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Chamber

—Ya te dije que no debes interferir en su vida en estos momentos — recordaba las palabras de Brimstone.

Pero aún así aquí estaba, observándola como disfrutaba estos días con sus padres, como disfrutaba salir a pasear, disfrutando su soledad. A veces la miraba muy pensativa, otras veces la notaba triste y las ganas de acercarme a ella me invadían. Muchas veces estuvo a punto de atraparme, lo bueno es que tengo bastante habilidad para esconderme. Aunque de todas maneras intuía que ella de alguna manera sabía que yo estaba merodeando a su alrededor .

Observarla de lejos calmaba mi corazón y mi ansiedad por no tenerla cerca. Mi cuerpo, corazón y alma ya le pertenecían a ella y por esa misma razón yo sufría. Los recuerdos de como se sentían su piel con la mía erizaban mi piel y lo único que deseaba era tenerla entre mis brazos de nuevo, aunque sólo fuesen segundos, yo la quería de vuelta.

Yo había planteado su salida. Yo sabía lo mucho que detestaba estar encerrada ahí, lo notaba en su mirada cada vez que miraba el mar. Y aunque ya se había familiarizado con los demás, yo sabía que extrañaba su hogar. Como todos. Ella de todas formas había cumplido con su misión en el protocolo y ya había logrado dominar sus habilidades, estaba lista para dejar Valorant. Con el dolor de mi corazón busqué a Brimstone y a Sage, al principio no quisieron, pero al ver mi insistencia y mis infinitos argumentos, logré convencerles, logré que se pusieran en su lugar y comenzaron a decidir el día propicio de su salida. Lo último que supe fue que la decisión la dejarían en manos de ella. Y aunque logré negociar su salida, una de las condiciones era que nadie debía interferir ni en sus vacaciones, ni cuando ya no perteneciera al protocolo. Es por eso que tuve a Brimstone encima de mi los dos días de despedida antes de las vacaciones. Insistiendo en que la dejara en paz y que no interfiriera en su vida.

En parte estoy cumpliendo con mi palabra, no estoy interfiriendo en su vida, pero mi corazón me pide aunque sea observarla de lejos. Y eso estoy haciendo en estos momentos.

Cuando desperté y no la vi a mi lado sentí terror de no haberme podido despedirme de ella de una manera adecuada, yo quería expresarle mi inmenso amor por ella, pedirle que me perdonara. Pero para cuando llegué a la pista de despegue ya era tarde porque ella ya se había ido. De todas maneras yo sabía dónde quedaba su hogar. Londres, Inglaterra. Pero aún así me sentía inquieto.

Estaba sentado en una de las bancas del parque y al frente estaba la cafetería en dónde se encontraba ella, bebiendo lo que asumo por la taza, un café. Mientras lo bebía ella observaba algo en su teléfono y sonreía. ¿Quizás era el mensaje de alguien? ¿Alguna fotografía? No podía saberlo.

Hoy era el 5to día de vacaciones, mañana todos debíamos de volver a la base, todos listos para despedir a Mariah, para ellos Light, para mi mon amour.

Amour (Chamber y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora