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Otra mañana comenzaba, me refregué los ojos antes de abrirlos. Seguía demasiado cansada como para entrenar con Reyna, pero debía levantarme pronto.

Realicé mi rutina de la mañana, y una vez estuve lista esperé a que tocaran mi puerta.

Los golpecitos en la puerta me avisaron que ella ya había llegado. Me levanté y caminé hasta la salida de la habitación, abrí la puerta topándome con una chica de cabello negro y toques morados.

—Buenos días — saludó amable. La verdad es que nunca la había visto, ni mucho menos me había presentado con ella, yo asumo que es Reyna. A pesar de su tono amable su fachada daba un poco de miedo.— Soy Reyna, encantada— se presentó estrechándome la mano.— ¿Eres Light, no?— preguntó.

— Si— le respondí con una sonrisa.

—Okey, vamos— comenzó a caminar y como con los demás , la seguí por atrás. Llegamos a la misma sala en la que estuve con Sage.— Con Sage lograste aprender a canalizar tu poder— comenzó a hablar.— Conmigo sacarás todo tu potencial, debe haber algo más que flashear y proyectarte en otro sitio.— Tenía razón, y yo quería descubrir que otras cosas podía hacer.— Lamentablemente, sólo conozco una técnica para sacar todo tu potencial.— la escuché de pronto en mi espalda mientras el sonido de un arma recargándose llamaba mi atención.— Y es ponerte en peligro.— En cuanto me volteé ella estaba apuntándome con el arma. Mis ojos se abrieron del susto que me dió al verla así. Rápidamente la flashee y corrí para esconderme detrás de un muro que estaba cerca.— Esconderte no te servirá de nada.— Dijo con una voz bastante siniestra, luego largó una carcajada. Esta mujer me daba escalofríos. El arma comenzó a disparar aleatoriamente y aún con el miedo que sentía trate de concentrarme para proyectarme cerca de ella. — Esta proyección tuya es débil — dijo.— Puedo ver lo translúcido de la piel.— dijo y luego disparó a lo que supongo fue a mi proyección. Abrí mis ojos y decidí tirar otro flash para poder moverme. Me escondí esta vez en otro lado más lejos de ella, así iba a poder tener más tiempo para pensar en algo. Otra carcajada salió de ella, era bastante tenebrosa. Cerré mis ojos y respiré hondo para así calmarme y concentrarme mejor de lo que había logrado hace unos segundos y volví a proyectarme cerca de ella. Disparó sin dudarlo pero fui capaz de evadir las balas. Salí de mi escondite y me puse al lado de mi proyección.— Ah que lista— expresó con un deje de ironía.— esta vez si te proyectaste bien , tendré que disparar a las dos.— dijo y luego comenzó a apretar al gatillo sin darle mayor importancia la dirección de las balas, salté hacia el suelo tratando de evadirlas pero aún así me hirieron.

—¡Ah!— grité del dolor y en cuanto cerré mis ojos comencé a sentir una extraña energía recorriendo mi cuerpo haciendo que poco a poco dejara de sentir la herida de bala, abrí mis ojos y vi como la habitación estaba a oscuras y que lo único que estaba iluminándola era yo, había absorbido la luz y de alguna manera me había curado. Reyna desapareció de mi vista pero aún así podía oír su risa, en mi nuca sentí la punta metálica del rifle con el que me apuntaba.

—Parece que no fue suficiente.— dijo atrás de mi.— Pero estuviste bien.— me elogió ahora con su voz normal.— Lamento haberte asustado.

—No te preocupes — dije recomponiéndome.— Ahora sabemos que puedo curarme.

—Si, pero aún falta algo.— dijo ella pensativa.— Yo creo que sé quien puede ayudarte en esto.

—¿Si?— pregunté interesada.

—Si— me sonrió.— Killjoy te ayudará a encontrar tu factor sorpresa.— asentí esperando a que así fuera.

Ambas salimos de la habitación, ella no se a dónde se dirigió después pero yo me fui a darme una ducha. El entrenamiento fue corto pero bastante extenuante . Aún era temprano así que fui al comedor para desayunar. No había nadie . Saqué un bol , cereales y leche. Me serví todo eso y luego me senté en una de las mesas.

Amour (Chamber y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora