Mike se echó para atrás abruptamente, muy avergonzado por ese impulso. No podía verlo a la cara, estaba sumamente apenado porque sabía que había arruinado todo entre ellos. No tendría que haber actuado así, sin pensar, totalmente dominado por sus deseos. Pero verlo en ese estado tan vulnerable lo había hecho flaquear, después de todo su corazón no es de hierro. Ahora seguro que Chester saldría corriendo y no querría hablarle más. Y él se lo tenía merecido por ser tan calentón y no pensar en las consecuencias.
Al final fue Chester el que rompió el silencio. Le puso una mano en el hombro y le habló con voz serena:
-Ey Mike no te quedes mal, solo fue un beso inocente, no me voy a ofender por eso, no te preocupes- pero Mike estaba bastante lejos de estar tranquilo.
Para él había sido mucho más que un beso inocente. Para él había sido su perdición. Porque apenas tocó los labios de Chester con los suyos se terminó de convencer de que ya no tenía escapatoria. El sentimiento profundo que lo unía a él era inquebrantable. Era mucho más fuerte que una simple atracción física. Era amor de verdad.
Juntando la poca dignidad que le quedaba, Mike levantó la vista del suelo y lo miró. Y ahí terminó de desmoronarse.. esos ojos dulces lo estaban volviendo loco. Lo estaban invitando a romper todas las reglas, a dejarse llevar por esa montaña rusa de emociones desconocidas. Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano por controlarse y no cometer otra locura esa noche.
-Perdoname, no fue mi intención hacerte sentir usado- le dijo con un hilo de voz. -Venís todo angustiado a contarme tus problemas y yo solo me aprovecho de tu vulnerabilidad- agregó cabizbajo. Chester le puso la mano en el mentón para subirle la cara y verse de frente:
-No hay nada que perdonarte Mike, creo que ya somos amigos y estas confusiones suelen ocurrir.. no estoy enojado ni mucho menos.. además, ¿quién podría enojarse con vos? Sos un tierno- le dijo con una sonrisa sincera.
Mike estaba fantaseando otra vez. Entre que no le era nada fácil controlar sus impulsos cuando lo tenía enfrente, Chester tampoco colaboraba siendo siempre tan comprensivo y dulce. Era una persona tan buena, tan llena de vida que no podía soportar que alguien pudiera lastimarlo o hacerlo sentir mal. En ese momento el motivo de la visita de Chester volvió a su mente y decidió tener una charla con él, para saber si podía ayudarlo.
-Si todavía tenes ganas de seguir conversando conmigo quiero que me cuentes que te pasó, porque te fuiste de tu casa..- le preguntó con total interés.
Chester se volvió a sentar en la silla y Mike hizo lo mismo. Sinceramente Chester no sabía por dónde empezar. Su vida era un verdadero desastre y tampoco quería que Mike sintiera lástima por él. Decidió comenzar por contarle acerca de su infancia:
-Desde que tengo 4 años mi papá le pega a mi mamá y ella no quiere dejarlo.. Pase toda mi niñez asustado de que un día la mate a golpes. Era volver del colegio y encontrarle un moretón nuevo, ella siempre me ponía una excusa: que se golpeó con la puerta, que se cayó colgando la ropa, que se tropezó o cosas así.. Yo era chiquito pero no ciego como para no darme cuenta de que esos eran golpes de puño.. Las noches eran la peor parte del día.. Los insultos, los gritos, el llanto desconsolado de mi mamá.. Todo era un infierno- narró con la voz entrecortada, cada detalle recordado de su cruda infancia lo hacía estremecer.
Mike lo miraba con suma atención, sin evitar que el alma se le estrujara al imaginarse todo lo que Chester había sufrido de pequeño.
Éste se aclaró la garganta y siguió con su relato:
-Mi hermano Bryan se fue de casa antes de cumplir los 18, ya no soportaba vivir bajo el mismo techo que nuestro progenitor.. él ya estaba en pareja y los padres de ella lo acogieron como un miembro más de la familia.. Pero yo siempre fui un cobarde, además no tenía a nadie a quien recurrir.. Siempre fui un chico solitario, en la escuela me hacían bulling por ser callado y venir de un hogar abusivo.. Por eso siempre me refugie en la música, fue siempre mi vía de escape ante tanto sufrimiento.. a los 14 años me di cuenta de que podía cantar así que empecé a ir a cuanta audición se me presentaba, obviamente que a escondidas de mi papá.. Una sola vez tuve suerte y me convocaron para ser parte de un grupo llamado Grey Daze pero me enfermé gravemente del estómago y tuve que renunciar.. el médico que me revisó le dijo a mi mamá que ese dolor intenso se debía a todas las patadas que había recibido.. Ese doctor quiso mandar una asistente social a mi casa para saber que estaba pasando para que un chico de 16 años sea víctima de semejante abuso.. Mi mamá se puso como loca y nunca le quiso abrir la puerta.. Así que nunca recibí esa ayuda.. Y hoy a los 19 sigo teniéndole terror a mi papá- culminó su relato, limpiándose con el dorso de la mano izquierda las lágrimas que habían empezado a deslizarse por sus mejillas.
Mike estaba totalmente shockeado por su historia. Jamás imaginó todo el dolor que cargaba sobre sus hombros. Como lo disimulaba tan bien, viéndose siempre alegre y risueño, cuando en realidad se estaba muriendo por dentro. Esta vez no se dejó dominar por la vergüenza o el miedo a ser rechazado. Tomó coraje y se levantó de la silla dirigiéndose hacia donde estaba Chester sentado. Luego sin preámbulos lo envolvió en un fuerte abrazo. Y eso fue suficiente para que el rubio se terminara de quebrar. Lloró en el hombro desnudo de Mike, convencido de que después de muchos años por fin se sentía parte de un grupo.
Mike le acariciaba lentamente la espalda, mientras se preguntaba como era posible que un alma tan noble como la suya haya tenido que soportar tanto maltrato. Como siendo solo un niño pequeño haya tenido que vivir tanto desconsuelo. Chester se limpió la nariz con el puño, y lo miró a los ojos sin salirse del abrazo reconfortante que lo envolvía.
-Gracias por aparecer en mi vida Mike- le confesó con una sonrisa de lado, logrando que el corazón del moreno se terminara de flechar. Ya no había vuelta atrás para ese sentimiento que lo consumía de cuerpo entero. Ya no existía ninguna duda: se estaba empezando a enamorar de Chester y estaba dispuesto a dejarse llevar por la marea sin poner resistencia. Igualmente era consciente de que no era correspondido. El rubio lo apreciaba demasiado pero solo como amigo, y eso lo entristecia bastante. De todos modos, lucharía por él tanto como eso le fuera posible.
-No se si te has preguntado como supe donde vivías y porque recurrí a vos cuando podría haber ido a la casa de alguno de los chicos...- acotó Chester de repente, haciendo reaccionar a Mike que seguía perdido en sus locuras mentales. Éste lo miró fijo apenas lo escuchó hablar. Es cierto que cuando lo vio parado detrás de la puerta se preguntó como rayos había llegado a su casa si él jamás le había pasado su dirección, pero luego con el correr de la charla se había olvidado de preguntarle. Ahora era el momento de saberlo todo...
-Sería genial que me sacaras esa duda- le respondió con una mirada pícara. Ya no se sentía tan nervioso frente a él, es más, estaba disfrutando cada segundo que compartían. Sentía su cuerpo más relajado y sus piernas ya no le temblaban. Chester se mordió el labio antes de responder y ese mínimo gesto hizo que Mike sintiera un espasmo orgasmico que le recorría sus extremidades.
-Antes que nada no te rías por lo que te voy a contar.. pero le robe tu dirección a Frank en un momento de distracción...- confesó con un evidente nerviosismo. Ahora parecía que los papeles se habían invertido. A Mike le dio mucha ternura verlo en ese estado, mordiéndose las uñas y pasando el peso de un pie al otro, sumamente sonrojado. (-Dios mío!! Que hermoso que es!!!- pensó Mike; dudaba seriamente si no iba a cometer su segunda locura esa noche al presenciar como el rubio bajaba sus defensas y se dejaba llevar inconscientemente). Intentó ser racional y no dejar que otra vez los deseos desenfrenados de partirle la boca de un beso tomaran el control, así que respiró con tranquilidad y lo miró con dulzura.
-¿Cómo es eso de que le robaste mi dirección? ¿Porqué? ¿Para qué?- decidió interrogarlo muy interesado en esa revelación. La charla se estaba volviendo más que clave en lo que respecta a qué le pasaba realmente a Chester con él. Si había tenido el tupé de robar su dirección en vez de pedírsela era porque estaba ocultando algo. Y Mike estaba dispuesto a descubrirlo. Le hizo un gesto con la mano, invitándolo a que terminara de contarle la hazaña, sin poder evitar reírse al verlo tan consternado.
Chester hizo una mueca triste. No estaba seguro si debía decirle a Mike el verdadero motivo de su atrevimiento. Tragó saliva y decidió que lo mejor para no empeorar las cosas, era ser completamente honesto.
-No me animaba a preguntarte donde vivías ni tampoco a preguntárselo a alguno de los chicos.. pero tenía muchas ganas de hablar con vos a solas, de confesarte mi desastre de vida, no me preguntes porque pero apenas te vi sentí que podía confiarte cualquier cosa, fue como una conexión especial, como si te conociera desde siempre. Los chicos me caen re bien y tuvieron conmigo la mejor de las ondas, pero con vos siento que hay otro tipo de conexión, más fuerte, más profunda... Así que cuando estábamos en el estudio, después de mi audición, supe que tenía que averiguar todo sobre vos.. Y no se me ocurrió mejor idea que robar tus datos de la agenda de Frank, también tengo tu número de celular pero preferí aparecerme personalmente y hablar cara a cara-.
Mike estaba duro. Completamente petrificado ante semejante confesión. No supo que decirle ni como reaccionar. Era todo demasiado perfecto para ser real. Encima Chester no tenía pensado quedarse callado, ahora que se había animado a ser completamente sincero no iba a frenar su discurso.
-Y anoche presencié la pelea más horrible entre mis padres y supe que ya no quería estar ni un minuto más viviendo con ellos.. Tuve el valor de gritarle a mi papá por primera vez en mi vida y casi me rompe los dientes, la saque barata porque solo me arrojó un vaso que por poco me da en medio de la frente.. pero logré salir sano y salvo, me fui dando un portazo y supe que acá encontraría mi verdadero consuelo- terminó por decir mirándolo con los ojitos húmedos.
Ahora sí que Mike estaba en un estado de ensoñación total. Iba a intentar acotar algo para hacerle saber que él sentía lo mismo pero la voz de Chester volvió a retumbar en el silencio de la noche:
-¿Puedo saber porqué me besaste?-
Mike cerró con fuerza los ojos y se mordió los labios con lentitud. Luego lo miró y también quiso ser honesto, aunque esa revelación le costara la vida. Después de pronunciar aquellas palabras no habría vuelta atrás, no había modo alguno de retroceder en el tiempo para que su amigo no fuera testigo de su confesión:
-Me gustas Chester.. me gustas muchísimo y no se como manejarlo.. Nunca antes me había pasado algo así- le dijo mirando avergonzado el piso. Por lo menos si iba a ser directo con sus palabras, no quería sumarle a eso la agonía de tener que enfrentarse a su mirada acusativa. Pero el rubio no estaba ni cerca de serle indiferente. Otra vez le subió el mentón con delicadeza y logró que lo mirara a los ojos. Luego dirigió su mirada a los labios de Mike, el cual se los estaba humedeciendo con la lengua. Se acercó un poco más hasta que sólo los separaban escasos centímetros. Levantó su mano izquierda y le acarició la cara, logrando que Mike se sacudiera víctima de un escalofrío. Acercó lentamente su rostro y Mike ya podía sentir su cálido aliento que le rozaba la boca. Cerró los ojos convencido de que Chester iba a besarlo, hasta que un carraspeo hizo que ambos se separen de golpe.
-¿Qué está pasando acá?- dijo Anna, mientras se refregaba los ojos, con una expresión somnolienta. Mike la miró totalmente horrorizado, había estado a punto de agarrarlo con las manos en la masa. Era consciente de que estaba tan entretenido con la adorable compañía del rubio que se había olvidado por completo que Anna estaba en su casa. Que había dormido con ella, que habían tenido sexo. En ese momento nada de eso tenía sentido para él. Aunque sonara egoísta, Anna había pasado a un segundo plano. El único dueño de sus sentimientos era Chester, el cual en ese preciso instante estaba rojo como un tomate y no sabía donde meterse. Mike quiso suavizar el momento y evitarle un desmayo al pobre chico que temblaba de los nervios.
-Anna.. te presento a Chester, el otro vocalista de la banda.. Chaz ella es Anna, la hermana de Dave y...
-Su novia- finalizó la frase ella, acercándose y ofreciéndole la mano para saludarlo. Chester se la aceptó, pero no pudo disimular su cara de decepción. Era obvio que un chico tan genial como Mike en todos los sentidos de la palabra, iba a tener una novia hermosa, sensual y perfecta como la chica que tenía parada enfrente. No iba a perder el tiempo con un fracasado como él, que no podría ofrecerle otra cosa más que problemas. Su destino no era ser feliz, indudablemente.
A Mike se le rompió el corazón al ver la expresión decaída en el rostro de Chester. Le había molestado el tono prepotente con el cual Anna se había dirigido a él, aclarandole que era su novia, como marcando territorio. Además siendo eso una completa mentira, porque jamás habían hablado de noviazgo. Se gustaban, se habían acostado dos veces, pero no más que eso. Y debería sentirse satisfecha, porque por parte de él no recibiría más nada. En ese preciso instante la observó detenidamente y se dio cuenta de que solo llevaba puesta su camisa. Anna aprovechó ese momento de debilidad y se acercó rápidamente, tomándolo de la cintura y dándole un beso.
Mike se la quitó de encima con delicadeza y ella lo miró confundida. No quiso ser grosero pero no tenía ganas de seguir viéndola. Quería que se fuera de su casa. Que se vistiera y se largara. Por un momento hasta sintió asco por haberla tocado. Todo se le revolvió por dentro. Era una sensación horrible la que lo atravesaba.
Anna lo miró con fastidio, estaba sintiéndose rechazada y no entendía porque razón ahora Mike se comportaba con ella de ese modo tan antipático. Puso sus ojos en el joven rubio que seguía ahí parado, sin emitir palabra, y decidió que se sacaría todas las dudas que la estaban carcomiendo.
-¿Puedo saber que haces acá a esta hora? ¿Acaso ensayan de madrugada? ¿Y porqué estás vos solo y no el resto de la banda? ¿Dónde está mi hermano?- preguntó casi sin respirar, clavando sus ojos verdes en el pobre Chester que lo único que deseaba era salir corriendo.
Mike no soportó ese cruel interrogatorio y decidió ponerle un punto final a la situación. Mirándola con bronca contenida y apretando los dientes intentando no ser demasiado grosero, le dijo: -Anna, va a ser mejor que te vistas y te vayas a tu casa-
Ella no podía creer lo que escuchaba. Obviamente no iba a darse por vencida tan fácilmente. Se cruzó de brazos y lo miró con altanería.
-A mí me parece que el que se tiene que ir es otro.. nosotros estábamos pasando una noche mágica, no es justo que me vaya cuando todavía podemos repetir las poses que hicimos en tu sillón- esto último lo dijo con una voz seductora y guiñandole un ojo.
Chester supo que ya había visto y escuchado suficiente. No se quería tan poco como para seguir soportando que se le rían en la cara. Había situaciones que dolían más que los golpes o los insultos, y él ya estaba más que acostumbrado a que lo lastimen. Ésta no sería la primera ni la última vez. Su destino desde que había nacido era sufrir. Y parecía que la vida no iba a demostrarle lo contrario. Si en algún momento creyó que las cosas con Mike iban a salir a su favor, nuevamente estaba equivocado. Él no tenía derecho alguno a ser feliz con alguien. Le había sucedido siempre en el pasado y le estaba sucediendo ahora. Nadie en su sano juicio quisiera estar al lado de una persona como él. Tan llena de miedos, de inseguridades, de demonios internos. Y mucho menos alguien tan increíble como Mike. Que tenía el privilegio de estar con quien se le viniera en gana. Si con solo sonreír ya tenía el mundo a sus pies.
Con el alma destruida, decidió romper el silencio antes de huir de ahí despavorido.
-Nos vemos mañana para componer, en casa de Brad, a las cuatro de la tarde- dijo apresurado, dirigiéndose a Mike, y sin esperar respuesta se fue dando un portazo; dejando al moreno totalmente hecho añicos pero con la completa seguridad de que esa conversación no había terminado.
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Amor incomprendido
RomantizmEsta es una historia de superación, amistad, respeto, muchísimos obstáculos para lograr un mismo objetivo.. Pero principalmente amor puro, sincero y verdadero.. Esta es la historia de una banda, formada por seis amigos, y de todo lo que los llevó a...