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Mis maletas estaban listas y mis padres estaban despidiéndose de mi. Prometí estar más en contacto con ellos y que apenas pudiera volvería a su lado.

Llegó el automóvil y mi padre me ayudó a guardar mis maletas.

—Te amamos— me dijo mi madre. Le sonreí con dulzura.— Por favor, cuídate.

—Yo también los amo— le respondí.— Y te prometo tener cuidado. Nos vemos pronto— dije y subí al vehículo.

El automóvil comenzó su camino y por ende mis pensamientos comenzaron a florecer. Todos los pensamientos que traté de evitar durante esos 5 días.

Apenas yo había comenzado a descansar en mi habitación el día que llegué a mi hogar, en mi teléfono había sonado una notificación. Era un mail de Brimstone en el cual me pedía que le dijera el día que decidiera partir del protocolo. De inmediato le respondí que un día después de que todos llegásemos de nuestras vacaciones, quería despedirme de todos.

Desde entonces no había dejado de sentirme observada, no sé si era más mi deseo de que fuera Chamber quien me estuviera asechando o mi intuición que me decía que era él quien me observaba a lo lejos. Uno de esos días creí estar loca al haberlo visto de reojo cuando fui a la cafetería, pero cuando volteé no había nadie, es por eso que llegué a la conclusión de que muy probablemente todo era producto de mi imaginación y probablemente también de mis deseos más profundos.

Bajé mis cosas del automóvil una vez que llegamos y fe inmediato subí al helicóptero.

Mi estómago revoloteaba de los nervios, precisamente por él. Pensar que lo vería me ponía muy nerviosa. Traté de mirar por la ventana pero aún así los nervios no se disipaban. Traté de pensar en Yoru y de su intento por declararse a mi. De todas maneras yo sabía que sus sentimientos estaban siendo mezclados y esperaba que estos 5 días le ayudasen a aclarar su mente respecto a eso.

Los nervios se hicieron más presentes aún cuando aterrizamos y bajé del helicóptero con mis maletas. Tenía mi vista fija en el suelo tratando de evitar mis pensamientos.

—Hay mate— saludó efusivamente Pheonix. No alcancé a levantar la vista cuando el ya me había abrazado fuertemente.

—Light— me llamó Killjoy, pude mirar por encima del hombro de mi amigo, ahí se encontraba Kj, Raze, Jett y Yoru , todos sonriéndome. Pheonix se apartó y de inmediato Kj me encerró con sus brazos.

—Solo eran vacaciones chicos— dije riendo un poco.

— Tu sabes que no fueron sólo vacaciones — respondió Kj dando a entender que ya todos sabían de mi partida.

Todos terminaron de saludarme y me acompañaron hasta adentro.

—Espera— me dijo Killjoy al ver que estaba dirigiéndome al pasillo de las habitaciones.— Primero cuéntanos de tus vacaciones.— dijo tomándome del brazo y poniendo sus ojos de cachorro. No pude evitar sonreír y volteé mis ojos.

—Está bien, pero sólo un momento — les avisé.

Nos dirigimos hasta la sala de estar en dónde nos sentamos, los chicos trajeron bebidas para todos y comenzamos a comentar nuestras vacaciones, Yoru había recorrido Tokio , Pheonix decidió irse al caribe y no dejó de mencionar a las bellísimas chicas del lugar y al parecer las chicas decidieron ir con Sage a dios sabe dónde porque no logré poner tanta atención a lo que contaban. En mi mente seguía estando él.

—¿Acaso no hiciste algo más?— preguntó Raze luego de que terminara de comentar mis vacaciones.

—¿Algo como que?— pregunté

— No sé, te imaginaba en la playa— respondió ella.— No como Pheonix— dijo mirándolo a él y todos reímos un poco.— Pero creí que tus vacaciones serían distintas.

—La verdad es que llevaba mucho tiempo sin ver a mis padres, así que para mi fueron las vacaciones perfectas — le respondí con una sonrisa.— Mi madre hizo mi postre favorito, lo disfruté bastante.

—Pues deberías de hacerlo para nosotros— pidió Yoru guiñándome un ojo y reívolteando los míos.

—Algún día — respondí. —Bueno chicos, estoy algo cansada— dije levantándome del sofá en el que estaba sentada.— Nos vemos en un rato.

— Descansa— dijo Yoru y le sonreí. Tomé mis maletas y las arrastré por el pasillo de las habitaciones hasta llegar a la mía. Estaba abriendo la puerta cuando escucho a alguien salir de una de las habitaciones, caminó en sentido contrario a mi pero logré ver su espalda, por la cual lo pude reconocer. Era él, la puerta de mi habitación crujió lo que hizo que volteara. Nuestros ojos conectaron y sentí mis mejillas enrojecer en cuanto recordé lo que había pasado entre los dos hace algunos días. Rápidamente entré y cerré la puerta tras de mí.

Caminé hasta el baño y me duché , me tomé bastante tiempo, por alguna razón estar bajo el agua me ayudaba a pensar con calma y claridad. No podía evitar extrañarlo y sentirme mal por no estar a su lado.

Esos días fueron difíciles para ambos, pude notar su arrepentimiento de muchas maneras pero yo no estaba preparada para perdonarlo. Porque en muchos sentidos me sentí utilizada por él, como si hubiese sido una herramienta para él más que su amor. Quise evitarme otra desilusión al perdonarlo porque aún estaba esta desconfianza de que pasaba si me volvía a sentir así por causa de él, es por eso que traté de dejar de pensar en él y traté de dejar de recordarlo pero no pude. Incluso estando en mi hogar se me fue casi imposible dejar de pensar en él.

Apagué el grifo del agua y tomé una toalla para secarme, luego de enrollarla al rededor de mi cuerpo salí del baño y me lancé a la cama de espaldas y me quedé observando el techo. Suspiré. Por mucho que yo quisiera negarlo no podía y ya sabía que era lo que tenía que hacer.

Me levanté de un brinco de la cama y caminé hasta la puerta, en cuanto la abrí unos brazos me recibieron, su olor y su calor hizo que mis ojos lagrimearan.

—¿Porqué te fuiste así mon amour?— preguntó con la voz quebrada. Enterré mi cara en su cuello y lo abracé fuertemente.

—Perdóname — le dije con mi voz igual de cortada.

—Perdóname tu a mi— respondió con su cara en mi cabello.

Amour (Chamber y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora