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—¿Que quieres que te explique?— preguntó de vuelta.

— Dime la verdad, Vincent— pedí agotada. Llevábamos más tiempo del que quería discutiendo esto.— ¿Para qué me quieres, para que me buscaste con tanta insistencia, porque me demuestras tanto interés?

—Amour— dijo con suavidad tomando mis manos.— Yo sé que es muy pronto para decírtelo pero, yo almaceno en mi corazón fuertes sentimientos por tí, mira— dijo y puso una de mis manos en su pecho.— Mi corazón cumple con cada latido gracias a ti, por tu mera existencia. Créeme por favor.— pidió.— Mis sentimientos son puros.

—No te creo— le respondí quitando mi mano de su pecho, me alejé un poco de él y me senté en la cama.— Ya sé sobre la explosión.— le solté de pronto. No dijo nada.— ¿No vas a decir nada?

— Puedo explicarlo— dijo rápidamente.— Pero no ahora, por favor tenme paciencia.— dijo arrodillándose ante mi. Lo miré a los ojos y aunque demostraran sinceridad yo no podía creerle. Carcajeé.

— Lo sabía — dije levantándome de la cama . Mi cuerpo comenzó a llenarse de rabia.— Si no puedes explicármelo ahora entiendo.

— ¿De verdad?— preguntó y sus ojos brillaban. Yo asentí con la cabeza.

— Pero lo que sea que esté pasando entre los dos— dije señalándonos.—aquí acaba.

—Mariah, por favor confía — volvió a pedirme.

—¿Confiar?— le pregunté.— ¿Me crees tonta?— pregunté con el ceño fruncido. No dijo nada.— ¿Acaso crees que no me he puesto a pensar en para que me buscaste con tanta insistencia?

— Fue por que llamaste toda mi atención, mon amour— respondió.

—Vincent, no puedo dejar de recordar tu rostro sonriente dentro de la oficina de Brimstone en cuanto me dijo que debía espiar al otro lado. ¿para eso llamé tu atención? — estaba bastante molesta y mi corazón no dejaba de palpitar, sentía como la sangre fluía por mi cuerpo y las luces a mi al rededor comenzaron a palpitar.— ¿Te soy útil?— le pregunté enojada.

Amour cálmate, porfavor— dijo mirando su al rededor.

— Ya dime la verdad— exigí.

—Si— respondió agachando la mirada.

—¿ Y te atreves a agachar la mirada?— pregunté molesta. Hubo un silencio de unos minutos. Mi pecho comenzaba a doler un poco. Sin haberlo querido había desarrollado sentimientos por él, era tarde para mi corazón.

— Pero te prometo que eso es aparte, mis sentimientos por ti son reales— dijo acercándose a mi y tomando mis manos entre las suyas.— Por favor, tienes que creerme— dijo y en su expresión denotaba preocupación.

—Explícame, porqué estás en contacto con tu doble omega— le pedí. Él suspiró mirando sus zapatos, luego volvió a mirar mis ojos.

— El y yo logramos descubrimos que podíamos utilizar los teleport del otro. Así es cómo supe de él antes de ser parte del protocolo valorant.— comenzó a explicar, yo lo observaba en silencio.— Ambos queríamos más de lo que teníamos, y vimos una oportunidad con Brimstone de su mundo y del mío , pronto logramos ingresar a valorant. Comencé a estar en contacto con los empleados de las instalaciones de investigación Everett-Linde. El otro Chamber creyó que era un buena oportunidad de conseguir más radianita, o al menos conocer sus propiedades todavía más. Intenté ingresar a su sistema para poder conseguir más datos sobre la radianita. Creíamos que podríamos mejorar nuestras armas con ella. Pero me prohibieron el ingreso, con el tiempo pude restablecer mi autorización y pude obtener algunos de los esquemas. Pero me di cuenta de que ellos tenían bastante información sobre mí y sobre omega. Sinceramente no me convenía y volví a buscar a mi homólogo, creí que él me ayudaría a borrar mis datos. Pero no contaba con que él todavía no confiaba lo suficiente en mí.— dijo y carcajeó.— Yo tampoco confiaría en mi, o en él— dijo y me mantuve en silencio.— Me dijo que podía ayudarme a borrar mis datos, pero él quería que explotáramos las instalaciones. Yo no quería, lo veía innecesario. Pero él me dijo que debía hacerlo si quería mantener el contacto con él. Me vi arrinconado, porque yo quería todavía más de lo que ya tenía, así que con su ayuda explotamos el lugar.— terminó de hablar y buscó mis ojos desesperado.— Pero me arrepiento todos los días ,Mariah.

—Eres un asesino — dije con los ojos cristalizados.— Personas murieron ese día, Vincent— dije exaltada.— Personas que tenían familia, hijos, un amor, padres.

— Lo sé— respondió con sus ojos vidriosos.— Me arrepiento todos los días de lo que hice— dijo agachando su rostro. Luego volvió a mirar mi rostro.— Por favor confía en mi. Yo te quiero.

—¿Porqué debería confiar?— pregunté sin ninguna expresión en mi rostro.— Tu mismo lo dijiste. Ni siquiera tú confiarías en ti mismo ¿Porqué debería de hacerlo yo?

—Por que te lo he demostrado — dijo tomándome de las manos, rápidamente me solté.— Mariah, por favor, cree en mi— volvió a pedirme.

—Vincent, ¿Estás dimensionando lo que acabas de confesarme?— pregunté pasando mis manos por mi rostro.

—Créeme que si— respondió.

—¿Y entonces porqué mierda tienes tanto interés en mis proyecciones en Omega?

—¿Cual interés?— preguntó.— Todos estamos interesados en esto, Mariah.

—Si lo sé— respondí.— Pero tú aún así, tu rostro, tus acciones. No sé, algo me dice que es por algo más.— dije y el se quedó en silencio.— Dime la verdad.— Él suspiró.

—Antes estaba bastante interesado en tus habilidades, no voy a mentirte que creía que me serías de gran utilidad. Pero luego te conocí y me cautivaste por completo.— dijo y yo no me inmuté, al menos no se lo demostré porque aunque yo no quisiera, las mariposas en mi estómago estaban revoloteando.— Pero ahora simplemente estaba asombrado y emocionado por ver en acción tus habilidades de proyección.— dijo bajando su mirada.— Te prometo que no fue más que eso, lo juro.

Suspiré y me volví a sentar en el borde de la cama. El silencio reinó varios minutos entre los dos. El se acercó y tomó mis manos.

—¿Me crees?— preguntó con sus ojos totalmente humedecidos.— Por favor dime que si.

—Da igual si te creo o no— le respondí. Quité mis manos de las suyas con suavidad y lo miré a los ojos.— Prometo que esto quedará entre tu y yo.— dije y el asintió.— Pero no quiero que te acerques a mi, no me hables para nada si no es necesario.

—No me hagas esto, por favor, mon amour— rogó al borde del llanto. Pero yo ya no creía en él, estaba utilizándome para su propio beneficio.

—Créeme que si me hubieses dicho la verdad desde el principio, esta conversación no estaría ocurriendo.— le respondí.— Y me refiero a antes de haberme enterado de todo esto por mi propia cuenta. Pero yo ya no confío en ti, no sé si estás diciéndome la verdad o si solamente estás ablandándome para tu propio beneficio.

—Te juro que no es así Mariah— aseguró él.

—Nadie me asegura que estás diciéndome la verdad.— dije mirándolo a los ojos.— No quiero que vuelvas a buscarme. Vete.— dije firme. Él observó por última vez mis ojos y sin decirme nada más se marchó.

Pronto las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos sin que pudiese frenarlas, me senté en el suelo y abracé mis rodillas dejándome llevar por el llanto.

Amour (Chamber y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora