Cap. 6: La primera vez

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El ruido de la puerta abriéndose detrás de ellos los hizo voltear. Era Joe que venía a preguntarle a Mike quien era y porqué se demoraba tanto. Al ver a Chester sonrió aliviado, al menos su amigo estaba bien y no había sido secuestrado por alguna secta maligna. Bueno, que estaba bien era sólo un decir porque su magullado rostro decía otra cosa. Frunciendo el ceño, con esa expresión característica en él, se acercó a los chicos y dirigió su mirada seria a Chaz, quien ya podía imaginarse lo que Joe iba a preguntarle.
-Amigo.. ¿qué demonios te pasó?.. - exclamó consternado. Chester tuvo que poner en funcionamiento todas sus neuronas para pensar alguna respuesta convincente, que no significara revelar la verdad pero que tampoco sonara un disparate.
-Me asaltaron...- contestó después de deliberarlo varios segundos. -Como no tenía nada de valor para darles, me golpearon-. Parece que la mentira había sido buena, porque Joe se lo creyó. Entre Chaz y Mike no se sabía cuál de los dos era un mejor embustero.
Joe se acercó y lo abrazó. Se le encogió el corazón al imaginar el susto que su amigo se había llevado. Y ellos ahí, lejos, sin poder ayudarlo.
Chester le palmeo la espalda, haciéndole saber que estaba bien, que no se preocupara por él.
-Gracias por el gesto Joe, pero ya pasó.. mejor será que nos concentremos en lo verdaderamente importante, porque esas canciones no se van a escribir solas- le dijo mirándolo con picardia, y guiñandole el ojo. Así era Chester, tan alegre y despreocupado, sonriéndole a la vida por más que su alma estuviera rota en pedazos. Él no se quejaba nunca de nada, jamás estaba de mal humor, siempre tenía una frase positiva para todo. Y ese carácter tan especial era lo que tenía a Mike tan enamorado.
Una vez dentro de la casa, las miradas asustadas y perplejas del resto del grupo no se hicieron esperar. Chester hizo un gesto con su mano, como restandole importancia, cansado de tener que volver a repetir la historia. Con toda su energía desbordandolo, se dejó caer en el sillón y se quitó la mochila negra que llevaba sobre los hombros. La abrió y sacó de adentro su preciado cuaderno, donde hacía todas sus anotaciones importantes. Con una sonrisa plasmada en toda la cara, miró a sus amigos uno por uno y les dijo muy emocionado, mientras apoyaba el cuaderno sobre la mesita:
-Anoche compuse una canción, espero que les guste.. es media melancólica la letra pero se identifica bastante conmigo-. Mike no pudo evitar imaginarse a Chester escribiendo la canción mientras el desquiciado de su padre azotaba la puerta de su habitación. Un escalofrío lo recorrió y sintió una mezcla de bronca y dolor. Una necesidad sobrehumana de abrazarlo fuerte y decirle que todo iba a estar bien. Que él lo protegería de todo. Que en sus brazos se sentiría a salvo. Que no iba a permitir que nadie más lo lastime.
Los ánimos desanimados de los chicos cambiaron a expresiones de alivio y felicidad al escucharlo. Ya habían perdido toda esperanza de componer algo que sea realmente significativo, y sobre todas las cosas del agrado de Frank que últimamente se había vuelto bastante quisquilloso. Brad fue el que lo invitó a que les leyera la letra pero Chester propuso algo mucho mejor.
-Si me prestas tu guitarra puedo cantársela.. Se titula "Walking In Circles".." acotó sumamente orgulloso de su creación. Brad ni lo dudó, salió corriendo rumbo a su habitación en busca de su instrumento y se lo ofreció muy ansioso por oír la canción.
Chester acomodó la guitarra sobre su regazo y empezó a tocar los primeros acordes del tema. Mike lo miraba obnubilado, sin poder sacarle los ojos de encima. La melodía era hermosa pero lo más lindo llegó cuando la dulce voz del rubio llenó el ambiente.
Todos estaban maravillados. Era innegable el talento que poseía. Y ahora les estaba salvando el pellejo con ese magnífico regalo que les había caído del cielo. O más bien dicho del cerebro creador de Chester.
Cuando terminó de cantar, todos lo aplaudieron conmovidos. La letra era triste, pero al mismo tiempo esperanzadora. La canción perfecta para llevar el sábado al estudio de Frank. Al menos tenían una punta por donde arrancar. También llevarían algunas canciones que habían modificado un poco, pertenecientes a la antigua banda de Dave. Solo esperaban que para el manager también sea suficiente material para empezar a pensar en un disco debut. La idea de comenzar a grabar las canciones de su primer álbum los llenaba de ilusiones.
Luego de eso se dedicaron a compartir la rica merienda. La madre de Brad regresó a la sala trayendo una bandeja de maffins. La dejó sobre la mesa y se fue sin emitir palabra. Al rato regresó con unos bocadillos salados y unas tortitas de ricota. Les sonrió con amabilidad, mirando más de la cuenta el rostro lastimado de Chester. Sin poder evitar hacer una mueca de tristeza, giró sobre sus pies y se marchó nuevamente hacia la cocina.
La tarde se pasó volando entre risas, anécdotas graciosas y sabrosa comida. El primero que optó por irse fue Dave, contándoles que cenaria en casa de Elisa. Luego se retiraron Rob y Joe. El primero explicando que tenía una cita con Sophie. Obviamente no se hicieron esperar los gritos victoriosos, tirándosele encima, despeinando su cabello y felicitandolo porque al fin se había animado a invitarla a salir. Y Joe simplemente se fue porque quería acostarse temprano.
Mike y Chester decidieron quedarse un poco más y ayudar a Brad a ordenar. Éste se moría de ganas de preguntarle que le había pasado en la cara, pero no quiso incomodarlo, así que prefirió no tocar el tema. Ya Chester le contaría cuando se sintiera preparado.
Una vez que estuvo todo acomodado se despidieron de su amigo y se dirigieron a casa de Mike.
En el camino Chaz se dio cuenta de que tenía que pasar por su casa para buscar sus cosas, y armar una maleta con su ropa y objetos personales. Eso lo paralizó. No quería volver a ver a su padre, menos después de haberse escapado estando castigado. Mike se dio cuenta enseguida de que algo le preocupaba y Chester le confesó su dilema.
-No te preocupes por esta noche.. te presto ropa para dormir.. Mañana vemos como recuperamos tus cosas, ya algo se nos va a ocurrir- lo tranquilizó sujetándole fuerte la mano. Ese gesto lo estremeció hasta los huesos y no veía la hora de estar a solas con Mike, en su habitación, dispuesto a todo por hacerlo completamente suyo.

Amor incomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora