaldas a él y teniendo así un mejor acceso a su cuello, el cual estaba llenando de lamidas y mordiscos. Caminaron en esa posición hasta el baño. Chester se giró y lo estampó contra la pared de mosaico, mientras le repartía besos ardientes por todas partes.. la boca, el cuello, el pecho, el estómago. Hasta que rozó el borde de sus bóxers con la lengua y acto seguido se los deslizó hacia abajo lentamente con los dientes. Mike estaba sumamente perdido en la imagen sexy y desinhibida que tenía enfrente. Cuando Chester estaba en modo atrevido y se animaba a cumplirle sus más eroticas fantasías, el placer que sentía por dentro era descomunal. Tiró la cabeza hacia atrás y se dejó llevar por el momento. El rubio fue bajando despacito por su cuerpo, lamiendo cada centímetro de piel, hasta que llegó a su palpitante erección que ya estaba desesperada por sentirlo ahí. Se arrodilló y sin juego previo se la introdujo a la boca haciéndolo volar hasta Saturno. Mike no era capaz de explicar con palabras las millones de sensaciones que le producía la excelente mamada que estaba recibiendo. Chester era un experto en eso, se notaba. La manera en que le lamía el glande con tanta sensualidad, como subía y bajaba su lengua, como tiraba apenas de su piel sensible con los dientes, como se lo metía hasta casi la garganta. El placer era extremo. Sentía todo su cuerpo vibrar y como se le iban aflojando las piernas. En un momento se lo sacó de la boca y decidió hacerlo acabar con la mano, masturbándolo de un modo salvaje y rudo, mientras lo miraba desde abajo con completa seducción y mordiéndose el labio provocativamente.
-Ahhh eso estuvo fascinante.. tu boca me encanta, me produce tantas cosas..- le susurró, levantándolo por los pelos y besándolo con furia. -Ahora me toca a mí darte un regalo adelantado de cumpleaños- agregó con la voz muy ronca, al tiempo que lo empujaba hasta la ducha, y le bajaba el bóxer con brutalidad. Chester se dejaba hacer, estaba completamente hechizado y dispuesto a que ese hombre, que lo excitaba de miles de maneras, realizara cualquier cosa que le plazca con él. Después de todo ambos eran muy conscientes de lo que provocaban en el otro.
Entraron a la ducha y Mike abrió la canilla del agua fría, dejando que ésta se escurriera por su piel que estaba hirviendo. Luego lo empujó a Chester bajo el chorro, haciendo que el agua lo empape por completo. Y ahí lo besó con todas sus ganas, al mismo tiempo que acariciaba todo su hermoso cuerpo. Su piel caliente y mojada lo estaba provocando demasiado, ya no podía esperar más para hacerlo suyo de nuevo. Chester se dio la vuelta y apoyó ambas manos sobre la pared, como dándole la invitación perfecta, como diciéndole que estaba listo para recibir su obsequio de cumpleaños. Mike se relamió los labios, mientras le dirigía una mirada llena de perversión saboreándolo entero. Aún le costaba asimilar que todo ese sexy cuerpo le pertenecía, que ese culo tremendo era solo suyo. Sin poder contenerse, se apretó contra él y le empezó a acariciar la erección sintiendo como la misma le palpitaba en la mano. Podía sentir como el rubio gemía, como se estremecía ante cada toque. Luego dirigió su otra mano a su entrada, rozándole apenas la zona con la punta de sus dedos. Toda la escena entre los dos era tremendamente sensual y erotica, como sacada de una película. Y sumándole la lluvia que los mojaba estrepitosamente, la cual le daba ese magnífico toque final.
Chester tembló cuando sintió que uno de los dedos de Mike se introducía en él. La sensación era mortal. Su cuerpo ya se estaba preparando para sentir el enorme miembro del moreno en su interior. Echó la cabeza hacia atrás, sumamente excitado y sin importarle que las gotas de la ducha se le introducieran en la boca, la cual tenía entreabierta producto de sus gemidos.
-Prepárate rubio porque te voy a partir en dos- le susurró al oído con una voz tan cachonda que pensó que se iba a correr incluso antes de que lo penetrara.
No pudo emitir palabra alguna cuando sintió la fuerte embestida que casi lo hace estrellarse contra la pared, al sentir que sus muñecas le fallaban y no podían soportar su peso. Una corriente eléctrica lo sacudió entero. Mike empezó a moverse con total salvajismo, entrando y saliendo de él con un ritmo frenético. Chester estaba en otra dimensión, totalmente dominado por ese hombre que lo estaba llevando al borde del delirio absoluto. Nunca antes su cuerpo había sido víctima de tanto placer, uno capaz de hacerlo olvidar hasta de su propio nombre. Y estaba tan feliz de haber encontrado a su hombre, su otra mitad, una persona capaz de ser amable y ruda, cariñosa y salvaje, dulce y atrevida, todo al mismo tiempo. Ese era Mike, un chico increíble que se había aparecido en su vida justo cuando él creía que ya nada iba a hacerlo salir de esa miseria en la que estaba sumergido. Pero ahí estaba él, esperándolo con los brazos abiertos, mirándolo con sus ojitos achinados, su sonrisa despampanante, sus oyuelitos, su pelo azabache todo despeinado. No podía estar más enamorado, no podía amarlo más, su corazón estaba completamente flechado por él y dispuesto a todo por su amor. Y otra cosa no menos importante... ¡era extremadamente bueno en la cama! Y en otros lugares también, como el suelo o la bañera 😉.. Todo Mike era perfecto para él.
Luego de terminar, salieron de la ducha y entre besos y caricias, se dirigieron a la habitación a elegir que atuendo usarían ese día. Mike optó por un jean negro, remera blanca con la estampa de una banda de rap y zapatillas Converse negras. Chester se decidió por una remera azul lisa, un jean negro con unas cadenas que colgaban del cinturón y zapatillas botitas negras. También se colocó una gorra con la visera hacia atrás, que según la apreciación de Mike lo hacía ver más adolescente de lo que era. Un look muy rebelde y quinceañero, que a Mike le parecía sumamente sexy y adorable.
-Estás hermoso así vestido.. no te quedes muy quieto que te desnudo y te vuelvo a follar contra la pared- le declaró Mike mientras lo abrazaba fuerte de la cintura. Estaba descontroladísimo. Nunca había sentido tantos deseos de hacer el amor con una misma persona tantas veces seguidas, sintiendo que cada vez que eso sucedía su cuerpo necesitaba más y más. Como que nunca obtenía suficiente placer. Tenía que volver a repetir la acción hasta quedar inconsciente. Hasta agotar cada gota de sudor de su cuerpo.
Chester tenía la mirada prendida fuego, los dichos de Mike tenían el efecto que él buscaba, lo volvían loco, lo invitaban a pecar una y otra y otra vez.
-No me lo digas dos veces que ya me estoy quitando la ropa.. tengo tantas cosas en mente para hacer con ese precioso cuerpo que tenes- le respondió apretándose contra él y besándole con ansias el cuello. Mike estaba en llamas, pero tuvo que controlar sus hormonas que volaban por las nubes. Su idea era saciarse por completo a la noche y no cansarse en ese momento cuando todavía les esperaba un largo y maravilloso día.
-Paremos acá mejor.. tenemos cosas que planear para hoy.. no desgastemos todas las energías ahora- le dijo separándose despacito del abrazo apretado que los envolvía. Chester lo miró haciendo un puchero pero estuvo de acuerdo. Ya tendrían tiempo de revolcarse salvajemente esa noche. Ahora había que enfocarse en lo importante que eran los preparativos de su fiesta de cumpleaños y la celebración con todos los chicos.
Tres horas después se encontraban en la sala jugando video juegos cuando sonó el timbre. Mike se acercó a la puerta para abrir y del otro lado estaba un eufórico Rob que traía en sus manos varias bolsas con vaya a saber uno qué.
-Holisssss acá llegó el alma de la fiesta- exclamó a los gritos mientras pasaba y acomodaba las pesadas bolsas sobre el sillón. Mike lo observó entre risas mientras cerraba la puerta y se acercaba con curiosidad a su amigo.
-¿Qué trajiste, toda tu casa ahí dentro?- le preguntó señalando los paquetes y abriendo apenas algunos para chusmear que contenían. Rob le pegó un manotazo haciendo que sacara rápidamente la mano, y lo mirara con fastidio. Luego dirigió su mirada a Chester, el cual todavía seguía con el jostick en la mano y completamente ajeno a lo que sucedía.
-Chaz querido... No te digo feliz cumpleaños porque da mala suerte festejar por adelantado.. pero acá traje muchas cositas para hoy a la noche- le expresó con alegría, al tiempo que se sentaba brutalmente en el sillón y lo abrazaba fuerte. Chester soltó el mando del juego y le correspondió el abrazo, muy contento de tenerlo ahí con él. Después dirigió sus ojos hacia las bolsas, con mucha intriga por saber qué cosas su amigo había comprado para la ocasión.
-¿Puedo ver?-preguntó con inocencia, como si fuera un nene pequeño pidiéndole permiso a su madre. Rob asintió y le entregó una bolsa en particular, la más pequeña de todas, mientras lo observaba con ternura.
-Este es un regalo de parte de la banda.. hasta Frank quiso participar.. ábrelo, esperamos todos que te guste-.
Chester tomó la bolsa y la abrió con manos temblorosas. Era el primer regalo de cumpleaños que recibía en años. No pudo evitar emocionarse mucho y empezar a lloriquear.
-Ahhh es hermoso, me encanta, gracias Rob, gracias a todos!- expresó con total sinceridad, mientras lo abrazaba y se secaba las lágrimas con el dorso de la mano. No podía dejar de observar con enorme gratitud el regalo que todos sus amigos habían realizado pensando en él. Se trataba de un portarretratos con una foto grupal que se habían sacado en el estudio el día que grabaron Runaway. Todos estaban haciendo poses graciosas, hasta Frank parecía un adolescente más sacando la lengua a la cámara. Era un recuerdo invaluable.
Mike se sumó al abrazo y le frotó la espalda suavemente. Verlo tan feliz le hacía explotar el alma de felicidad. Y esto era recién el principio de todo. Todavía le faltaban muchísimas sorpresas por descubrir. Muchos regalos por abrir. Y la frutilla del postre que era la declaración pública de esa noche y la recompensa final.. los dos solos en ese lugar que Mike había reservado exclusivamente para homenajearlo en su día.
Los tres chicos acomodaron los víveres en la cocina. Dentro de una de las bolsas también había pelucas y accesorios de carnaval carioca para el festejo.
-En un rato pasa a buscarnos Brad para ir a comprar tus regalos al centro comercial- le dijo Rob entusiasmado, al tiempo que le guiñaba disimuladamente el ojo a Mike. -Tenemos que comprarte ropa chula para que estrenes esta noche-.
-No hace falta comprarme nada, estar con ustedes celebrando es mi mayor regalo- respondió Chaz con honestidad pero Rob insistió en que era necesario hacer compras, que un cumpleaños no podía ser llamado como tal sino recibías regalos y no tenías ropa linda para lucir. Chester se rió derrotado y totalmente convencido por las palabras de Rob. Decidió que ir de shopping con sus amigos no era tan mala idea después de todo.
Media hora después Brad tocó bocina avisando que ya estaba en la puerta.
-¿Vos no venís?- le preguntó Chester a Mike, notando que éste no los seguía hacia afuera. Mike negó con la cabeza, explicándole que se quedaría organizando la casa para la noche, evitando por supuesto darle muchos detalles sobre eso. El rubio le dirigió una mirada triste, realmente quería disfrutar de la tarde de compras con él pero sabiendo que no iba a hacerlo cambiar de opinión, se giró sobre sus pies y se fue junto a Rob a encontrarse con Brad y el resto del grupo que los esperaban en el auto con la música a todo volumen y sumamente festivos.
Una vez que Mike se quedó solo, y sabiendo que los chicos iban a entretener a Chester varias horas, puso manos a la obra. Decoró toda la sala con los globos y las serpentinas. Puso en el medio un banderín rojo y negro que decía en letras blancas FELIZ CUMPLE CHAZ. Colocó el mantel más bonito. Sacó todos los bocadillos más los sándwiches de miga traídos por Rob y los puso sobre la mesa. Puso su vajilla más elegante, la misma que había utilizado aquella noche en la cena con Anna y sus copas de cristal para el brindis. Todo lucía perfecto. Por último dejó las bolsas con los elementos de cotillón sobre el futon, bien a mano para cuando la fiesta esté en su punto más alto con todos extremadamente borrachos y dispuestos a hacer el ridículo y sacarse fotos locas usando todo eso.
Miró el reloj que marcaba las 20hs. En cualquier momento los chicos iban a regresar. La ansiedad y los nervios lo estaban carcomiendo en ese instante. Apretaba con fuerza en sus manos la cajita aterciopelada con su regalo especial. Ya no había vuelta atrás. Todos sus amigos serían testigos de esa declaración. Y solo esperaba que ambos salieran airosos de esa situación embarazosa, sin herir a nadie ni arruinar la bella amistad que los unía.
El ruido de las llaves en la cerradura lo hizo estremecer. Guardó la cajita en su bolsillo y se sentó en el futon a esperarlos con una tranquilidad simulada. Chester abrió la puerta mientras se reía de algo gracioso que había dicho Dave y de pronto sus carcajadas fueron silenciadas por una exclamación de sorpresa en cuanto vio como estaba decorada la casa. Se acercó sigilosamente a Mike, el cual ya se había puesto de pie, y sin poder contenerse lo envolvió en un fuerte abrazo. Un abrazo que expresaba cómo se sentía, que le comunicaba todo lo que no era capaz de decirle con palabras en ese momento. Un abrazo cargado de sentimientos y emociones contenidas. Los demás chicos ya habían ingresado a la vivienda y estaban presenciando la bella escena.
Era conmovedor como Chester se había quebrado al ser testigo de la maravillosa sorpresa que tanto Mike como ellos habían preparado. Y era más que evidente que habían logrado sorprenderlo.
-Ayyyy chicos, me dejaron sin habla.. y miren que eso es difícil en mí- les comentó muy feliz, mientras los miraba con suma emoción en su voz. Luego le dio un abrazo cálido a cada uno, diciéndoles cuan agradecido estaba con ellos por ser así de buenos con él, asegurándoles que no se creía merecedor de tanta felicidad. Todos se abalanzaron sobre su cuerpo, haciendo un abrazo grupal, tirándolo de espaldas al futon, mientras le hacían cosquillas. Era un descontrol de muchas manos sobre él, haciéndolo reír hasta que la panza le empezó a doler. Para defenderse de las cosquillas que eran incluso hasta brutas, empezó a repartir manotazos pegándole sin querer un cachetazo a Brad que lo dejó dando vueltas como trompo.
-Perdón amigo.. no fue mi intención.. no me di cuenta- se disculpó totalmente apenado. Brad se sujetó la mejilla dolorida pero no lo miró enojado, sino que se empezó a reír a carcajadas como si estuviera loco. Todos empezaron a reírse de manera contagiosa por lo absurda que se veía la escena. Entonces Mike que estaba sentado junto a él, aprovechó la distracción de todos y le acarició la pierna disimuladamente, acercándose de a poco a la zona que le interesaba manosear. Le dio un apretón suave al bulto por encima del pantalón, provocando que Chester casi brincara del sillón. Luego le dirigió una mirada cargada de sensualidad al tiempo que le susurraba al oido:
-No te das una idea de lo muy excitado que estoy en este momento- y dicho así quitó la mano y se levantó a conversar con los chicos como si nada, dejándolo temblando como una hoja y con la entrepierna palpitándole dolorosamente.
Un rato después se sentaron todos a comer. Disfrutaron de todas las exquisiteces que había para saborear. Chester estaba como un niño en una dulcería, no sabía que probar primero. Y más agua se le hizo la boca cuando Mike colocó el enorme pastel en el centro de la mesa. El mismo era de chocolate, decorado por una cobertura de ganache y cerezas alrededor. Puso las velitas con el número 20 en el medio de la torta y las encendió. Faltaban solo 5 minutos para que el reloj marcara las doce en punto y por ende dé comienzo al cumpleaños de Chaz. Todos empezaron a aplaudir, al mismo tiempo que entonaban las estrofas de la típica canción infantil de feliz cumpleaños. Chester estaba sumido en una alegría desbordante y al mismo tiempo avergonzado de que todas las miradas estuvieran puestas en él esperando que sople las velitas. Antes de hacerlo pensó en sus tres deseos, sintiendo que todos ya se estaban cumpliendo. Su sueño de formar parte de una banda de música, sentirse rodeado de amigos de verdad y tener el amor de Mike. Infló grande sus cachetes y sopló fuerte, logrando que ambas velas se apagaran. Todos volvieron a aplaudir estruendosamente, a la vez que le dedicaban gritos eufóricos y palabras llenas de dedicatorias amables y amistosas. Después Mike abrió la botella de champán y sirvió el contenido de la misma en las copas, al tiempo que las repartía a sus amigos y proponía un brindis...
-¡Por Chazy, feliz cumpleaños!- dijeron todos al unísono y haciendo chin-chin.
Chester no daba más, sentía que en cualquier momento se iba a despertar y todo se iba a desvanecer lentamente frente a sus ojos. Su corazón no estaba acostumbrado a recibir tanta dicha junta. Y si eso lo hizo sentir rebosante de felicidad, ni en diez mil años luz estaría preparado para lo que vendría después. Mike se paró en el medio de la ronda que todos habían formado inconscientemente alrededor del cumpleañero, y sacando la cajita de su bolsillo lo miró a los ojos con todo el amor puro y sincero que era capaz de transmitirle. Luego se acercó a él y le estampó un buen beso en los labios al tiempo que le decía con la voz algo entrecortada por las emociones:
-Feliz cumple mi amor- y le hizo entrega de la cajita. Chester estaba pálido, se había quedado entumecido ante ese acto, que lo había tomado totalmente desprevenido. No supo que hacer ni que decir. Dirigió su mirada al resto de los chicos que estaban igual o peor de paralizados que él. El ambiente había quedado completamente en silencio. Hasta que Dave, que no demostraba ningún tipo de molestia o enojo en su postura corporal, decidió romper esa tensión incómoda que había quedado flotando en el aire.
-¿No pensas abrir el regalo?- le preguntó con tono divertido, logrando que su reacción tan fresca y natural dejara a Mike gratamente sorprendido. Al parecer saber que había dejado a Anna por Chaz no le producía ningún tipo de rencor. Y eso lo hizo respirar aliviado y poder concentrarse en la respuesta del rubio.
Chester miró a Dave y luego miró la cajita que sostenía en sus manos. Leyó primero la tarjeta, muriéndose lentamente de amor al ver todo lo expresado por Mike en esa sentida dedicatoria. Y después abrió despacito la caja sintiendo como las lágrimas descendían sin control por sus mejillas. Sacó los anillos, notando la grabación en ellos y le hizo entrega del suyo a Mike, colocándoselo en el dedo con suma lentitud, al tiempo que lo miraba a los ojos y sentía que se perdía por completo en ellos. Por último sacó la cadenita y observó el dije con sus letras iniciales entrelazadas. Ahí ya no fue capaz de soportar tanta emoción que lo estaba desbordando por cada poro de su piel, y se largó a llorar sin poder detenerse. Mike le colocó la cadena en el cuello y luego lo abrazó con fuerza, sintiendo que le empapaba la ropa con sus lágrimas pero eso no pudo importarle menos. Se fundieron los dos en ese abrazo eterno, que expresaba a gritos silenciosos lo mucho que se amaban.
La voz cantarina de Rob logró que se separen y lo observaran bastante avergonzados, pero felices y aliviados de que ya no tendrían que esconderse ni disimular delante de ellos.
-Yo algo sospechaba.. era muy curioso que ambos aparecían con marcas en el cuello al mismo tiempo o que en ocasiones actuaran raro, callándose de golpe cuando alguno de nosotros se acercaba o poniéndose colorados cuando hacíamos algún comentario subido de tono entre nosotros...-.
-O que Mike tuviera tantos deseos de preparar una sorpresa especial para el cumple de Chaz.. es lógico que somos tus amigos y todos te queremos, no te sientas mal, pero el entusiasmo de Mike ya era exagerado, como el de un novio muy enamorado- lo interrumpió Brad, dándoles a ambos una fuerte palmada en la espalda. -Se lo tenían bien guardado, son terribles- agregó largando una sonora carcajada, mientras los observaba de reojo.
Los dos se rieron sonrojados y nerviosos. Luego Mike miró a Dave y tuvo que preguntárselo, sintió la extrema necesidad de sacarse esa duda que lo estaba carcomiendo:
-¿No estás enojado conmigo? ¿No me odias aunque sea un poquito por haber terminado con Anna? Te juro que yo tuve las mejores intenciones con ella, quería enamorarme y hacerla feliz... Y eso hubiese ocurrido sin lugar a dudas si Chaz no aparecía en mi camino.. lo que sentí apenas lo vi fue fuertísimo, nunca antes me había pasado, más que nada porque yo me consideré toda la vida heterosexual- le trató de explicar de manera apresurada, y trabándose con las palabras, las cuales se le enredaban en la lengua. Dave lo observó con un semblante muy tranquilo, hasta le causó gracia el estado de gran nerviosismo en el que se encontraba su amigo. Le palmeó el hombro y le dijo con voz pausada, haciendo que los nervios de Mike aumentan al cien:
-Tranquilo Micky, yo ya sabía que no estabas más con mi hermana, ella me lo dijo, también me confesó que habían decidido terminar la relación en buenos términos porque te habías enamorado de otra persona.. aunque no me quiso revelar de quien se trataba.. te juro que jamás imaginé que sería Chester.. pero ahora que lo sé y los veo juntos, hacen una bonita pareja-.
Los cachetes del rubio estaban tan rojos que parecía que se iba a transformar en un enorme tomate con patas. No podía soportar tanta vergüenza, pero a la vez estaba feliz.. Dave no estaba furioso, todos ya estaban al tanto de su relación y éste se estaba convirtiendo en el mejor cumpleaños de todos los cumpleaños que pudieran existir.
De pronto Joe, que hasta ese momento había estado mudo como una estatua, tomó entre sus manos las bolsas que habían quedado olvidadas sobre el sillón, y haciéndole entrega de las mismas a Chester, le dijo con su voz tan aburrida y monótona de siempre:
-Todos estamos expectantes por verte lucir la ropa que te compramos-.
Mike se saboreó al imaginar en su pervertida mente todas las opciones de looks diferentes que Chaz podía estrenar para esa noche. Aunque su favorito era tenerlo completamente desnudo, gritando de placer bajo suyo mientras le hacía el amor salvajemente. Ese pensamiento lo hizo temblar de placer y sacudió la cabeza para dejar de imaginarse escenarios tan cachondos, ya había pasado suficiente vergüenza por un día. Así que se concentró en esperar pacientemente a que Chester regresara de la habitación cambiado con sus prendas nuevas.
No pudo evitar morirse de amor en cuanto lo vio. En realidad lo que sintió fue una tremenda mezcla de excitación y ternura. Ganas de arrancarle la ropa con los dientes y al mismo tiempo abrazarlo con delicadeza. Ese hombre era tan hermoso en todos los sentidos de lo que la palabra hermosura podría significar, y lo mejor de todo era su carácter noble, sin creérselo, sin ser consciente de la belleza infinita que poseía. Lo recorrió entero con la mirada, dejando clavados sus ojos por más tiempo en las zonas de su cuerpo que más le interesaban, que en cierta manera era TODO ÉL. Observó sus ojos dulces, sus labios sensuales, con ese piercing que le provocaba miles de sensaciones cada vez que se besaban, sus bíceps que resaltaban debajo de esa camisa blanca ajustada... y cuando su vista quedó estática en su entrepierna supo que estaba a punto de cometer una locura. El pantalón que llevaba puesto era exageradamente apretado en esa zona, haciendo que se le marcara todo, o eso era lo que su imaginación perversa pensaba. Apretó los puños y trató de calmar su agitada respiración, al tiempo que desviaba sus ojos hacia otra parte.
-¿Y...? ¿Qué tal me veo?- preguntó Chester, al tiempo que se señalaba a sí mismo. Esperaba ansioso una respuesta a ese atuendo que no le era del todo cómodo, él prefería remeras más sueltas y pantalones menos ajustados. Pero le gustaba provocar a Mike, y sabía que con esa ropa lo estaba volviendo loco. Así que de pronto no se sintió tan incómodo con esas prendas que había elegido su amigo Brad tan amablemente para regalarle.
-Estás hermoso...- Mike no fue del todo consciente de lo que pronunció, pero ya no podía contenerse más. Verlo vestido así era como pedirle de manera urgente que lo follara sin control sobre la mesa como un verdadero sadomasoquista. No podía dejar de mirarlo, mientras pensaba en las miles de poses nuevas que iban a probar esa noche. Chester sonrió satisfecho con esa respuesta y dio una vuelta para mostrar mejor su apariencia.. Mike casi le salta encima como un león a su presa en cuanto vio como el pantalón le resaltaba esa zona que él tanto adoraba, como la tela marcaba a la perfección ese culo redondo y tan sexy que le quitaba el aliento. Tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para mantenerse en su sitio y no cometer una estupidez.
Los chicos solo se reían al ver toda la escena desarrollada frente a ellos. Jamás se podrían haber imaginado toda la tensión sexual que había entre esos dos. Pero verlo era sumamente entretenido.
Cuando el espectáculo bochornoso entre Mike y Chester terminó, todos se dispusieron a disfrutar del sabroso pastel, que esperaba impaciente sobre la mesa.
Al rato Rob, tan loco y divertido como siempre, tomó del futon la bolsa que contenía los accesorios de cotillón y les repartió los mismos a sus amigos, mientras ponía la música a todo volumen. Con una lata de cerveza en la mano, empezó a bailar con pasos tan ridículos y exagerados que todos empezaron a reír con ganas. El ambiente entre todos era muy alegre y despreocupado. Joe con su cámara filmaba todo. Al día siguiente más de uno iba a sentirse algo humillado por ciertas conductas exóticas realizadas solo bajo la influencia de ciertas bebidas energizantes en su sistema. Y Rob se encontraría en primera instancia...
Y por si todo eso fuera poco, después se irían a seguir festejando a un pub ubicado en el centro, dispuestos a bailar hasta que se les estumecieran los pies y tomar tanto alcohol hasta quedar inconscientes. Ahora había otra cosa que celebrar, sumada a las ya mencionadas anteriormente. Y eso era el amor que había nacido entre sus dos amigos.

*Holissss! Espero que estén bien y disfrutando mucho de la historia.. Decidí dividir este capítulo en dos partes porque se iba a hacer demasiado extenso.. Ya esta primera parte quedó algo larga, espero que eso no les moleste.
Además pienso que el cumple de Chaz se merece un capítulo aparte.. así que después de la segunda parte, voy a subir algo que no será relacionado a la historia en sí sino lo que yo siento y quiero expresarle a ese bombonazo el día que estaría cumpliendo 47 añitos..
Sin nada más que decir me despido hasta la próxima!
Ahhhh... hoy la que cumple años soy yo así que espero sus saludos cumpleañeros. Los/las quiero ❤️❤️❤️
Sami🌈

Amor incomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora