Cap. 16: El cumpleaños de Anna🥳

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El lunes llegó increíblemente rápido

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El lunes llegó increíblemente rápido. Cada uno de los chicos comenzó su semana en su respectivo trabajo, con las energías a tope y dispuestos a dedicarse de lleno a los ensayos por las tardes.
Chester nunca tenía horarios fijos. Se enteraba de los mismos cada lunes cuando llegaba al Burger y leía el cronograma semanal que su jefe pegaba en la pared detrás del mostrador. Tenía esa maldita costumbre de no avisarle de los cambios con tiempo, mediante un mensaje, para que él se pudiera organizar. Solo los lunes tenía un horario programado fijo ya que era el encargado de abrir el local.
Ese lunes llegó temprano. Faltaba más de media hora para que el reloj marcara las 8am, hora de apertura del establecimiento. Quiso tener unos minutos para poder relajarse, antes de que empezaran a llegar esos clientes habituales que amaban tomar su desayuno ahí antes de entrar a trabajar.
Se puso el uniforme con total parsimonia, mientras pensaba en todo lo que había logrado en tan poco tiempo. Cómo su vida había dado un giro abismal al verse sacudido por esa ola de absoluta felicidad. Nunca se había detenido a contemplar la posibilidad de ser feliz algún día. Ese hecho le parecía completamente imposible. Completamente lejano. Él siempre estuvo convencido de que su único propósito en este mundo era sufrir. Era ser sometido a una cruda e injusta maldad. Sin tener la esperanza de salir de ese pozo profundo, sin poder ver la luz, sin sentir la suave brisa en su cara, advirtiéndole que si luchaba un poco más pronto la vida iba a sorprenderlo.
Y así fue. Se le vino a la mente esa tarde, cuando recibió esa inesperada llamada. Era un viejo conocido de su breve paso por la banda Grey Daze, de la cual había formado parte por solo algunos meses. Éste le informó por teléfono que un importante representante del ambiente musical estaba enfocado en una nueva banda, y que había abierto una audición para conseguir un segundo vocalista para el proyecto. Le pasó día, horario y dirección en donde se llevarían a cabo las pruebas. Chester anotó todo sumamente feliz y convencido de que esa era su oportunidad de salir del calvario en el que estaba estancado. No le importó tener que mentir otra vez, no le importó escaparse para poder asistir al casting. No iba a desaprovechar la posibilidad de quedar y empezar a ilusionarse nuevamente con la idea de dedicarse de lleno a la música.
Y jamás se sintió tan pleno de haberle sido fiel a sus deseos, a sus convicciones. Todavía recordaba como si hubiese sido ayer, el momento en que ingresó al estudio de Frank y se paró detrás del micrófono, con la completa seguridad de que los dejaría boquiabiertos con su interpretación. Había elegido cantar un tema que lo hacía estremecer, ya que representaba su escape a las torturas sometidas, una canción que lo acompañaba en sus noches de llanto amargo y total desconsuelo. Una canción que era para él una caricia al alma, lo único que lo acompañaba en esos momentos tan tristes y solitarios, en los cuales no tenía a nadie más que se preocupara por él, que le preguntara como se sentía, que le prometiera que todo iba a estar bien.. Había elegido interpretar "You Know You’re Right" de Nirvana. La letra definía mejor que nada su estado anímico normal, el que trataba de esconder debajo de una cálida sonrisa, detrás de una personalidad divertida y alegre. Fue siempre tan bueno disimulando, tan experto en fingir que estaba bien, que nadie nunca sospechó absolutamente nada acerca del infierno en el que estaba metido.
Y como era de esperarse, al rememorar ese increíble día, también se le vino a la mente el primer contacto que tuvo con Mike. Apenas llegó, se presentó frente a todos y comenzó a cantar. En ese preciso momento no pudo evitar clavar sus ojos en un morocho hermoso que lo estaba mirando con fascinación desde el otro lado del escenario. Se preguntó un montón de cosas en una milésima de segundo: quién era, cómo se llamaría, si sería parte de la banda, si podría acercarse a él para iniciar una conversación. Su mirada dulce, sus labios carnosos y su imponente presencia lo hicieron temblar con anticipación, pero por suerte nada de eso provocó que se desconcentrara y pudo finalizar con la canción, ganándose un fuerte aplauso por parte de todos.
Cerró los ojos y sintió que volvía a esa tarde. Y todo lo que vino después fue increíblemente apasionante.
Se terminó de cambiar y se dirigió a la cocina a prepararse un café. Aún le quedaban quince minutos de relax antes de tener que abrir la puerta y empezar con su rutina laboral. Tenía todavía mucho sueño, así que supuso que la bebida caliente lo ayudaría a despabilarse y comenzar su ritual de trabajo con más energía. Ese día le tocaba salir a las 16hs. Mike sí que era afortunado al tener un horario fijo en su trabajo. Trabajaba 6hs, de lunes a viernes por la mañana, de 8.30 a 14.30 en la tienda de ropa deportiva. Tenía los fines de semana completamente libres para descansar. En cambio él trabajaba sábados y domingos rotativos. Había veces que le tocaba un franco en fin de semana, pero nunca podría deleitarse con ambos días para programar, por ejemplo, una salida romántica con Mike. Encima los sábados casi siempre solían festejarse cumpleaños, así que su plan de sábado por la tarde era verse rodeado de niños pequeños que corrían por todos lados, hacían guerra de comida y se peleaban arriba del pelotero. Y él ahí en el medio, intentando calmarlos con su tono de voz pacífico, ganándose risas y empujones por parte de los nenes que lo incluían en sus juegos como uno más y miradas embobadas de parte de las mamás que lo observaban con un sutil deseo desde la mesa del pastel.
Chester era siempre el animador de la fiesta. Organizaba juegos y presentaba al cumpleañero improvisando una canción para el momento. Usaba un micrófono inalámbrico conectado a su oreja, y a veces hasta le tocaba disfrazarse del personaje elegido para la temática del festejo. Su jefe estaba cada vez más impresionado por la manera en que se metía a los niños en el bolsillo. Tenía muchísimo carisma y ángel. Se desenvolvía con ellos de una manera muy divertida, haciéndolos reír y disfrutar a pleno del cumpleaños. Y su jefe también era consciente de lo que provocaba en el sexo femenino. Cómo las madres y/o invitadas lo miraban sin ningún tipo de disimulo. Desde que Chester había crecido más y su aspecto era más cercano a un hombre que a un niño/adolescente, la clientela se había visto acrecentada. Mujeres de todas las edades hacían fila completamente desesperadas para que él las atendiera. Y su actitud fresca, simpática y cordial las volvía locas. Para su jefe nada era más importante que un cliente feliz y satisfecho.. Y eso era logrado gracias a la sonrisa de Chaz detrás del mostrador, a esa personalidad tan atrapante que tenía, como se desenvolvía atendiendo a la gente, siempre siendo amable y nunca perdiendo la paciencia a pesar de encontrarse también con clientes maleducados y prepotentes, que harían sacar de quicio a cualquiera. Pero Chester jamás perdía los estribos, él los atendía con el tono de voz más suave que podía emitir. Era envidiable su poder de tranquilidad ante esa gente tan odiosa.
Chester se sentó en una butaca a disfrutar de su café cuando sintió que el teléfono le vibraba en el bolsillo. Lo sacó y atendió sin fijarse siquiera en quien lo llamaba.
-¿Aló?- pronunció con un tono monótono, mientras se metía una medialuna a la boca.
-Hola Chaz.. ¿cómo estás? Perdón por llamarte tan temprano- respondió la voz de Dave desde el otro lado de la línea.
-No pasa nada amigo, estoy desayunando en el trabajo.. ¿qué necesitas?-.
Dave se tomó unos segundos para responder.
-El jueves es el cumple de mi hermana y le estoy organizando una sorpresa.. Cumple 18 y quiero que su mayoría de edad la festeje a lo grande con todas las personas que la quieren, o sea todos nosotros- exclamó con la voz algo entrecortada.
-Uhhh que lindo! Conta conmigo Dave, ¿Tenes alguna idea en mente?- quiso saber Chester.
Dave emitió un gritito tan agudo que provocó que Chaz tuviera que alejar el teléfono de su oído.
-Siiii!!!! Tengo muchas ganas de llevarla al parque de diversiones que le dio inspiración al nombre de nuestra banda.. Anna ama los parques desde que es muy pequeña así que creo que una celebración en ese lugar la va a sorprender gratamente- le contestó eufórico.
-Me parece una idea genial, yo también amo los parques de diversiones y justamente deseo conocer ese parque desde que soy muy chico... Contas con mi apoyo para lo que necesites.. Tenemos que organizar juntada con el grupo para planear todos los detalles del festejo-.
Dave estuvo completamente de acuerdo.
-Mañana martes en casa de Mike a las 16hs... Bueno, vos ya estarías ahí porque vivís con él jaja.. ¿Qué horario haces mañana en el trabajo?-.
Chester estiró un poco su cuello para acercarse más al cronograma pegado a la pared, en donde figuraba su horario laboral de toda la semana.
-Mañana me toca de tarde, pero entro a las 18hs, hasta el cierre del local... A veces trabajo solo media jornada, lo que es agradable debido al cansancio, pero después tengo que hacer horas extras para que el dinero me rinda- contestó resignado. A lo largo del mes siempre había en su calendario 4 días en los cuales le tocaba trabajar medio turno pero eso solo significaba hacer horas de más cubriendo francos en sus días libres para obtener un salario más alto. Los cumpleaños también le significaban dinero extra. Sumándole a eso las propinas abultadas que las madres de los cumpleañeros solían darle por sus servicios. 
-Bueno, no te sientas mal, estoy seguro que muy pronto ya ninguno de nosotros va a tener problemas de dinero. Vamos a triunfar con la banda y vamos a ser millonarios- acotó Dave riéndose a carcajadas. Después hizo un pequeño silencio y agregó:
-Entonces nos vemos mañana en lo de Mike.. si entras a las 18 tenemos 2hs para planear ideas locas para el festejo, hay que aprovechar al máximo el tiempo porque solo tenemos dos días-
-Dale amigo, mañana nos vemos.. el miércoles hago el mismo horario que hoy así que tengo toda la tarde libre para volver a juntarnos- exclamó Chaz emocionado. Dave le respondió que eso era una idea genial, además también tenían pendientes los ensayos en el sótano de su casa para preparar bien la que sería la cuarta canción del disco. Hablaron de otras cosas sin tanta relevancia y luego de despedirse, cortaron la llamada.
Chester se terminó su café y a paso desganado se dirigió hacia la puerta dispuesto a abrir el local y comenzar con su jornada del día.

Amor incomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora