Cap. 12: Fantasmas del pasado

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Mike no quiso adelantarle nada a Chester acerca de la maravillosa sorpresa que le tenía preparada. Sólo le dijo que debía acompañarlo a un lugar con suma urgencia, y que se pusiera bien lindo para la ocasión.. 'Aunque siempre estás lindo' pensó babeándose un poco. Chaz no hizo muchas preguntas, solo asintió con una sonrisa mientras terminaba de bañarse. Tarde o temprano se enteraría de qué se trataba tanto misterio por parte del moreno.
Al cabo de unos minutos salió de la ducha con una toalla amarrada a su cintura. Caminó coquetamente hacia el armario para buscar entre sus prendas, la que elegiría lucir para la intrigante velada.
Mike lo observaba desde la cama, sumamente atento a cada uno de sus movimientos. Lo vio que sacaba de uno de los estantes una camisa azul, la cual le mostró apoyándosela sobre el cuerpo mojado.. -¿Te gusta como me queda? Supongo que es apropiada para el lugar al que queres llevarme- le dijo guiñándole el ojo, al tiempo que le revoleaba la prenda. Mike la atajó en el aire. -Debo elegir al azar porque no queres darme ni una pequeña pista de a donde vamos a ir- agregó dándose la vuelta para seguir en la búsqueda dentro del armario. Mike no le respondió nada, siguió mirándolo embobado mientras que en su cabeza ya se estaba imaginando una escena super hot de los dos dentro del jacuzzi.
-Este pantalón me parece que combina con la camisa.. y en los pies ¿zapatos o zapatillas?- le preguntó sacando un pantalón negro estilo chupín más dos pares de calzado diferentes: unos zapatos de vestir negros y unas zapatillas Converse azules. Mike le señaló las zapatillas, eran más cómodas y le hacían juego con la camisa. El pantalón era otro tema. Ya podía visualizarlo puesto en el rubio y se le hacía agua la boca. Sobre todo por lo ajustado que se veía y de qué manera haría sobresaltar sus partes nobles. Lástima que una vez que llegaran al hotel iba a tenerlo muy poco tiempo puesto.
Chester estuvo más que conforme con el atuendo y procedió a empezar a cambiarse. Se desprendió la toalla como si nada, paseándose desnudo por la habitación con completo descaro. Sacó un bóxer negro del cajón de la mesita de luz y se lo puso. Mientras tanto le hacía un bailecito sensual a Mike de espaldas a él, moviéndole el culo de manera provocativa y mirándolo de reojo.
-Ya sé que te gusta mirarme desnudo Micky.. pero tenemos prisa por salir adonde sea que vamos ¿no?- le expresó con voz ronca al tiempo que se ponía los pantalones y se abrochaba el cinturón.
Mike estaba volando hacia Narnia más o menos. Cuando Chaz hablaba de ese modo tan sugerente, no podía evitar sumergirse en una piscina enorme de éxtasis extremo. Una a la cual deseaba saltar desde un trampolín sabiendo que la sensación al caer sería sumamente relajante y placentera.
Y todo dentro suyo fue subiendo más de nivel cuando el rubio se dio la vuelta, para tomar la camisa que estaba sobre la cama, dándole nuevamente un primer plano de ese trasero precioso que se le marcaba perfectamente dentro de ese pantalón tan ajustado. Sinceramente no veía la hora de estar ya los dos en esa habitación de hotel para desnudarlo otra vez y cometer con él sus pecados más oscuros.
Tomaron un taxi en la esquina de la casa. Mike aún no tenía su propio auto y no había querido pedírselo prestado ni a sus padres ni a Brad. En ese momento ambos se preguntaron cómo habían regresado sus amigos a sus hogares si todos se encontraban en el mismo estado de ebriedad que ellos. Quizás la tal Cindy los había alcanzado también, o en su defecto Joe que jamás bebía alcohol.
En fin, en la semana cuando se juntaran todos, habría varios temas que discutir para ponerse al día con todos los chismes.
El taxi se estacionó frente a la puerta de un elegante hotel. Chester observaba la fachada del lugar, con los ojos bien abiertos y sin asimilar del todo a qué sitio lo había traído Mike. Éste le pagó al taxista y ambos bajaron del auto, caminando tomados de la mano hacia las escalinatas de la entrada.
Al ingresar los recibió un hall de recepción bastante grande. Había varios sillones y una mesa de vidrio en el medio, sobre una alfombra de piel. Las paredes estaban decoradas con pinturas y cuadros exóticos. Todo era exageradamente lujoso y brillante a su alrededor. Chester miraba todo completamente fascinado, mientras se acercaban al mostrador donde los estaba esperando una mujer joven, la cual les dio la bienvenida.
-Hola chicos.. sean bienvenidos a Waldorf-Astoria Hotel.. ¿en qué puedo ayudarlos?- les preguntó con una amplia sonrisa. Mike sacó de su bolsillo una tarjeta y se la dio a la muchacha, diciéndole que tenían una reserva. Ella la revisó y luego consultó en su agenda. Asintió, habiendo encontrado la cita correcta. Les hizo completar un formulario con sus datos y les pidió que lo firmaran. Como la habitación estaba ya paga por adelantado, no hubo necesidad de demorar más el trámite. A continuación les entregó una llave, la cual descolgó de un gran tablero que tenía a sus espaldas.
-Tomen, habitación 112... primer piso a la izquierda, siguiendo derecho por este pasillo se encuentran las escaleras y el ascensor.. Que disfruten la estadía- les dijo, acompañando la frase con un guiño. Los chicos le sonrieron de manera coqueta, y luego se encaminaron hacia la habitación.
Era solo un piso, podrían haber subido las escaleras tranquilamente pero Mike tenía otros planes. Lo empujó a Chester dentro del ascensor y dejó que la puerta se cerrara automáticamente detrás de ellos. Acto seguido apretó uno de los botones para lograr qué el ascensor se quedara detenido entre pisos. Eso evitaría que alguien interrumpiera su momento. Luego se dirigió a Chaz, el cual respiraba agitado ya pudiéndose imaginar lo que tenía Mike entre manos.
-Siempre tuve la fantasía de hacerlo en un ascensor- le susurró acercándose lentamente a él y oliendo su cuello, el cual tenía cubierto por una exquisita fragancia agridulce. -Esto será solo el comienzo de una velada sumamente apasionante.. feliz cumpleaños hermoso mío- y dicho así lo arrinconó contra el espejo que tenían detrás y lo besó efusivamente. Chester lo sujetó de la cintura y abrió su boca dejando que sus lenguas jugaran, la temperatura había subido de golpe y su cuerpo ya estaba ardiendo en llamas.
Mike empezó a desabrocharle la camisa, al tiempo que le mordía los labios y le acariciaba la espalda. Se la quitó de forma lenta, apreciando en detalle el atractivo físico de su amigo. Luego dirigió sus manos a su cinturón y se lo desprendió, junto con el botón y le bajó el cierre. Toda la acción la realizó sin despegar ni un segundo sus ojos de los ojos del rubio, el cual estaba totalmente excitado con la situación.
-Es una pena tener que quitarte estos pantalones ajustados que te quedan increíblemente sexys- le susurró con una voz muy sensual. -Pero lo que quiero hacerte amerita que estés desnudito y totalmente listo para mí, así que la ropa sobra- agregó mordiéndose el labio y bajándole la prenda de forma pausada. Chester no dijo ni mu. Estaba muy quieto, sin mover ni un sólo músculo, totalmente entregado a su hombre. Totalmente dispuesto a que hiciera con él lo que se le viniera en ganas. Después de todo también lo quería, también lo deseaba con cada fibra de su ser. La idea de hacerlo en ese lugar lo estaba provocando en demasía.
-Ahora vamos a jugar un poco...- le expresó con la voz entrecortada, mientras le besaba el cuello. Luego fue recorriendo despacito cada parte de su cuerpo. Le mordió los pezones y siguió bajando con su lengua hasta que llegó al borde del bóxer. -¿Te dijeron alguna vez que todos esos tatuajes te hacen ver muy sexy? Sos taaan liiiindoooo- agregó dándole una seductora lamida por todo el estómago, sintiendo que le iba a dar un paro cardíaco sino saciaba ya su apetito sexual.
Chester le dedicó una mirada lujuriosa, ese gesto tan íntimo le había volado la cabeza. Se relamió los labios y se bajó él mismo los calzoncillos. Luego lo empezó a desnudar apresuradamente. Ya estaba perdiendo la paciencia. Ya su miembro le exigía con urgencia penetrar a Mike. Ya no soportaba la ansiedad.
Una vez que ambos estaban completamente desnudos, Chester le ordenó al moreno que se arrodillara en el suelo y se pusiera en cuatro patas. Éste obedeció sin chistar y sabiendo con exactitud qué le esperaba. Además la voz de mando del rubio lo encendía muchísimo, lo hacía correrse sin necesidad siquiera de que lo tocara.
Chester se arrodilló detrás y lo sujetó con fuerza de las caderas. Luego se acercó lentamente y le empezó a lamer toda la zona trasera, introduciendo su lengua en su entrada, lo que logró que Mike se sacudiera producto de un espasmo. La sensación era más excitante de lo que pudo haber imaginado. A continuación le metió un dedo, luego dos, luego tres. Comenzó a lubricarlo, a prepararlo para lo que se avecinaba.
-Te voy a recompensar por todas las sorpresas tan lindas que me diste para mi cumpleaños... espero estar a la altura- le confesó mientras le daba un fuerte chirlo en una nalga y se posicionaba para iniciar su salvaje demostración de amor.
-Te amo Micky, te amo con toda mi alma- y sin esperar respuesta lo penetró de una sola estocada, sintiendo como el cuerpo de Mike vibraba debajo del suyo. La posición en la cual se encontraban le permitía ir más profundo, embestirlo con más fuerza, sintiendo que ambos se fundían en uno.
Mike no podía controlar los ruidosos gemidos que se escapaban de su boca. El placer era arrollador, sublime, potente, embriagador. No sentía sus extremidades, las cuales le temblaban con un poderoso cosquilleo. Empezó a mover sus caderas inconscientemente hacia atrás para sentirlo más adentro, para lograr que el orgasmo lo sacudiera con mayor intensidad.
-Como me gusta estar dentro tuyo, como me calentas, como me provocas.. no te puedo explicar la excitación extrema que estoy sintiendo ahora- acotó Chester con la voz agitada y moviéndose desesperado, entrando y saliendo del interior de Mike. Si éste era solo el comienzo de su velada de cumpleaños, no podía imaginarse como iban a terminar. Pero estaba mucho más que feliz de poder compartirlo con su amado amigo.
-Me estás partiendo por dentro y me encanta.. sos una bestia Chazy, no sólo sos un experto con tu poderosa voz, sino que llevas esa potencia a todos los niveles..- le respondió el moreno mordiéndose los labios y soltando suaves jadeos. Ya estaba a punto de acabar, por lo que se sujetó con una mano la enorme erección que se sacudía entre sus piernas, palpitante y ansiosa por recibir atención. Se la acarició y luego se empezó a masturbar bruscamente para acelerar el proceso. Por su parte Chester también estaba cerca de llegar al orgasmo, así que las últimas embestidas fueron algo descoordinadas y torpes debido al vibrante escalofrío de placer que lo sacudió entero.
Terminaron los dos al mismo tiempo, sumamente agitados y transpirados. Chester salió del interior de Mike y se sentó como indio contra la pared. Respiraba con dificultad y tenía todo el rostro colorado por el calor. Lo miró y le dedicó una dulce sonrisa, como dándole las gracias por el mágico momento que habían compartido en ese espacio tan pequeño. Mike le devolvió la sonrisa y se ubicó contra la pared contraria, enfrentado a él y sentándose en la misma posición.
-Me parece hasta irreal estar los dos acá, desnudos y encerrados en este ascensor.. después de haber tenido el mejor sexo de la vida- le dijo entre risas, mientras lo miraba con una enorme felicidad reflejada en toda su cara. Chester se empezó a reír y asintió en completa conformidad con su compañero.
-Concuerdo con la parte del mejor sexo de la vida, somos terribles, no podemos mantener las manos lejos del otro por nada de tiempo y eso me gusta... Me encanta follar con vos, me encanta que follemos juntos- le confesó y luego se acercó a él, arrastrándose en forma de gateo. Se sentó a pocos centímetros, rodeándolo con las piernas, posición que provocó que sus erecciones se rozaran. Ya ambos se estaban empezando a excitar otra vez y el calor del ambiente se estaba volviendo sofocante.
-¿Queres otra ronda acá o lo continuamos en la habitación?-le susurró al oído, al tiempo que le chupaba el lóbulo de la oreja y le mordía toda la zona. Mike se moría de ganas de elegir la primera opción pero enseguida pensó que alguien podría llegar a necesitar usar el ascensor y que si descubrían lo que estaban haciendo ahí dentro realmente la iban a pasar muy mal. Así que mirándolo a los ojos con todo su deseo impreso en ellos, le propuso vestirse e ir a la habitación, que allí estarían más cómodos y podrían desplegar toda su creatividad sexual.
Chester lo besó en la boca como respuesta y enseguida se puso de pie para levantar sus prendas del suelo y vestirse. Mike hizo lo mismo y luego apretaron el botón del primer piso, bajando en su destino y dirigiéndose a su respectiva habitación. Caminaron tranquilamente hacia la puerta, como si nada del otro mundo hubiera pasado entre esas cuatro paredes. Como si nunca hubieran tenido sexo desenfrenado en ese minúsculo espacio.
Mike puso la llave en la cerradura y ambos ingresaron al lujoso cuarto. Allí dentro todo era más cálido y sobrio que en el recibidor. El lugar no era excesivamente amplio, pero sí cómodo. Había una cama matrimonial en el medio, con una mesita de luz a cada extremo. Un espejo enorme en una pared y al lado una pequeña cajonera, sobre la cual había una cubetera con una botella de champán y dos copas. Junto a la cajonera se hallaba un armario de dos puertas, el cual no irían a necesitar ya que su estadía sería solo de unas horas y no habían traído más ropa que la puesta. Al fondo observaron una puerta, que ambos supusieron que pertenecía al baño. Lugar donde se encontraba el famoso jacuzzi, el cual Mike ansiaba locamente estrenar.
-Guau.. que hermoso todo- murmuró Chester totalmente sorprendido al apreciar cada mínimo detalle a su alrededor. Abrazó con fuerza a su amigo y luego lo miró fijo a los ojos, sin poder evitar emocionarse al borde de las lágrimas.
-Gracias por tanto Micky, nunca nadie antes había hecho tantas cosas por mí, estoy flotando, nada parece real.. No estoy acostumbrado a recibir tanto amor, me parece un sueño estar viviendo esto tan lindo a tu lado..- le confesó limpiándose la nariz con el puño, al tiempo que observaba con mucha ilusión el anillo que adornaba el dedo anular de su mano izquierda. Mike lo miraba totalmente cautivado por sus palabras, su amigo le estaba abriendo el corazón de par en par y él no podía sentirse más pleno con eso.
-Nunca imaginé que el amor verdadero alguna vez iba a tocarme a mí, pensé que solo existía en las películas o en las novelas cursis que miraba mi mamá.. Pero también existe en la vida real y por fin llegó a la mía.. Te amo tanto, ya no podría soportar un mundo sin vos- finalizó envolviendo sus brazos alrededor del cuello del moreno y dándole un beso dulce en los labios. Mike lo fundió en un cálido abrazo y luego lo despeinó con un gesto divertido. Le secó las lágrimas con sus pulgares y a continuación lo acompañó hasta la cama donde ambos se sentaron.
-Me pone muy contento saber que todo lo que preparé con tanto esmero y dedicación te haya gustado.. Vos también lo sos todo para mí Chaz, te amo de un modo tan profundo y fuerte como nunca antes amé a nadie en mi vida.. Me sacudiste el alma entera apenas te vi, me provocaste emociones nuevas que yo creía imposibles de llegar a sentir, me enamoraste plenamente con tu forma de ser tan buena y desinteresada... Todo de vos me tiene profundamente flechado.. Sos el primer chico que me gusta y ese sentimiento no puede hacerme más feliz- le confesó tomándolo de las manos y mirándolo a los ojos con toda la sinceridad que era capaz de transmitirle con sus palabras.
Chester estaba temblando de la emoción, tanta felicidad le parecía hasta absurda. Le resultaba muy difícil de creer que había salido de un tormentoso pasado para sambullirse en un presente y futuro sumamente feliz, junto a la persona que le había demostrado que la vida podía ser un poquito más amable con él. Después de tanto sufrimiento soportado a lo largo de los años, por fin brillaba la luz al final del túnel.
-Gracias de verdad por aparecer sin buscarte.. gracias por curar mis heridas.. gracias por amarme tanto.. gracias por ser como sos conmigo.. Te amo muchísimo- le declaró y acto seguido lo tomó fuerte del cuello de la remera para besarlo con una desesperada urgencia. Mike lo abrazó por el cuello y le correspondió con total desenfreno, mordiéndole la boca, sobre todo la zona donde lucía su sexy piercing.
-¿Qué te parece si tomamos el champán y las copas y nos vamos a brindar al jacuzzi? Desde que llegamos que me muero de ganas de probarlo- le propuso pegado a sus labios, entre beso y beso. Chester asintió con la cabeza, así que ambos se levantaron y se acercaron a la cajonera sin dejar de besarse. Mike agarró las copas y Chaz la botella, y tomados de la mano se encaminaron hacia el baño.
Ahí dentro todo brillaba de un modo enceguecedor. Las paredes eran blancas y combinaban con el piso de mosaico. Había un gran espejo sobre el lavamanos y hasta el inodoro era elegante. Los amigos divisaron en una esquina el imponente jacuzzi. El mismo se hallaba junto a la ducha, la cual no se diferenciaba demasiado de la ducha en casa de Mike.
-Me muero por follarte ahí dentro.. pero primero vamos a brindar- dijo el moreno entre risas, mientras destapaba el champán y vertía el líquido en ambas copas. -Brindo por vos Chazy, por nosotros, por seguir apostando por este amor tan especial que me sacude todo el cuerpo de manera estrepitosa.. brindo por amarte hasta el fin de mis días- le expuso haciendo chocar su copa con la del rubio. Éste se llevó la misma a los labios y le dio un gran trago. -Yo brindo por vos Mike, por este magnífico cumpleaños que me estás haciendo pasar.. por nosotros y por amarte hasta la muerte y más allá de ella también- le respondió haciendo chin-chin una vez más.
Entre brindis y brindis se bajaron toda la botella. Ambos ya estaban listos para la acción, con la calidez interna que les había proporcionado la bebida. Se empezaron a sacar la ropa, mirándose con completa sensualidad. Luego se sumergieron en el agua espumosa y caliente, la cual tenía la temperatura perfecta para disfrutar de una maravillosa experiencia... JUNTOS💟
Mike se sentó en una punta y lo invitó a Chester a que se ubicara sobre sus piernas. Le llenó de espuma la cara, el pelo, los hombros. Empezaron a jugar en el agua como dos niños pequeños.
-Me das mucha ternura todo enjabonado.. sos tan hermoso Chestercito..- balbuceó Mike, sintiendo que la lengua se le trababa, producto del alcohol y la excitación. Al rubio le causó mucha gracia ese apodo así que se rió estruendosamente, haciendo que todo su cuerpo vibrara sobre el moreno. Su risa contagiosa le producía muchísimas cosas, como ganas de morderlo entero, por ejemplo. Ni siquiera lo pensó, acercó su boca a su cuello y lo empezó a besar de modo frenético, mordiéndole la zona y succionando fuerte, lo que sin dudas le dejaría un enorme chupón. Chester ni se preocupó por la marca que quedaría en su piel, su mente y cuerpo ya estaban elevados a la máxima potencia, totalmente dominados por la magia hechizante de Mike. Éste lo sujetó con fuerza del colgante con sus iniciales que el rubio lucía orgulloso en su cuello y lo recorrió de arriba abajo con total perversión en sus ojos oscuros.
-Te voy a morder y chupar cada centímetro de tu piel.. me excita tanto tu cuerpo.. No te das una puta idea de cuanto me calienta..- le confesó completamente embriagado de placer, al tiempo que bajaba una mano y la sumergía bajo el agua intentando tocarle la erección que a ese punto.. y después de oírlo hablar de esa manera.. estaba palpitando ansiosa por sentirlo.
-A mí me calienta muchísimo cuando me hablas así, con ese lenguaje tan vulgar.. me dan ganas de comerte a besos y hacerte de todo.. Te deseo con cada parte de mí- le expresó Chester con la voz muy agitada, mientras le acariciaba el pecho. Fue bajando lentamente su mano hasta que también rozó su erección, la cual ya estaba bien despierta y lista, esperando recibir toda su atención.
Se tocaron, se acariciaron, se besaron de manera intensa. Se fundieron en un placer abismal que los estremeció y sacudió violentamente.
En un momento Mike lo volteó, haciendo que Chaz quedara presionado contra el borde, sujetándose con ambas manos para mayor estabilidad. Le mordió el cuello nuevamente, pasándole la lengua por toda la piel sensible, la cual ya estaba roja producto de sus brutas caricias. Pero el rubio no se quejaba, al contrario, le fascinaba que su amigo no pudiera controlar sus impulsos con él.
-Ahora sí prepárate que te voy a partir en dos..- le susurró al oído, chupándole el lóbulo y mordiendo toda la zona.. Mike estaba obsesionado con las mordidas, le daban un enorme poder sobre el otro y eso lo excitaba mucho más, si es que eso era meramente posible.
-Haceme tuyo ya.. estoy ardiendo por dentro..- le suplicó Chester, al cual ya le costaba respirar con normalidad. Se agarró con fuerza del borde de la piscina y tiró la cabeza hacia atrás, esperando sumamente impaciente y ansioso que llegara el impacto. Mike le acarició la entrada apenas con el borde de los dedos, y luego se apretó bien contra su espalda. Como el agua funcionaba como lubricante, no hizo falta demasiada preparación.. lo abrazó por la cintura y lo penetró sin contemplaciones.
Chester estaba definitivamente en otro mundo, en otra dimensión, en otro espacio temporal. Tanto placer sobrehumano que estaba recibiendo lo llevaría de camino a un precipicio... del cual saltaría sin miedo porque sabía que Mike lo atraparía al caer.
-Me estás matando lentamente.. me estás haciendo tocar el cielo con tus besos, tus caricias, tu fogosidad.. te amo tanto mi lindo Micky.. - le dijo de manera entrecortada, tanto éxtasis no lo dejaba hablar de manera fluida.
Esas palabras provocaron que el moreno aumentara la velocidad de sus embestidas, llevándolo ahora sí hacia el auténtico paraíso. Lo penetró salvajemente, con total ferocidad, sintiendo que llegaba hasta el fondo de su hombría. La sensación era tan excitante, tan estremecedora, que no sabía si su cuerpo iba a ser capaz de aguantar tanto vértigo que le recorría a toda velocidad por sus venas.
El rubio se sentía en las mismas condiciones. Su cuerpo ya se estaba preparando para ser sacudido fuertemente a causa del orgasmo alucinante que se avecinaba. Flexionó la espalda hacia atrás y se dejó llevar por la corriente eléctrica avasallante que lo recorría entero.
Acabaron los dos totalmente extasiados y más enamorados que nunca. Se sentaron enfrentados y se abrazaron fuerte. En ese abrazo se dijeron todo: que se amaban, que se necesitaban, que nunca se soltarían la mano.
Luego Mike salió del jacuzzi y se dirigió a la habitación a buscar unas toallas limpias. Chaz se mordió los labios al observarlo caminar desnudo y dándole una excelente vista de su trasero. Él también fantaseaba con esa parte del cuerpo de Mike, el cual tenía un culo bien parado y redondito. La imagen se tatuó en sus pupilas y ya estaba sintiendo deseos de follárselo de nuevo. Pero se mantuvo al margen, aguantándose las ganas.. ya su cuerpo necesitaba un descanso de tanta actividad física.
Mike regresó enseguida ya envuelto en una toalla y le entregó otra para que se pudiera secar. Chaz la recibió y salió del agua, sacudiéndose el pelo empapado. Luego se cubrió con la tela suave y se acercó a su amigo que lo miraba desde la puerta del baño.
-¿Tenes hambre?- le preguntó acariciando con dulzura su mejilla. -Porque yo sí.. tanto sexo me abrió el apetito- agregó entre risas. Mike iba a contestarle pero un ruido de su estómago vacío se le adelantó y respondió por él.
-Ja.. eso significa que sí. Vamos a comer algo rico, me muero por unas sabrosas pastas- y tomándolo de la mano se encaminaron a la habitación para vestirse y dirigirse al comedor del hotel.

Amor incomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora