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Bastantes semanas habían pasado desde mi conversación con Chamber, las cosas estaban un poco incómodas entre los dos.

En este momento me encontraba en la terraza tomando el aire fresco.

—Hola preciosa— escuché a Yoru. Volteé mis ojos y le sonreí.

—Hola— le saludé.— ¿De dónde vienes?— le pregunté al verlo sudado. Iba vestido con una musculosa azul oscura y un buzo deportivo, debido al sudo la musculosa se le estaba pegando al cuerpo y a mi se me estaba haciendo difícil no mirar.

—Puedes tocar — dijo con una de sus cejas alzadas y su sonrisa de lado. Volví a voltear mis ojos y reí.

—Jamás te tocaría, ni aunque tuvieses la habilidad de curar.— le respondí.

—Auch— expresó y volvió a sonreírme.—Estaba con Skye y Breach entrenando — respondió a mi pregunta y yo asentí, luego nos quedamos en silencio, hasta que él decidió hablar.—¿Puedo hacerte una pregunta?— preguntó y yo asentí.

— ¿Que ocurre con Chamber?— preguntó sin rodeos. La pregunta me tomó por sorpresa por lo que tuve que pensar un poco mi respuesta.

—No ocurre nada ¿Por qué?— pregunté.

—No lo sé— respondió.— No lo he visto persiguiéndote últimamente. Creí que después de lo de la última vez estaría aún más pegote.— dijo subió y bajó sus cejas frenéticamente. De inmediato recordé el momento en el cual Yoru había besado mi mejilla delante de Chamber. Me reí y le di un golpecito en el brazo.

—Da igual.— dije.— Vamos a comer algo.—dije instando a que comenzáramos a caminar hasta el comedor.

Una vez llegamos, nos dimos cuenta que estaban todos sentados en la mesa, con Brimstone en la cabecera y Sage a su derecha, a su izquierda estaba Chamber. Inevitablemente nuestras miradas se encontraron pero de inmediato desvíe la mirada.

Ambos nos sentamos bajo la mirada de todos.

—Bueno, como les iba contando.— comenzó a hablar Brimstone.— Las vacaciones están a la vuelta de la esquina, pero como ya es costumbre tendremos 2 días de despedida antes de que se vayan todos.

— Brim ha planeado para el primer día tener un día de playa, está demás decir que no es posible negarse a estas actividades ya que permite que como equipo nos unamos todavía más — dijo Sage .— Y para el segundo día he planeado una fiesta formal, en la que todos irán bien vestidos. No me mires así Pheonix, usarás traje de todas maneras— dijo y Pheonix bufó generando un par de risas.— nos vemos mañana a las 10 am para ir a la playa.

—¿Debemos llevar algo para comer?— preguntó Raze.

—No se preocupen por eso, tenemos todo listo para mañana— respondió Brimstone.

—Disculpa— Hablé y de inmediato me sentí un poco intimidada ya que llamé la atención de todos.— ¿Cuantos días son de vacaciones?

—5 cortos días nena— respondió Pheonix.— Yo pedí que fuera una semana completa pero ya ves que son muy aburridos aquí — bufó.

—El mundo nos espera Pheonix — respondió Brimstone.— nuestro trabajo no nos permite holgazanear, no sé si ahora preferirías que fueran 3 días en vez de 5—dijo alzando una de sus cejas.

—Vamos Brim, no te apures, 5 días es genial.— respondió de inmediato Pheonix. Reí para mi misma al verlo en esa situación.

Luego de esa conversación comenzamos a comer, era primera vez que los veía a todos sentados en la misma mesa, compartiendo entre todos. Todos menos Chamber. No podía evitar fijarme en él. Estaba comiendo en silencio, aunque estuviese ahí con todos nosotros, se le notaba apartado. Desvíe la mirada en cuanto el volteó a mirarme, miré mi plato con comida y comencé a comer.

No me quedé a la sobre mesa, así que cuando terminé me levanté y llevé mi plato para lavarlo. Luego fui a mi habitación, me lancé en la cama boca abajo y cerré mis ojos, sin darme cuenta me había quedado dormida.

Unos golpeteos en la puerta me despertaron.

—¿Quien es?— pregunté un poco molesta por haber despertado. Nadie respondió. Chisté la lengua y me levanté de la cama.—. ¿Quien es?— volví a preguntar y abrí la puerta, no había nadie pero en el suelo había una bandeja con mi comida favorita, al lado del plato había una nota.

Provecho

No podía dejar de pensar en que había sido Chamber y aunque no quisiera recibir la bandeja mi estómago había comenzado a rugir, revisé la hora en mi celular, ya era hora de cenar. Tomé la bandeja y la puse en mi escritorio, me senté y comencé a comer. De muy mala gana, por cierto.

No podía negar el hecho de que lo extrañaba, pero no podía dejar de sentirme utilizada. ¿Soy tan sólo una herramienta para el? ¿Lo que me demostraba no era genuino? Me preguntaba una y otra vez. Miles de inseguridades comenzaron a surgir en mi y volvía a pensar en él. ¿Lo extrañaba? Si. Pero aún me sentía dañada.

Amour (Chamber y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora